EL PAíS
› CHAVEZ RECIBIO A KIRCHNER CON UN ACTO PARTIDARIO EN LA PETROLERA ESTATAL
“Desde ahora nuestro norte es el sur”
El presidente venezolano no deja de hacer campaña por el referéndum que realizará el 15 de agosto. Kirchner fue cuidadoso y agradeció la firma de convenios, que fueron varios. Cerró el encuentro resaltando el vínculo bilateral y la integración regional.
También se reunió con dirigentes de la oposición a Chávez.
› Por Nora Veiras
Página/12
en Venezuela
Desde isla Margarita
“Estamos cambiando nuestra mirada: ahora nuestro norte es el sur”, explica un directivo de una de las empresas petroleras venezolanas. Bajo ese paraguas estratégico, el presidente Hugo Chávez recibió a su par argentino Néstor Kirchner, para afianzar el intercambio económico entre ambos países. “Desde estas tierras salen los buques de Pdvesa para alimentar de energía a la Argentina”, dijo Chávez después de confesar su “admiración y cariño” por el visitante. Una marea roja de trabajadores chavistas mezclados entre las palmeras se imponía como única vista desde el escenario donde el líder venezolano aprovechó para machacar que “acá se está debatiendo si Venezuela va a seguir siendo libre o se transformará en una colonia norteamericana”. Kirchner agradeció y remarcó que “nosotros estamos en la tarea de tener incidencia en nuestro petróleo. En no mucho tiempo se integrará Petroamérica”. Su presencia en el escenario y su visita fueron los gestos con los que evitó tomar el guante y pronunciarse explícitamente sobre el referéndum. Anoche se entrevistó con la oposición. Después cerró el encuentro con un discurso en el que hizo énfasis en actuales y futuros proyectos conjuntos entre ambos países.
Durante un prolongado desayuno de trabajo en el Hotel Hilton, Kirchner y Chávez terminaron de darle forma a los acuerdos económicos. La continuidad de la compra de fueloil para evitar el colapso energético en la Argentina y una serie de convenios para viabilizar la reparación y construcción de buques en Astilleros Río Santiago, forman parte del paquete de coincidencias. Sobre la idea de conformar Petrosur, la petrolera del hemisferio sur, también lucubraron la posibilidad de incorporar a Yacimientos Petrolíferos Bolivianos, a Colombia, a Brasil y Uruguay.
“En realidad, el presidente Kirchner se ha transformado en un líder catalizador en la región: tuvo un papel central para convencer a los Estados Unidos de que Evo Morales no era un mafioso traficante y permitir el avance del proceso de paz en Bolivia y también está jugando un papel central para que mengüe el ataque de los Estados Unidos a Chávez”, repetía un funcionario convertido en analista de la maratónica visita.
El afianzamiento del vínculo entre Argentina y Venezuela y el deseo de una verdadera integración regional quedaron plasmados en el discurso que hizo Kirchner como cierre del encuentro. El Presidente anunció allí convenios bilaterales enfocados en la “integración energética, integración de las comunicaciones (a través de la cooperación entre las cadenas estatales como punto de partida para una red latinoamericana) y en el desarrollo de la tecnología satelital conjunta”. Estos objetivos también quedaron reflejados en la Declaración de Margarita, que firmaron ambos presidentes.
El gobernador bonaerense Felipe Solá estaba satisfecho por la expectativa de reactivación económica que se abre a partir de tres convenios que acababa de firmar. Uno de entendimiento con la empresa Diques y Astilleros (Dianca) y Astilleros Río Santiago para formar una Unión Transitoria de Empresas (UTE), que en noventa días tendrá que estar lista. El objetivo es cumplir así con la legislación venezolana y permitir que la empresa contrate en forma directa con Astilleros Río Santiago. Otro convenio lo acordó con la petrolera marina (Pdvmarina) y el astillero para realizar contratos de reparación de buques. Está abierta la reparación de un barco por 1,5 millón de dólares aproximadamente. Para el futuro quedaría la construcción de buques tanques. Una etapa superior que requeriría previamente inyección de dinero por parte de Venezuela para poner en condiciones al astillero bonaerense. También definió la construcción de un ferry para 200 pasajeros.
Hugo Perón
A media hora de vuelo en helicóptero militar desde la isla Margarita, Chávez organizó el acto político de la jornada. Venezuela está cruzada por la campaña de la revocatoria de mandato que se realizará el 15 de agosto. La oposición, homogénea únicamente en el objetivo de desplazarlo del poder, tiene que reunir más de 3,8 millones de votos para conseguir que al día siguiente renuncie el presidente. Los chavistas están persuadidos de que ellos ganarán. Algunos recelan que la oposición se retire horas antes de las elecciones para deslegitimar el proceso y fogonear la polarización. Ante esa hipótesis temen que la violencia gane las calles en un país que en abril de 2002 logró zanjar el intento de golpe cívico-militar para desplazar a Chávez con apoyo de los Estados Unidos.
“Después de Dios está él, lo adoro. Estoy trabajando en el proceso por él aunque todavía no me dio nada. Más adelante vendrá la recompensa”, repite Luz, una empleada de mantenimiento de Petróleos de Venezuela (Pdvesa). A su lado Daisy es todavía más generosa en elogios: “Es un milagro para Venezuela. Es lo mejor que tuvimos: acá hubo cuarenta años de gobiernos que marginaron a los pobres. El ayuda a los campesinos, hizo las misiones para alfabetizar, el Mercal –el mercado a precios populares–, trajo médicos cubanos que van a los barrios pobres”.
El rojo domina la militancia: boinas rojas, remeras rojas, pañuelos rojos se recortan entre las palmeras y la bandera de Venezuela. Sólo esperan escuchar a su líder. Las horas pasaban en Puerto Cruz y los chavistas se entretenían bailando al ritmo de merengue y salsa. Una sirena de barco, inmensos chorros de agua que fluían a la vera del mar y el hit de campaña, “Uh, ah, Chávez no se va”, precedieron la entrada triunfal de Chávez y su par argentino. Apenas minutos antes, una locutora oficial arengaba con otro cantito: “Que no me da la gana de ser una colonia norteamericana/ que sí me da la gana de ser una potencia latinoamericana”.
La liturgia peronista revive en Chávez con ritmo caribeño. El mismo la incorpora en su discurso cada vez que puede. “Siempre recuerdo la expresión de mi general que decía que el siglo XXI nos encontrará unidos o dominados, nos encontró desunidos y dominados, pero el siglo XXI será el siglo de la unión y la liberación”, bramó enfundado en una guayabera. Fue breve, la prolongada espera y el sol actuaron de disuasivo para su habitual verborragia.
Kirchner agradeció a Chávez el aporte de energía a la Argentina “para que sigamos creciendo”, reivindicó la futura formación de Petroamérica y no quiso zambullirse públicamente en la contienda del referéndum. “El comandante”, como lo llaman sus adeptos, se alimentó del contacto directo con la gente y partió trotando, como en sus tiempos de militar paracaidista, rumbo al helicóptero oficial.
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