El juez Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Eduardo Freiler se reunieron ayer en Madrid con el juez Baltasar Garzón. Fue una entrevista cordial en la que el magistrado español puso a disposición de los funcionarios argentinos el material recopilado durante los ocho años en los que investigó las violaciones a los derechos humanos en el país. Canicoba Corral y Freiler, que tienen a su cargo la pesquisa sobre los crímenes cometidos en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército durante la última dictadura, tienen además previsto escuchar a varios testigos, entre los que hay personas que hasta ahora nunca declararon ante la Justicia.
Canicoba Corral y Freiler viajaron a España en búsqueda de pruebas para sumar en uno de los expedientes reabiertos luego de la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia debida. Los acompañaron los secretarios Marcelo Sonvico y Adrián Rivera, quienes se encuentran buceando entre las más de 50 mil fojas que tiene el sumario por genocidio y terrorismo iniciado en 1996.
Muchos testimonios que aparecen en ese expediente, probablemente la mayoría, son de argentinos que viajaron para que Garzón los escuchara cuando aquí estaban paralizados los procesos judiciales sobre los crímenes de la última dictadura. La posibilidad de incorporarlos a la causa que instruye Canicoba Corral (pero que luego quedaría a cargo del nuevo Daniel Rafecas), en vez de repetirlos acá, permitiría acortar los tiempos de la pesquisa y elevar a juicio parte del caso en un plazo razonable. Además, entre hoy y la semana que viene recibirán testimonios hasta ahora inéditos.
La reunión de ayer fue la primera vez en la que Canicoba Corral y Garzón se veían personalmente. Pero ambos habían intercambiado escritos. Fue Canicoba Corral a quien le tocó el pedido de detención que hizo el español contra 41 represores el año pasado. En esa oportunidad, el magistrado ordenó la captura de los acusados, que quedaron en libertad cuando el gobierno español decidió no concretar la solicitud de extradición mientras en Argentina avanzaran los juicios.
Freiler y Garzón, en cambio, se conocen desde hace tiempo. El fiscal estuvo en España cuando investigaba la apropiación de menores durante la última dictadura. Por eso, ayer el español le preguntó al fiscal cómo había terminado su concurso para camarista, en el que Freiler quedó finalmente seleccionado para el cargo.