EL PAíS
› SI SE VEN, DUHALDE Y KIRCHNER LO HARAN EN IGUAZU
Con la agenda muy ocupada
En Gobierno desestimaron la chance de que el encuentro se realice antes de la cumbre de Puerto Iguazú, sitio que tampoco será propicio para la hipotética charla entre ambos. Las posiciones.
Néstor Kirchner descartó la posibilidad de organizar un encuentro con Eduardo Duhalde para antes del viaje de mañana a Puerto Iguazú, donde ambos participarán de una cumbre del Mercosur. La decisión fue blanqueada por el ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien aseguró que el mandatario le dará prioridad a su “agenda institucional” por sobre la “partidaria”.
La posibilidad de un encuentro es barajada desde hace tiempo a raíz del cortocircuito entre Kirchner y Duhalde. Pero por ahora apenas hubo algunos contactos telefónicos y ni siquiera directos sino mediatizados por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
En la Casa Rosada tomaron apuntes de algunos artículos según los cuales Duhalde está urgido de un encuentro. Y por esa misma razón decidieron desactivarlos de plano, de tal manera de no darle al bonaerense el poder de decidir la agenda presidencial. Se trata, al fin, de marcar una relación de fuerzas.
En rigor de verdad, aun cuando ni se avizoraba un pleito por la coparticipación ni la política de derechos humanos, Kirchner se tomaba sus tiempos para responder los llamados y las requisitorias de Duhalde. El ex presidente no lo interpretaba como algo personal sino simplemente como una muestra palmaria del estilo K.
–Vine a trabajar –fue la seca respuesta de Kirchner ayer sobre una eventual cumbre cuando realizaba la recorrida por las ciudades de Esquel, Trevelin y Bariloche.
Al hablar por distintos medios, Aníbal Fernández intentó quitarles pompa a los desencuentros, aunque sonó a ninguneo. “El tema Duhalde y la política interna partidaria es secundario. El Presidente tenía una agenda antes de ir a China y ahora que volvió sigue con ella”, dijo.
Probablemente para que no se interprete como muchos finalmente lo interpretaron, el ministro del Interior aclaró: “La interna partidaria puede tener importancia, nadie la minimiza, nadie pretende ningunearla, pero está sobrevalorada. Lo que digo es que si el Presidente puede hacer una reunión, seguramente lo hará. No es malo, pero yo no conozco que exista una reunión preestablecida”.
Duhalde está convencido de que ha llegado la hora de hablar, sobre todo para abordar tópicos que los mantienen en las antípodas, entre ellos la estrategia ante los piqueteros. Su mujer, Chiche, ha reclamado a gritos mayor atención de Kirchner en cuanta entrevista ofrece, enojada con el estilo K de concentración de poder y poca apertura incluso a la dirigencia de la oposición.
Pero ayer, en el entorno de Duhalde, negaban que el ex presidente esté desesperado. “Sigue jugando al ajedrez”, graficó a este diario el diputado Chicho Basile sobre la paciencia de su referente político. “Pero el problema no es si se juntan o se dejan de juntar. Al fin y al cabo, ¿cuál es la pelea entre ellos? El tema es que en este país seguimos corriendo detrás de la pelota cuando hay gente que se muere de hambre”, intentó desinflar la cumbre de los dos hombres más poderosos del país.
Por ahora ni siquiera hay chances de hacer un “aparte” en Misiones, donde mañana Kirchner y Duhalde se verán las caras. Allí ya se encuentra el duhaldista todoterreno Alfredo Atanasof. El diputado es uno de los que cree que el ex y el actual presidente deberían mantener un encuentro secreto para arreglar sus cuitas. Y eso es imposible que ocurra en Puerto Iguazú.
¿Qué hace Atanasof en la previa del viaje de Kirchner y Duhalde? Nada conspirativo: representa a la Argentina en el plenario Parlamentario del Mercosur, en donde se ajustarán las competencias y la declaración de principios para la puesta en marcha de un ámbito legislativo común para todo el mercado.
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