EL PAíS
› EL FLAMANTE SECRETARIO DE SEGURIDAD,
ALBERTO IRIBARNE, DEFINE PRIORIDADES
“No es un crimen la protesta social”
Llega por segunda vez a la Secretaría de Seguridad y en un momento en que el tema de la protesta social y las formas de controlarla provocaron el primer recambio en el gabinete de Néstor Kirchner. Defiende al nuevo jefe de la Policía Federal, descree de las denuncias de su antecesor sobre la SIDE y dice que no firmó el petitorio de Juan Carlos Blumberg.
Por Laura Vales y Horacio Cecchi
No reprimir las protestas sociales y, frente al delito común, coordinar el trabajo con la provincia de Buenos Aires. Esas son las instrucciones que Alberto Iribarne recibió del presidente Néstor Kirchner al asumir como secretario de Seguridad. En su nuevo despacho, el hombre que se hará cargo del área más afectada por la crisis de gabinete enfrenta el clima recalentado que dejaron las denuncias de Gustavo Beliz y Norberto Quantín con la estrategia de la cautela: dice descreer que haya servicios de inteligencia operando contra el Gobierno y que confía en la Policía Federal. A Iribarne le tocará abrirse paso en aguas revueltas, pero su historia personal muestra que flexibilidad no le falta: el nuevo secretario de Seguridad fue, durante la presidencia de Carlos Menem, el segundo de Carlos Corach en el Ministerio del Interior. Se convirtió después en jefe de campaña de Eduardo Duhalde y en el año 2000 trabajó para la candidatura de Domingo Cavallo como jefe de Gobierno porteño. Quien le pregunte cómo se define lo escuchará contestar que es peronista. En diálogo con Página/12, dijo además que no firmó el petitorio de Juan Carlos Blumberg.
–¿Cuál va ser la política de seguridad frente los reclamos sociales?
–En principio, hay que entender que la protesta social no es un tema de seguridad, sino una cuestión política. Es verdad que cuando la protesta se expresa a través de manifestaciones y piquetes la Secretaría de Seguridad debe proteger a los manifestantes y a quienes no participan, pero pueden verse afectados por la movilización, como comercios, vehículos y propiedades. Ahí es donde debe intervenir la policía para prevenir que se cometan delitos. A mí me interesa poner de manifiesto que el objetivo central de la cartera de Seguridad no es ocuparse de lo social sino de la lucha contra la delincuencia.
–Sin embargo, la mayoría de los medios identifica al reclamo con el delito y presiona para que la protesta sea reprimida.
–Pueden existir presiones, pero la política sigue siendo la misma. Cuando decimos que no vamos a criminalizar la protesta social estamos haciendo esa diferenciación: que una cosa es el delito y otra la protesta social. No es un crimen la protesta social. Por supuesto que crea molestias, pero hay que entender al tema como una cuestión en la que existen derechos constitucionales en pugna: el de ejercer el derecho a peticionar a las autoridades y expresarse en contraposición con el derecho a circular libremente. La protesta molesta a la gente, mientras que el delito produce miedo, es algo mucho más grave. Nuestra función es que la gente tenga cada vez menos miedo y si es posible que no sea molestada también.
–El tema generó la crisis por la que fueron desplazados Gustavo Beliz y Norberto Quantín, ¿cómo evalúa su gestión en el área?
–Nuestra gestión va a darle continuidad a la política de seguridad anterior, así como hubo continuidad con la gestión previa a la de Quantín. A mí me tocó desempeñarme como secretario de Seguridad antes que él y firmamos un convenio de cooperación con la policía holandesa y con la fundación Ana Frank sobre derechos humanos que continuó la anterior gestión y que va a continuar ésta. No vamos a actuar como los locos ni a empezar todos los días de nuevo.
“No creo en las denuncias sobre la SIDE”
–¿Qué medidas quiere impulsar frente al delito común?
–En términos generales, la intención es profundizar la coordinación entre las fuerzas de seguridad, de la policía con la SIDE y las policías provinciales.
–¿Van a continuar los operativos conjuntos en el conurbano?
–Vamos a ver si se quedan. La idea es hacer un trabajo de colaboración estrecha con la provincia de Buenos Aires. Esas han sido las instrucciones del Presidente: que la seguridad no tiene fronteras.
–¿La Gendarmería y la Prefectura van a seguir haciendo tareas de seguridad?
–Hay que ver si se pueden reemplazar esos efectivos, porque son situaciones que deberían ser transitorias... son las transitoriedades que se vuelven permanentes.
–Usted mencionó a la SIDE. El ex ministro Beliz denunció que allí funciona un ministerio paralelo. ¿Es cierto?
–Yo creo que no, ésa es una cuestión dicha por Beliz y habrá que ver qué puede aportar. Cuando a mí me tocó estar frente a la Secretaría de Seguridad no fue así.
