El juez salteño que investiga la Masacre de Palomitas consideró que los tres militares imputados en la causa son responsables del asesinato de doce presos del Penal de Villas Las Rosas, ocurrido en julio de 1976. El magistrado Miguel Medina procesó a César Espeche y Miguel Gentil por “asociación ilícita y homicidio”, y a Carlos Mulhall le imputó el mismo cargo, aunque agravado por ser el jefe de esa asociación.
Los jefes de la policía provincial y de la Guarnición del Ejército cuando ocurrió la masacre, y el encargado del operativo que se llevó a los doce detenidos de la cárcel local para ser asesinados, seguirán detenidos pero ya no como imputados sino como procesados. El juez en lo federal Nº 2 de Salta tomó ayer la decisión al considerar que los tres fueron responsables de los asesinatos, ocurridos el 6 de julio de 1976. Bernardo Solá, abogado del militar retirado Espeche, adelantó que apelará esta resolución ante la Cámara Federal de la provincia.
La causa judicial en torno de la Masacre de Palomitas permaneció cerrada durante varios años por la vigencia de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Ante el pedido insistente de los familiares de las víctimas y de los organismos de derechos humanos, en el 2002 el expediente fue reabierto y, finalmente, cuando se declaró la nulidad de las leyes de impunidad, se logró la detención de los imputados. De los tres, sólo Espeche está alojado en una dependencia salteña, ya que Mulhall y Gentil se encuentran con prisión domiciliaria en Buenos Aires por razones de salud.
La masacre en la que murieron once salteños y un jujeño ocurrió en el paraje Palomitas, a 60 kilómetros de la capital de Salta, cuando los presos que supuestamente eran trasladados hacia Córdoba por rumores sobre un motín, fueron fusilados. La metodología utilizada en Palomitas fue similar a la de la Masacre de Margarita Belén, ocurrida en Chaco en 1976. En ambos casos estuvieron involucrados funcionarios judiciales, ya que las víctimas tenían causas abiertas en la Justicia.