Sin revelaciones ni respuestas, durante siete horas el juez federal Juan José Galeano continuó ayer haciendo su descargo ante el Consejo de la Magistratura. En el breve tramo de la audiencia que fue secreto, describió la ya conocida existencia del brasileño Wilson dos Santos y reiteró que fue la persona que anticipó la comisión del atentado contra la AMIA. La única afirmación que llamó la atención de los consejeros estuvo referida a los famosos casetes con escuchas de la causa. El magistrado negó haberlos perdido y acusó por esa falta a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y al DPOC (Departamento de Protección del Orden Constitucional), que dependía de la Policía Federal. “Deben estar en algún lado y tengo la esperanza de que vuelvan a aparecer”, afirmó Galeano, para sorpresa de su público.
El juez de la causa AMIA, que está tratando de evitar una muy probable destitución, había comenzado el viernes pasado a recorrer la historia del caso en forma cronológica. “No aborda los temas centrales, no ha dicho una palabra sobre el pago a (Carlos) Telleldín, ni sobre el ocultamiento de pruebas, ni sobre los aprietes a testigos”, se quejó la diputada del ARI Marcela Rodríguez. La legisladora se lamentó también de que durante la parte secreta de la audiencia en la Comisión de Acusación, el cuestionado juez sólo haya dado “opiniones personales”. La pormenorizada exposición del magistrado continuará hoy a las 11 y podría extenderse a lo largo de toda la jornada. Rodríguez estimó que continuará su descargo y que aún no será tiempo de preguntas.
Galeano enfatizó que avanzó sobre la hipótesis que vincula a Siria con el atentado terrorista que derrumbó la AMIA, en respuesta implícita al cuestionamiento de que no profundizó ésa y otras pistas del caso. Además, negó haber sido presionado por Munir Menem para evitar que la investigación complicara al comerciante sirio Kanoore Edul. “Es un gil, un vivillo, un sinvergüenza”, dijo el juez sobre el sirio, pero aseguró que no tiene vínculos con el ataque terrorista. “Niego enfáticamente haber recibido un llamado de Munir Menem, es de una malicia total porque esa conversación no existió”, aseguró el magistrado. En ese momento, algunos consejeros que lo escuchaban apelaron a su memoria y recordaron que la senadora Cristina de Kirchner declaró en el juicio oral que, cuando Galeano se presentó ante la Comisión Bicameral de Seguimiento del atentado, dijo que “no recordaba” haber hablado con el hermano del ex presidente Menem.
Una vez más, Galeano evitó dar explicaciones sobre los 400 mil dólares pagados en 1996 al entonces detenido doblador de autos robados Carlos Telleldín, que a cambio del dinero incriminó en el atentado a un grupo de policías bonaerenses. “No puede ser que los policías anden libremente por la calle y yo esté acá sentando, dando explicaciones”, protestó. Así se refirió al desenlace del juicio oral, sustanciado entre 2001 y 2004 en base a la evidencia que él reunió como juez de la causa: Telleldín y los cuatro policías a los que el magistrado encarceló y procesó como cómplices del ataque fueron absueltos por el Tribunal Oral Federal (TOF) 3. “Deberíamos ser cuatro”, enunció con ironía Galeano en referencia a los jueces Guillermo Gordo, Miguel Pons y Guillermo Larrambebere, del TOF 3, que dudaron de la legitimidad de la evidencia reunida por él y lo denunciaron por casi una decena de delitos.
Por otra parte, el juez federal Jorge Urso quedó a cargo de la denuncia por los ilícitos que habría cometido Galeano, pero aún no decidió si retendrá el caso. Y el juez Norberto Oyarbide ya declinó conducir las investigaciones promovidas por el TOF 3 contra el ex ministro del Interior Carlos Corach y ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy.