Hace menos de una semana, Néstor Kirchner asistió a un acto en homenaje al radical Ricardo Balbín y con ese gesto abrió el juego para comenzar el diálogo político. Uno de los primeros que celebró este giro del Ejecutivo fue el ex presidente Raúl Alfonsín, aunque con algunos reparos: “Nosotros queremos discutir con el Gobierno una agenda seria, que trate los problemas sociales y las reformas políticas”. El líder de la UCR cuestionó la idea de transversalidad, que perdió terreno en los últimos días, porque “era una coptación de gente de distintos partidos que no tenía nada que ver con el sentido de la unión nacional que nosotros buscábamos”.
“No estamos buscando puestos”, aclaró apenas comenzó la entrevista en torno a la posibilidad de nuevas conversaciones con el Gobierno, un tema que abrió Kirchner la semana pasada y que viene siendo debatido por distintos sectores políticos. “Aquí no se conversaba con los políticos, picoteaban a los partidos. Eso no estaba bien –dijo refiriéndose a la transversalidad–. Si conversan con los políticos y arreglamos una agenda, con todo gusto. Nosotros no queremos puestos pero si se nos dice que es necesario que demos un nombre, seguramente no habrá inconvenientes”, explicó.
Dentro de las discusiones que pretende dar el radicalismo en ese espacio de diálogo, el ex presidente destacó su aporte para “una mejor distribución del gasto social y el tratamiento de las reformas políticas”. Alfonsín cuestionó la manera en que se distribuyen actualmente los planes y dijo que “deberían ser distintos. Por ejemplo, un Plan Trabajar no puede servir para el ocio, ¿verdad? Sus beneficiarios deben ir, por lo menos, a una escuela de capacitación”.
Entre las acciones positivas del actual gobierno, el radical destacó la política internacional y la nueva constitución de la Corte Suprema. “Kirchner ha tenido la valentía de resistir las presiones para no enviar tropas a Irak y defenderse de las presiones de George Bush”, subrayó. Entre lo negativo, consideró el manejo de las protestas piqueteras, “frente a las que el Gobierno debe actuar aunque no reprimir”, y la utilización del gasto social, “que va en gran parte a pagar la deuda”.
Finalmente, al hacer mención al tema de la deuda externa, Alfonsín advirtió que “como país hemos perdido gran parte de decisión nacional”, pero destacó que Kirchner “ha defendido con dignidad” los intereses nacionales en las negociaciones con los organismos financieros. “El FMI se ha arrepentido de lo que hizo en la década de los ’90. Ahora nos quiere apretar a nosotros con todo y nos pide que paguemos más a los acreedores. ¿Qué les vamos a pagar? –se preguntó–. Nosotros queremos honrar nuestra deuda, pero les vamos a pagar en la medida en que nos dejen crecer”, concluyó.