El ministro del Interior, Aníbal Fernández, se convirtió ayer en el primer integrante del gabinete en salir a reclamar públicamente que el PJ se encolumne detrás del presidente Néstor Kirchner. “Es el jefe del peronismo”, subrayó Fernández. De esta forma, el jefe de la cartera política confirmó la estrategia que el Presidente ideó durante su viaje a China –revelada ayer por Página/12–, que consiste en transparentar la pelea por la conducción del justicialismo, sumando el apoyo de los gobernadores y quitando del centro a Eduardo Duhalde.
“En el peronismo, después de Perón, lo que se hace es acompañar a quien está al frente del Poder Ejecutivo Nacional, al presidente de la Nación. El jefe del peronismo es el presidente de la Nación, los peronistas se encolumnan todos detrás del Ejecutivo”, remarcó Fernández.
La respuesta, vale aclarar, era a una pregunta acerca de si Duhalde ocupaba hoy el lugar de “líder espiritual” dentro del PJ. “No hay líder espiritual”, puntualizó. No obstante, Aníbal Fernández –un duhaldista de origen al fin– ubicó al ex presidente como uno de los tres dirigentes más importantes del justicialismo en este momento, hablando “en términos políticos”.
La aparición de ayer del ministro del Interior se enmarca en la estrategia presidencial de, ya de vuelta del periplo chino, ir por el liderazgo único del justicialismo. La teoría que sostienen en la Rosada es que, históricamente, el PJ no aceptó conducciones bicéfalas y que sus dirigentes acostumbran responder en forma vertical a un jefe fuerte.
El único dirigente que podría poner obstáculos a esa aspiración presidencial sería Duhalde, sobre todo por el poder de fuego que le permite el manejo del PJ bonaerense y su numeroso bloque de diputados. La forma de enfrentar ese peligro será, al decir de allegados al Presidente, sacar a Duhalde de la agenda. Es decir, no reunirse más con él y, en lo posible, que no sea Kirchner sino sus funcionarios quienes salgan a responderle. En esa estrategia, por ejemplo, no habría lugar para un encuentro de conciliación en las próximas horas, tal como –dicen también cerca del Presidente– Duhalde viene proponiendo a través de sus contactos en el Gobierno.
Con respecto al aparato provincial, el Presidente quiere revertir esa situación caminando él mismo la provincia, dado el handicap que le otorgan los altos índices de popularidad que marcan las encuestas. La convicción de los allegados al Presidente es que quien consiga manejar el conurbano tiene la llave del manejo del peronismo, por lo que no quieren dejar rincón del GBA sin visitar. Kirchner llevará en su recorrido una agenda propia que incluirá seguridad, obra pública y vivienda.