EL PAíS
Con 600 alumnos, comienza a dar clases el instituto Hanna Arendt
Hay otros 300 alumnos en lista de espera. La escuela creada por Elisa Carrió cuenta con 25 profesores y no será de formación de cuadros políticos sino de ciudadanos. Las características.
› Por José Natanson
Unos 600 alumnos ya inscriptos y otros 300 en lista de espera; 25 profesores, un curso general (“Poder, verdad y la cuestión del otro”) y una serie de seminarios en preparación; 5 aulas, 500 metros cuadrados, una página web y hasta una obra de teatro (Por amor a Shakespeare, de Delma Ricci). Con estos elementos, hoy se iniciarán las clases en el Instituto Hanna Arendt, el refugio elegido por Elisa Carrió para pasar sus días fuera del Congreso.
La idea era empezar de a poco, abrir un curso general que funcionaría viernes y sábado y avanzar con seminarios cortos. Sin embargo, la demanda superó a los organizadores, que tuvieron que añadir dos cursos más, sumando un total de 600 inscriptos: la página de la academia –www.institutoarendt.com.ar– informa que por el momento se acabaron las vacantes.
Más allá de los números, los seguidores de Carrió están conformes con el perfil general de los inscriptos. “Pensamos que se iban a anotar muchas mujeres mayores, que son mayoría entre los votantes del ARI. Pero se anotaron jóvenes, muchos universitarios, lo que nos pone muy contentos”, explica a Página/12 Diana Maffía, coordinadora académica del instituto.
Con un arancel bajo, de 25 pesos, el dinero inicial para alquilar la casona en la que funciona la academia fue aportado por los diputados del ARI y por la misma Carrió. “Queríamos que fuera autosustentable en un año, pero a este ritmo me parece que lo vamos a conseguir mucho antes”, asegura Maffía. “Evidentemente, hubo una buena intuición de Carrió, que se dio cuenta de que había espacio para un lugar de este tipo, que no es ni académico ni partidario sino que cruza las dos cosas, con un programa de formación ciudadana”, agrega.
Contra lo que podría pensarse, no se trata de un instituto clásico de formación de cuadros. El programa tiene un núcleo básico integrado por materias como filosofía contemporánea, ciencia política, historia social latinoamericana o historia argentina. Incluye, también, temas menos ortodoxos, como un seminario sobre “la construcción del nosotros en la historia argentina”, otro sobre “piquetes y asambleas”, y otro titulado “discursos latinoamericanos de conquista”. Además, la idea es sumar actividades culturales, como la obra sobre Shakespeare que se estrenará el viernes que viene.
Además de Carrió, que ayer abrió el ciclo lectivo con la clase “Verdad, poder y libertad”, entre los profesores figuran algunos académicos reconocidos, como el escritor Esteban Peicovich, la historiadora Eve Clementi, la psicoanalista Eva Giberti y la socióloga Dora Barrancos, junto a algunos dirigentes del ARI, como Carlos Raimundi y Marcela Rodríguez.
Aunque el comienzo fue auspicioso, la continuidad del proyecto se presenta como un desafío difícil. El instituto, como buena parte de lo que sucede a su alrededor, estuvo muy marcado por la figura de Carrió: es la directora, fue la encargada de anunciarlo en los medios y su foto figura en los carteles de promoción distribuidos cerca de algunas facultades.
“Es lógico que al principio esté muy condicionado por la figura de Carrió, y evidentemente muchos se anotaron para escucharla a ella. Pero con el tiempo la idea es que se vaya autonomizando. De hecho, el año que viene hay elecciones y Lilita va a estar muy ocupada con eso, va a tener menos tiempo para venir. Esperamos que para ese momento el instituto sea autosustentable, que funcione en relación con el ARI y cerca de Carrió, pero que no dependa sólo de ella”, concluye Maffía.
Subnotas