EL PAíS
› ALGUNOS GORDOS CUESTIONAN LA DESIGNACION DE MOYANO EN LA CGT
Una pulseada de los pesos pesado
El lucifuercista West Ocampo y el mercantil Cavalieri salieron a cuestionar la designación de Moyano al frente de la CGT unificada. Dicen que sería “un salto para atrás”.
› Por Laura Vales
La posibilidad de que Hugo Moyano se convierta en titular de la CGT unificada fue cuestionada ayer por algunos de los principales dirigentes de los gordos. Como una muestra de su rechazo, los jefes de la CGT oficial boicotearon la reunión en la que hoy discutirían con los moyanistas la conformación de la futura cúpula de la CGT. “Nuestra obligación es encontrar un hombre que implique un salto para adelante, no para atrás”, dijo anoche Carlos West Ocampo, para dejar en claro que su rechazo a la designación del camionero es tajante. Los sindicalistas fijaron de todas maneras una nueva fecha de discusión para el lunes. En el medio, seguirán las negociaciones para destrabar la situación.
La oposición a la candidatura de Moyano está encabezada por West Ocampo y el titular de Comercio, Armando Cavalieri. Ayer, luego de que Moyano quedara perfilado como el postulante con más chances de liderar una CGT unificada, los gordos salieron a rearmar su tropa. Hicieron un encuentro en la sede de Luz y Fuerza que se extendió durante toda la tarde y a su término anunciaron que no concurrirían a la reunión por la unidad.
West Ocampo presentó la decisión como una postura monolítica, pero otros referentes del sector aseguraron en cambio que existen diferencias internas sobre el tema y que los dos dirigentes “se están quedando solos”.
En agosto vencen los mandatos de las conducciones de las dos CGT, por lo que gordos y moyanistas vienen hablando hace varios meses de reunificar las centrales. El intento de unidad no es el primero. En diciembre de 2000 estuvieron cerca de concretarlo, pero el acuerdo naufragó con la sanción de la flexibilización laboral. Hubo otras tentativas, pero todas fracasaron por la negativa de los gordos a darle la conducción a Moyano.
Sin embargo, el deterioro del jefe de la CGT oficial, Rodolfo Daer –procesado por presunta administración fraudulenta bajo la acusación de quedarse con dos millones y medio de dólares de su gremio–, facilitó las negociaciones. Y el martes pasado, los moyanistas consiguieron el respaldo del menemista Luis Barrionuevo para la candidatura.
Quienes apoyan al camionero aseguran por esto que su consagración es prácticamente un hecho. “Ya no caben dudas que el futuro secretario general de la CGT única no puede ser otro que Moyano”, dijo ayer el titular de la UTA, Juan Manuel Palacios. Los gordos, en cambio, proponen otros candidatos o hablan de la posibilidad de que el congreso nacional, convocado para el próximo miércoles, nombre una comisión provisoria que administre una CGT sin cabeza hasta que se llegue a un consenso.
Junto con la disputa por la conducción, está en juego el perfil que tendrá la CGT en caso de que llegue a unificarse. El sector de Moyano se plantea volver a generar conflictividad e incluso pelear la representación de los desocupados a las organizaciones piqueteras, pero la sola mención de la palabra piquete les pone los nervios de punta a los gordos.
El Gobierno sigue con atención el proceso. Si bien Moyano tiene una buena relación con el Presidente –en su año y medio de mandato, en cambio, Kirchner no recibió a la CGT de Daer–, son públicas las vinculaciones del camionero con el PJ bonaerense. En la interna Kirchner-Duhalde, el dato no es una cuestión menor. Tampoco que el principal impulsor de Moyano sea una figura del menemismo como Luis Barrionuevo.
Gordos y moyanistas seguirán discutiendo, de aquí al lunes, el resto de los cargos de la futura conducción. Para la CGT oficial renunciar a la titularidad de la nueva central después de ocho años de Daer significaría un alto sacrificio. Como tienen la mayoría de los votos, reclaman la mayoría de los cargos en el caso de perder el de secretario general. Pero Moyano no está de acuerdo en asumir sin tener asegurado el manejo de los resortes del poder. La convocatoria al congreso de unificación, fijado para el miércoles, va a acelerar los tiempos de este debate. Con todo, los cortocircuitos dejan en claro que la unidad no está tan cerca.