EL PAíS
› BIELSA Y PAMPURO DEFENDIERON EL ENVIO DE TROPAS A HAITI
“Se va a evitar una guerra”
El canciller y el ministro de Defensa explicaron ante los senadores las razones para ir a Haití. Hoy se votaría el proyecto.
Por Eduardo Tagliaferro y Felipe Yapur
“Esto no es una intervención.” “El futuro de Haití no es castrense, pero el sustrato (la base para alcanzarlo) es el orden.” “La presencia de Estados Unidos en Haití sí fue hegemónica, pero dejará de serlo cuando lleguemos nosotros.” “No debe tomarse la demora del Ejecutivo como una presión al Congreso.” “No se va a una guerra, sino a evitarla.” Estas son algunas de las definiciones que entregó el canciller Rafael Bielsa para justificar el envío de un contingente militar argentino al castigado país caribeño. Tanto él como el ministro de Defensa, José Pampuro, respondieron durante casi tres horas las preguntas que formularon los integrantes del plenario de las comisiones de Relaciones Exteriores y de Defensa del Senado. El oficialismo intentará que el tema se apruebe sobre tablas en la sesión de hoy. Para ello deberá lograr el respaldo de los dos tercios de los presentes. Algo difícil si se tiene en cuenta que el radicalismo definió que no habilitará su tratamiento y que votará en contra de la partida de la misión militar.
El apuro del oficialismo se explica en el hecho de que muchos contingentes latinoamericanos ya partieron rumbo a Haití. Y a la demora que tuvo el proyecto en llegar al Congreso, todavía hay que sumarle el duro tratamiento que le espera cuando llegue a Diputados. Como sucede en las últimas reuniones de comisiones de fuerte interés público y con presencia de los medios de comunicación, fue el vicepresidente Daniel Scioli el que dio apertura a la reunión. “Lo suyo es televisión o muerte”, reconoció en voz baja un legislador del oficialismo.
A la derecha de Scioli se ubicaron Ramón Puerta, titular de la Comisión de Relaciones Exteriores, y Bielsa. A la izquierda se sentaron Pampuro y María Cristina Perceval, titular de la Comisión de Defensa. A Bielsa lo acompañaron su vicecanciller, Jorge Taiana, y otros colaboradores. A Pampuro lo asistieron integrantes del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.
Precisamente un uniformado fue el que desde una notebook proyectó en diversos cuadros la información de la misión. Se informó que, de aprobarse el viaje de las tropas, participarán de ella 614 uniformados. Habrá un destacamento de avanzada de unos 125 hombres que viajará en avión. Los restantes miembros de la misión, así como los pertrechos, viajarán en el buque “Bahía San Blas”. El coronel encargado de la exposición señaló que si bien la isla estará dividida en siete sectores, el principal centro de gravedad será su capital, Puerto Príncipe. Comentó que el costo total será de 10.548.000 dólares. Se espera un reembolso de la ONU de unos 3.171.000 dólares. También señaló que si bien en Haití en la actualidad no hay dos partes diferenciadas, sí hay un Estado que solicitó la misión.
Ese fue precisamente el principal punto en debate. Por un lado, los que cuestionan la misión de paz, precisamente señalan que ésta terminará fortaleciendo a un gobierno que llegó al poder por la fuerza. “El gobierno de Haití es de transición. La discusión no es entre gobierno legítimo o ilegítimo”, dijo Bielsa, tratando de evitar los cuestionamientos y explicó que “el objetivo final son elecciones libres. Incluso el partido de Jean Bertrand Aristide podrá participar de ellas”.
“Esto de decir que es un gobierno de transición me parece muy débil”, comenzó Rodolfo Terragno. El ex miembro de la bancada radical que al final de la jornada adelantó que daría los dos tercios y votaría a favor, le recordó a Bielsa que recientemente Amnesty International detectó casos de tortura, de persecución a los seguidores de Aristide y hasta de desaparición forzada de personas. Incluso recordó que Guy Phillipe, ex jefe de policía y principal líder de la revuelta que derrocó a Aristide, reconoció en una entrevista periodística que sus principales referentes políticos son el genocida chileno Augusto Pinochet y Ronald Reagan. En el ’94, dos de los principales laderos de Phillipe participaron de una matanza en la que fueron fusilados unas dos mil personas. El actual primer ministro haitiano, Gerard Latortue, los reivindicó diciendo que “eran luchadores de la libertad que habían combatido contra dos dictaduras”, en alusión a Baby Doc y a Aristide. Terragno no dejó pasar por alto tampoco las declaraciones del actual ministro de Justicia de Haití, Bernard Gousse, que reclamó un indulto para los dos segundos de quien derrocó a Aristide. Tan fuerte fue la pincelada que Terragno hizo del gobierno haitiano que Bielsa también puso sus reparos. “Me parece razonable que no haya una renovación sine die” para las tropas en Haití, admitió el canciller dándole la razón a Terragno.
El riojano Eduardo Menem lamentó que las Fuerzas Armadas no estuvieran ya en Haití. Incluso no ocultó cierta rivalidad con Brasil, cuando dijo que de haber actuado con celeridad quizás hoy las tropas nacionales estuvieran al frente de las tropas multinacionales. Rol que desempeñará Brasil. Olvidó decir que Brasil precisamente aportará dos buques con combustible para todos los vehículos que se usarán en la isla.
El socialista Rubén Giustiniani corrigió a los hombres de Gobierno cuando dijo que no fue la ley de este gobierno, sino la Constitución la que obliga a la autorización parlamentaria para que salgan las tropas. El Gobierno defendió la operación diciendo que se trataba de una misión multilateral y del Mercosur. Todos reconocieron que estaban hablando de uno de los países más pobres de Latinoamérica. El cordobés Carlos Rossi —del partido de Luis Juez– advirtió que en enero, cuando Haití festeje los doscientos años de su independencia de Francia, lo hará con la presencia de tropas francesas en su territorio.
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