EL PAíS
› EL PLANETA BLUMBERG
La abogada “apolítica” resultó que fue una candidata de López Murphy
Liliana Blasi es vecina, vocera y amiguísima de los Garnil, en La Horqueta, y una sonora ladera de Blumberg que siempre se presenta como apolítica, “espontánea”. Pero resulta que fue candidata frustrada de Recrear, con dirección equivocada.
› Por Eduardo Tagliaferro
“No tenemos banderías políticas. Estamos acá sin palos y sin piedras. Estamos impotentes ante los secuestros y ante la inseguridad”, afirmaba, en una crónica de La Nación del 31 de julio, Liliana Blasi, una vecina del matrimonio Garnil. El diario hasta resaltó que los dichos habían sido formulados de una “manera espontánea e improvisada”. Ese día, los vecinos del distinguido barrio La Horqueta, en San Isidro, habían marchado alrededor de la casa de los padres del joven Nicolás, en esos momentos en manos de sus secuestradores. Las críticas tenían un destinatario claro: el presidente Néstor Kirchner. El último jueves, Blasi integró la troupe que acompañó a Juan Carlos Blumberg a la reunión en la que éste entregó su nuevo petitorio. Pero a pesar de lo que dice, esta abogada no es ajena a la política. Fue candidata frustrada a legisladora porteña por Recrear, el partido de Ricardo López Murphy, en las elecciones del 2003.
Cuando la Comisión Ejecutiva de la Alianza Unión para Recrear Buenos Aires presentó sus candidatos a legislador porteño, Blasi ocupaba el noveno lugar. Finalmente la Justicia electoral impugnó su candidatura por tener domicilio en la provincia de Buenos Aires. El dato da cuenta de su identidad política y de la falta de inocencia que tienen algunas opiniones del Planeta Blumberg.
En diálogo con este diario, Blasi no reniega de su filiación, aunque luego de reconocer su amistad personal con López Murphy aclara que “en este momento no estoy trabajando en el partido. Me represento a mí misma”. Para la abogada, su militancia partidaria no tiene ninguna contradicción con su participación en el entorno de Blumberg, personaje que precisamente tiene a los políticos en la mira. Claro que en ese blanco no figura López Murphy, uno de los pocos referentes de la derecha que el último jueves se dejó ver entre las velas de quienes se acercaron al Congreso a reclamar: “Seguridad, seguridad, seguridad”.
“El discurso de esta gente es muy antipolítico”, confió a este diario uno de los parlamentarios que el jueves participó del encuentro con Blumberg y sus acompañantes. “Me hicieron recordar al lenguaje de las fundaciones que aborrecen la política pero que viven de los fondos públicos”, comentó el legislador para definir la reunión.
Blasi no dudó en señalar a este diario que el tema de la seguridad “va más allá de todo partidismo. Es un tema nacional”. Pero tampoco desaprovechó la oportunidad de criticar a Kirchner. “Por favor, señor Presidente, su pueblo espera su ayuda”, había dicho aquel 31 de julio en La Nación. De aquella fecha a la última marcha ha pasado bastante agua bajo del puente y la vecina de San Isidro lo sabe. “El Presidente está molesto porque le digo directamente lo que pienso”, confió Blasi a Página/12. Exultante por la marcha del jueves, también sostuvo que “lo que nunca pude lograr en política lo estoy consiguiendo ahora desde este humilde lugar”.
Cuando este diario le preguntó por esos logros que no pudo conseguir en la política y que hoy dijo haber alcanzado con la movida Blumberg, la abogada afirmó que “fue una gran emoción estar ahí, ver una gran cantidad de gente que piensa igual a uno”.
La letrada, que se define como especialista en derecho de familia, también admitió algunas derrotas políticas. Entre ellas, la aprobación del pliego de Carmen Argibay en el Senado. Blasi fue una de las que se opuso a su nombramiento en la Corte Suprema. En esa ocasión el variopinto frente opositor incluyó a estudiantes de colegios confesionales que fueron a repudiar las opiniones de Argibay y señoras mayores que no se despegaron de las cuentas de su rosario mientras duró el debate parlamentario. Una derecha refinada y paqueta, que no se ruborizó por protestar ruidosamente. Al igual que en las marchas de Blumberg, ese día tanto los manifestantes como los medios de comunicación que sintonizaron con la protesta se preocuparon en subrayar hasta el hartazgo la condición espontánea de esa movilización.Ahora también destacan que sus petitorios y marchas no conllevan un objetivo político, ni tampoco dividir a la sociedad. Blasi no duda en endilgarle a Kirchner esa intención divisionista. “Politizar la marcha de Blumberg tratando de dividir entre izquierda y derecha es lo que hace el Gobierno, que no toma el tema de la seguridad, como corresponde”, dijo esta abogada del entorno Blumberg y amiga de la familia Garnil desde hace más de diez años.
La mirada del Planeta Blumberg no tiene fisuras. Más allá del grotesco del padre de Axel de definirse como de centro tirando a izquierda, lo cierto es que cuando se rasca un poquito sobre la superficie, el vuelco hacia la derecha no conoce fisuras. “Inseguridad no sólo son los secuestros. Inseguridad son los robos, los ladrones en las calles. Inseguridad es el desorden social. Inseguridad es tener una Plaza de Mayo copada por los piqueteros. Inseguridad es no saber dónde estacionar el auto cuando uno va al centro. Inseguridad es que mis padres no puedan venir a visitarme por el miedo a que les ocupen su casa”, dijo la abogada que asesora a los Garnil y al entorno Blumberg. Para muestra...