Dom 11.07.2004

EL PAíS  › ARRESTARON A UN CAPITAN DEL EJERCITO POR LAS AMENAZAS A BONASSO

Tronó el escarmiento en Patricios

El capitán Juan Manuel Ferraro, del Regimiento Patricios, fue arrestado por amenazar a Miguel Bonasso. El Ejército hizo su propia investigación y lo entregó a la Justicia. En la misma causa está involucrado Gonzalo Alsogaray.

› Por Victoria Ginzberg

El jueves, la jueza María Servini de Cubría ordenó secuestrar una computadora del Regimiento Patricios como parte de la investigación por las amenazas que recibió el diputado Miguel Bonasso vía mail. Quería comprobar si de esa máquina habían salido algunos de los mensajes intimidatorios. El Ejército hizo ayer su aporte a la pesquisa y entregó a quien mandó los correos electrónicos: el capitán Juan Manuel Ferraro, integrante del Regimiento. El militar está desde ayer preso en la División de Delitos Complejos de la Policía Federal y el martes sería interrogado por la jueza. El Ejército lo pasó a disponibilidad.
Servini de Cubría y el fiscal Gerardo Di Masi habían rastreado la pista del Regimiento y llegaron hasta una computadora que secuestraron el miércoles pasado para que la División de Delitos Informáticos de la Policía Federal hiciera las pericias correspondientes. Pero el Ejército decidió abrir una investigación propia y, antes de que el resultado de la medida judicial estuviera listo, identificó a Ferraro como el autor de los correos electrónicos. “El jefe del Estado Mayor General del Ejército (Roberto Bendini) ordenó el pase a disponibilidad del citado oficial, poniéndolo a disposición del Juzgado Federal número uno de la Ciudad de Buenos Aires”, informó el Ejército en un comunicado que difundió ayer.
Ferraro está detenido en la División de Delitos Complejos, en la calle Cavia, donde también está presa María Julia Alsogaray. Servini de Cubría planea interrogarlo el martes y luego el hombre quedará a cargo del Ejército, que también dispuso su arresto. El delito de amenazas se reprime con una pena de entre seis meses a dos años, pero si, como en este caso, las intimidaciones son anónimas, el castigo puede ascender a tres años.
“Monto, te recuerdo que hace unos años tuviste que escaparte como una rata. Ya llegará el tiempo de que lo tengas que hacer otra vez o sentirás tronar el escarmiento”, decía uno de los correos que recibió Bonasso en la dirección que le otorgó la Cámara de Diputados. Los mensajes estaban llenos de insultos: “Terrorista, montonero, mal parido, creían que sus mentiras iban a durar mucho, pues la gente ya se dio cuenta de que son una basura deleznable que sólo busca revancha después de treinta años”.
Al recibir esos mails –son por lo menos tres– Bonasso los hizo públicos en una conferencia de prensa y realizó la correspondiente denuncia judicial. La semana pasada, Di Masi y Servini de Cubría arrestaron por este tema a un sobrino de la ex secretaria de Recursos Naturales María Julia Alsogaray, que está presa hace casi un año.
Gonzalo Alsogaray estuvo demorado por diez horas y aún está pendiente su declaración indagatoria. Su detención se debió a que, según afirmaron funcionarios judiciales, se detectó que desde la computadora que usa en la empresa donde trabaja se sacaron tres casillas de correo que se pueden usar en forma anónima (Hotmail o Yahoo) que luego sirvieron como remitentes de intimidaciones dirigidas al diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD). “No descarto que mi hijo se haya comunicado en algún momento con Bonasso, tal vez intercambiando correos electrónicos como los intercambia con muchos diputados”, dijo, como defensa de su hijo, Alvarito Alsogaray, a su vez hijo del capitán ingeniero.
El viernes, Página/12 informó que el nieto de Alvaro Alsogaray no era el único sospechoso en la causa, sino que se estaba investigando si hubo otras dos personas que participaron de la maniobra, incluyendo alguien del Regimiento Patricios. En su presentación judicial, Bonasso no había mencionado a posibles autores de las amenazas.
El pase a disponibilidad del capitán Ferraro es una nueva complicación para el jefe del Regimiento Patricios, coronel Carlos María Marturet. Esa unidad fue la elegida por el grupo de empresarios, operadores políticos y militares en actividad y retiro para encontrarse hace más de un mes. Cuando el ministro de Defensa, José Pampuro, llegó sin invitación ni aviso al lugar, uno de los asistentes de la reunión, el radical Enrique “Coti” Nosiglia, le dijo: “Quedate tranquilo que no estamos conspirando”. Lo acompañaban, entre otros, Miguel Angel Iribarne, socio del financista Aldo Ducler en Mercado Abierto; el empresario Vicente Massot, quien tuvo que renunciar como viceministro de Defensa de Carlos Menem por promover el ascenso de dos torturadores de la ESMA, y el represor de Automotores Orletti Rubén Visuara.
Hace dos semanas Marturet se encontró además con una denuncia de la propia Servini de Cubría, quien ahora investiga a Ferraro. La jueza acusó al jefe de Patricios de discriminarla por impedir que una empleada suya hiciera una fiesta en el lugar porque ella estaba entre los invitados. Ante la denuncia, en el regimiento argumentaron que existía una decisión de no alquilar o prestar el sitio a personas ajenas a las Fuerzas Armadas, medida que habría sido tomada después de que se difundiera el evento en el que irrumpió Pampuro.
El Patricios vuelve a ser noticia. Esta vez porque uno de sus integrantes habría participado en las amenazas que sufrió un diputado, quien también denunció que poco después de haber recibido esos mensajes fue amedrentado personalmente por desconocidos en dos bares. La magistrada y el fiscal también tendrán que indagar en el rol de Gonzalo Alsogaray en la maniobra.

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