En una clara alusión al alfonsinismo, el titular del radicalismo, Angel Rozas, sostuvo ayer que “algunos dirigentes les hacen creer a los jóvenes que somos el Partido Comunista. No hay que mentirles, la UCR es socialdemócrata, progresista, pero actúa en el marco de un país capitalista”. Fue ayer, en el cierre del congreso doctrinario, donde los radicales dieron rienda suelta a su internismo debatiendo, si son o no, de izquierda.
Enojado por los abucheos de un grupo de bulliciosos jóvenes de la Juventud Radical, que lo acusaban de encarnar a “la derecha radical”, Rozas se refirió –sin nombrarlo– al mismísimo Raúl Alfonsín, ausente con aviso en el encuentro que concluyó ayer. “Yo no fui a buscar a la casa a (Fernando) De la Rúa para que sea presidente”, dijo. Y después, un poco más tranquilo, ensayó una definición: “Pertenecemos a la socialdemocracia, somos de centro hacia la izquierda, pero debemos respetar los distintos matices que siempre tuvo el partido y no encerrarnos en estrechas veredas ideológicas, porque eso sería presagiar un radicalismo de minorías y no uno con vocación de poder y de mayorías”.
El discurso fue pronunciado en el cierre de las tres jornadas de debate interno, donde el sector liderado por Rozas e integrado por otros jefes políticos del interior se enfrentó al alfonsinismo, que los acusa de buscar “derechizar” el partido para probar suerte con una alianza con Ricardo López Murphy.
Justamente, la titular del Comité Provincia, Margarita Stolbizer, aseguró que luego de tanta discusión “ha quedado claro que la UCR es de centroizquierda, progresista”. Otro de los representantes alfonsinistas, Leopoldo Moreau, se refirió al “grave error que cometió esta conducción durante el congreso, porque centró el debate en el recambio de dirigentes y no en los proyectos de desarrollo que tiene la UCR”. En medio de tantos cruces, los radicales consensuaron un documento intermedio, y en treinta días difundirán otro, con la postura de los diferentes sectores internos.