–¿Considera que hacen falta cambios en la SIDE?
–Siempre hay cuestiones a perfeccionar. También allí se han resuelto cuestiones importantes, secuestros extorsivos. No es mi área, aunque lo que sí me interesa como responsable de Seguridad es que lo que aporte la Dirección de Inteligencia Criminal de la SIDE sea de la mejor calidad posible.
–Históricamente, en la Argentina tenemos un tema crítico con la seguridad: la vinculación entre sectores políticos y la corrupción policial.
–Yo creo que en el estadio actual ese es un objetivo permanente, el de luchar contra la corrupción en las instituciones. Pero yo diría que no hay un estado de sospecha sobre la Policía Federal. Si hay efectivos que cometen delitos, serán separados y llevados a la Justicia, pero no partimos de un estado de sospecha. Y lo otro son cosas que se han dicho, como en la provincia de Buenos Aires.
–La semana pasada, a raíz de los incidentes en la Legislatura, hubo quienes opinaron que allí actuaron servicios de inteligencia.
–Si aparece alguna prueba concreta habrá que investigar, pero yo no lo creo. Esas cosas que se dicen, que son funcionales a la derecha, o esa forma de razonar empezando al revés, pensando a quién le favorecen ese tipo de hechos... es obvio que al Gobierno no lo favorecen, pero yo no creo que hayan actuado servicios.
–Le parece muy conspirativo.
–Sí, me parecen teorías conspirativas.
Políticas de Estado
–Quantín, su antecesor, dijo que a Kirchner no le interesa solucionar el problema de la falta de seguridad.
–No quiero comentar los dichos de Quantín. Por supuesto que no coincido. Las instrucciones que me ha dado el Presidente son brindar más seguridad a la población y luchar contra el delito.
–Usted estuvo en la Secretaría de Seguridad durante la gestión de Juan José Alvarez.
–Sí, desde agosto del 2002 hasta mayo del 2003.
–Uno de los cuestionamientos que se han formulado en su contra es que entonces defendió al jefe de policía Roberto Giacomino.
–Pero no es cierto. Giacomino ya estaba designado cuando yo asumí, y mientras estuve en la Secretaría de Seguridad no tuve motivos ni hubo denuncias que hicieran que pidiera su remoción. Ese criterio fue compartido por el ministro Beliz y por Quantín, quienes lo dejaron en el cargo hasta que hubo una denuncia y se inició la correspondiente investigación (por supuestos hechos de corrupción) que hoy está en la Justicia. Pero yo no lo defendí. Y no lo cuestioné porque no tuve elementos para cuestionarlo, como no los tuvieron en el inicio de esta gestión Beliz ni Quantín.
–¿Está conforme con el actual jefe de la Federal? Néstor Valleca fue impugnado por la Coordinadora contra la Represión Policial debido a la represión durante un escrache a Etchecolatz.
–No son críticas fundadas. Yo tengo la información de que no tuvo ninguna responsabilidad directa en esos hechos.
–¿Cómo ve la sensibilidad de la opinión pública frente al tema de la inseguridad?
–Creo que hay sensación de inseguridad. Para que la gente se sienta más segura y vaya perdiendo el miedo vamos a tener que trabajar mucho.
–¿Trabajar en qué dirección?
–Faltan muchas cosas, por ejemplo la presencia policial en la calle es importante para generar mayor sensación de seguridad. También que los delitos se esclarezcan; para eso los distintos organismos de seguridad tienen que tener mejoras técnicas.
Prioridades y carencias
–¿Qué opina de Blumberg? ¿Firmó su petitorio?
–El concitó el reclamo de seguridad de mucha gente. Como víctima, se puso a trabajar sobre este tema... ¿si yo lo hubiera firmado? No. Es un tema que demuestra la debilidad de las instituciones que tienen que encargarse del tema y dar respuestas. Blumberg es el emergente de quienes sienten la falta de seguridad y plantea un plan. Es un exponente de la falencias en esta área.
–Cuando un policía de la Federal mató en Palermo a Lisandro Barrau se dijo que de las 53 comisarías alrededor de una docena no respondían a la estructura vertical de la fuerza, sino a algún guiño de Giacomino.
–No tengo esa información. La estructura de la Federal es vertical. Tengo confianza plena en que toda la policía esté encuadrada.
–Entonces, ¿cuáles son las prioridades en Seguridad y cuáles las falencias?
–La prioridad es trabajar para que haya mayor seguridad y la gente pierda el miedo, mejorar la capacitación de la policía, incorporar recursos tecnológicos, coordinar esfuerzos entre los organismos de seguridad, mejorar en la inteligencia que pueda proveer la SIDE en materia de inteligencia criminal.
–¿Y las falencias?
(Iribarne piensa. El silencio es tan largo que a los colaboradores del secretario se les escapan risas nerviosas. Iribarne sonríe.)
–Son todas ésas.
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