Al cierre de esta edición, los diputados justicialistas y el ministro de Economía, Roberto Lavagna, conversaban sobre la estrategia que adoptarán en el debate del Presupuesto 2005 que se iniciará hoy en el Congreso. Pero, según contaron fuentes oficiales, la reunión desarrollada en la sede del PJ sirvió para que algunos comensales especularan informalmente con el anuncio que Néstor Kirch-ner tiene en carpeta y que promete ser de trascendencia nacional. A las versiones de que se trataría de una gran inversión de China se agregó ayer otra sobre un desembolso sin antecedentes de parte de Corea.
Lavagna llegó a la sede de Ma- theu 130 para compartir lo que los organizadores consideraron como “una cena de camaradería”. “Nos encontramos para hablar de temas generales, comparamos la situación del país de estos días con la de hace 3 años, nada en particular ¿Sobre el anuncio de Kirchner? Nadie sabe demasiado, sólo que tiene un as en la manga”, señaló a Página/12 el jefe del bloque del PJ, José María Díaz Bancalari.
El Gobierno necesita el respaldo de los diputados para avalar el presupuesto y con él la actual política económica, la delegación de facultades legislativas al Ejecutivo –en lo que se denomina los “superpoderes”–, el empleo del superávit fiscal y hasta el respaldo al decreto 214 del año 2002, el que firmó Eduardo Duhalde para ponerle fin a la convertibilidad cavallista.
La sede partidaria de Matheu 130 se encontraba cerrada desde los días previos a la elección presidencial del 2003 y no fue reabierta oficialmente, ya que el peronismo nunca eligió a su nueva conducción. Fuentes partidarias recordaron que se trata de un compromiso asumido por los diputados justicialistas, quienes habían invitado al ministro a compartir una cena en la sede del PJ “desde hace tiempo”, según dijeron.
Al parecer, allí no se habló formalmente del “enigma K”, o sea, de aquel anuncio que tiene pensado realizar Kirchner en los próximos días y que, según aseguran en la Casa Rosada, tendría un fuerte impacto político. De todos modos, las especulaciones ganaron terreno y hubo alusiones informales. Algunos insisten en que se trata de una gran inversión China en el país, que le permitiría a la Argentina afrontar ante el FMI los pagos del 2005, trayendo cierta calma y eventualmente también una tranquilidad necesaria para recuperar inversiones.
Otra teoría, en rigor una adaptación de la primera, habla de un préstamo concreto de China del orden de los 15 millones de dólares, que libera a la Argentina de una gran parte de la deuda, “desencadenando un
boom de inversiones”, según textuales de un funcionario oficial.
La incógnita ante cada una de estas especulaciones es qué gana China con semejante gesto. El palabrerío no se extenderá mucho más allá del 16 de noviembre, fecha en el que aterrizará en el país el jefe de Estado del coloso asiático, Hu Jintao.
En tren de retroalimentar las conjeturas, un funcionario del gobierno de la provincia de Buenos Aires relató a este diario que Kirchner negó ante el gobernador Felipe Solá que “el as en la manga” que dice tener se vincule con China. Y, aprovechando el campo fértil que dejó el Presidente para activar la imaginación, una fuente de la Casa Rosada remarcó que Kirchner podría pegar el faltazo a la cumbre de Río de Janeiro, eventualmente para preparar el “gran anuncio”, y que un día antes de la llegada del presidente chino, hará lo propio el de Corea de Sur, y con el propósito de hacer una inversión tanto o más grande que la que China tiene pensado para la Argentina.