Sáb 05.06.2004

EL PAíS

Asaltaron a un funcionario y el Gobierno leyó ahí “un mensaje”

Por Irina Hauser y Martín Piqué

José Salvini es santacruceño, asesor del Gobierno y muy amigo de hace años de Néstor Kirchner. Tres hombres entraron al edificio donde vive en Constitución y fueron directo a su departamento, con una vecina como rehén, diciendo que querían dinero. Lo ataron de pies y manos y lo amenazaron apoyándole un revólver en la cabeza, pero al final sólo se llevaron dos relojes, una alianza y una campera. En la Casa Rosada dicen que el episodio forma parte de la campaña de “desestabilización” denunciada por el Presidente. “Se trata de robos con mensaje”, definió el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. El secretario presidencial Oscar Parrilli culpó a “sectores que estamos combatiendo que tenían que ver con el delito y la corrupción dentro del Estado”. La Justicia tendrá que determinar si fue un asalto común u otra cosa.
El jueves, Salvini había ido a almorzar a su casa y a dormir una siesta, un ritual que repite todos los días a la misma hora. Cerca de las 14.30, una de sus vecinas de piso salió al pasillo para tomar el ascensor cuando, ahí nomás, la atraparon tres hombres de unos 30 años, bien vestidos y a cara descubierta. “Vamos ya al 4º ‘B’”, le gruñeron, según declaró después la mujer en la Comisaría 16ª. El funcionario estaba mirando la televisión cuando sonó el timbre. Al abrir la puerta vio a la señora sujetada por los atacantes que le apuntaban con un revólver. “Sabemos que tenés plata”, le espetaron a él, obligándolo a tirarse al piso boca abajo. Le ataron los pies y las manos con corbatas. “No te muevas que te pegamos un tiro”, le advirtieron apuntándole con un arma. A la rehén la obligaron a quedarse arrodillada mientras revolvían el departamento.
El ataque a Salvini duró cerca de cuarenta minutos. Hubo varios indicios que llevaron al funcionario a pensar que no se trataba de un robo común, una conclusión que también asumió el Gobierno:
- Los agresores esperaban en el cuarto piso, donde vive el asesor de Kirchner, y fueron directo a su departamento en un horario en el que siempre está.
- Durante el asalto la vecina gritaba que a Salvini no lo conocía. Después los hombres fueron a robar también a la casa de ella, en el cuarto “D”, pero le aclararon: “A tu departamento vamos por rebote”. Una vez que la desvalijaron abandonaron el edificio, en San Juan 1334.
- A pesar de que entraron exigiéndole plata y que Salvini les entregó todas sus tarjetas de crédito con sus respectivos códigos, no se las llevaron. Tampoco tocaron la computadora, la agenda electrónica ni ninguno de los artefactos costosos que había en el lugar. Se limitaron a robarle dos relojes, su anillo de casado, una campera y algunas otras prendas que arrastraron con perchero y todo.
- Un comentario que hizo uno de los ladrones llevó a que en la Rosada asociaran el ataque con una posible represalia policial: “Le vamos a decir al de la gorra que se equivocó, que este infeliz no tiene un mango”, escuchó Salvini.
- Cuando los integrantes de la banda vieron las credenciales de Presidencia de Salvini no hicieron ningún comentario ni se amilanaron.
“No se trató de gente que entró buscando cualquier departamento sino que fueron al de él (Salvini) y la verdad es que inscribimos este hecho en la misma lógica de los hechos de los últimos días”, dijo el jefe de Gabinete, en una conferencia de prensa. Responsabilizó, sin muchas precisiones, a “sectores que se resisten al cambio” y habló de “robos con mensajes”.
“Estamos convencidos de que intentan generar situaciones de malestar social para mellar la confianza y tener un presidente débil, presa fácil de distintos intereses”, dijo Parrilli a este diario. Aludió a “sectores que tenían que ver con el delito y la corrupción en el Estado”, aunque sin individualizar responsables. También recordó que Salvini tiene una relación estrecha, histórica, con Kirchner. Fue diputado provincial por Santa Cruz y funcionario de la Subsecretaría de Interior provincial. Ahora es asesor en la Jefatura de Gabinete y trabaja en la Corriente Peronista Federal, que fundó para llevar la política K a las provincias.
El Gobierno hizo una denuncia en la Comisaría 16ª y fue derivada a la fiscalía de instrucción 11, a cargo de Juan Andrés Necol, quien deberá determinar si Salvini fue blanco de un asalto cualquiera o de una agresión personalizada con mensaje implícito. El asesor presidencial quedó bastante shockeado, según dicen en Gobierno, y decidió mudarse. Además, sufrió lesiones ya que para sacarse las corbatas con que lo habían amarrado usó un serrucho y se provocó heridas en su pierna izquierda y tuvieron que darle una decena de puntos.

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