EL PAíS
› ACCION POR LA REPUBLICA SALE A DEFENDER A SU JEFE
Amingos son los amingos
Los diputados de AR pidieron una interpelación a Soria por la detención de su jefe. Cavallo, preocupado por el magro peso específico de quienes lo apoyan. Las gestiones que hace Sonia.
› Por José Natanson
Sin muchos recursos, el cavallismo continuó con su contraofensiva político-jurídica para conseguir la liberación de su jefe. A las supuestas solidaridades internacionales y a las apariciones televisivas de Sonia, ayer se sumó una iniciativa de los cuatro diputados que responden al ex ministro de Economía, quienes presentaron un proyecto para interpelar al jefe de la SIDE, Carlos Soria, por las presiones sobre los jueces. Paralelamente, Cavallo denunció al funcionario ante la Justicia por coacción y amenazas. “No es mucho, pero es todo lo que podemos hacer”, resumía anoche un dirigente luego de visitar en su celda al creador del corralito.
El miércoles pasado, cuando Julio Speroni decidió detener a Cavallo por su responsabilidad en la venta ilegal de armas, el entorno del ex ministro fue tomado por sorpresa. Desconcertados, abogados y políticos no sabían bien cómo reaccionar hasta que, un día más tarde, Sonia llegó a Buenos Aires. Como reemplazante natural de Cavallo, Sonia asumió el control de la situación, dio instrucciones al equipo de legal y encabezó personalmente la contraofensiva mediática.
Se encargó, también, de organizar la respuesta política. El eje es una nota de Página/12 del domingo pasado, donde se revelaron las presiones de Soria sobre jueces y camaristas, a los que les reclamó que encarcelaran a Cavallo –además de los banqueros Eduardo Escasany y José y Carlos Rhom– como modo de calmar el malhumor social.
Cerca de Cavallo aseguraban que el silencio del Gobierno –hasta ahora, ningún funcionario de peso desmintió categóricamente la información– es una forma de reconocer la veracidad de la noticia. Con este argumento, el bloque de diputados de Acción por la República presentó ayer un proyecto de interpelación en la Cámara de Diputados para que el jefe de la SIDE aclare el asunto.
A pesar del esfuerzo, quedó claro que los apoyos del Mingo son bastante pobres. En la conferencia de prensa estuvieron los cuatro diputados que aún le responden, el bloque de cuatro legisladores porteños y una serie de dirigentes partidarios desconocidos. “Estamos frente a un caso de gravedad institucional inadmisible, pues afecta la libertad de las personas, derechos y garantías individuales”, afirmó Guillermo Alchourron, jefe de la bancada de AR.
El otro costado es jurídico. Apenas se conoció la decisión de Speroni, la defensa de Cavallo reaccionó desorientada, tratando de entender una causa a la que no le había prestado demasiada atención. Ahora, con la publicación de las presiones de Soria sobre los magistrados, los abogados del economista han encontrado un rumbo basado en el supuesto carácter “político” de la detención.
Ayer, el abogado cavallista Marcelo Bermolén denunció al jefe de la SIDE por “abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionario público, amenazas y coacción agravada”. Además, solicitó que se citara a declarar a Speroni y a todos los magistrados involucrados en el encuentro. La presentación fue radicada en el juzgado de Claudio Bonadío, pero todo es tan complicado que el juez seguramente se excusará, ya que participó de aquella reunión.
Sin embargo, los cavallistas no parecían muy optimistas respecto del futuro jurídico de su jefe. No tienen datos certeros, pero están convencidos de que Speroni dictará en pocos días el procesamiento y la prisión preventiva. “Tenemos indicios de que podría ser este viernes”, explicaban.
El último capítulo de la estrategia se basa en la supuesta cruzada internacional de solidaridad con el ex megaministro. Aunque los cavallistas no se cansan de hablar de eso, hasta ahora sólo se conoció el apoyo del dirigente chileno Sebastián Piñera, titular del derechista partido Renovación Nacional. La encargada de coordinar los diferentes aspectos de la estrategia es Sonia, que todos los días se acerca al escuadrón de Gendarmería para conversar con su marido. Ayer llegó junto a sus dos hijos, y más tarde desfilaron otros amigos de Cavallo: los legisladores Guillermo Cantini, Carlos Castellani y Marcelo Draga, el embajador Francisco Pulita y el ex secretario de Agricultura, Marcelo Regúnaga.
Hoy se cumplirá una semana de la detención de Cavallo. Está cansado y sospecha que permanecerá bastante tiempo tras las tejas, aunque el hombre no pierde la esperanza en los recursos que ha logrado desplegar hasta el momento: la presión política de un puñado de diputados de segunda línea, la respuesta judicial por la supuesta politización de la causa, los apoyos internacionales y la solidaridad interminable de la familia. No será mucho, pero es todo lo que tiene.
Subnotas