EL PAíS
Fracasó en Diputados la sesión por la ley de extinción de penas
El proyecto que beneficiaría a 38 detenidos y más de 7 mil procesados por el conflicto social se cayó por falta de quórum. De la sesión especial apenas participaron 25 diputados.
› Por Eduardo Tagliaferro
Fueron sólo cuarenta minutos. Los suficientes como para hacer una pintura de los posicionamientos políticos de los principales bloques de la Cámara de Diputados. La sesión especial convocada para discutir el proyecto que despenaliza a los miles de militantes sociales que tienen procesos judiciales apenas contó con el respaldo de 25 de los 257 integrantes de la Cámara baja. Convocada por los autores de dos iniciativas unificadas en este texto, el diputado socialista Ariel Basteiro y la de Izquierda Unida, Patricia Walsh, la sesión contó con el respaldo de las bancadas de izquierda y centroizquierda, de la peronista Inés Pérez Suárez y la de un radical, el santacruceño Alfredo Martínez. La principal ausencia fue la del mayoritario bloque oficialista.
El proyecto declara “extinguida la acción penal y la pena respecto de hechos realizados con motivo de reivindicación social, económica, política, gremial, cultural, estudiantil, por la vigencia de los derechos humanos o en reclamo de condiciones de los pueblos originarios, a partir del 1° de febrero del ’91 hasta la sanción de la ley”.
“Lamentamos que algunos diputados califiquen este proyecto de anárquico, cuando ellos son los responsables de la pobreza y la anarquía. Son caraduras, no tienen dignidad para estar sentados acá”, puntualizó Basteiro, hablando de los parlamentarios del peronismo. En los pasillos, una vez que finalizó la sesión, Basteiro también tuvo reproches para los diputados del radicalismo. Comentó que más de uno había adelantado su participación en la sesión, pero que finalmente terminaron por obedecer a las autoridades de su bloque, que les recomendaron no asistir.
La diputada de Izquierda Unida alertó de los tiempos por venir, al decir que “estamos en vísperas de que las cárceles se llenen de presos políticos en este país”. También habló de las injusticias de las detenciones de los luchadores sociales. Entre otros casos puntualizó el de “los aborígenes que reclaman por sus tierras”.
En la inmensidad del recinto rebotaban las palabras de los diputados que se manifestaron en minoría. Por el socialismo estuvieron, además de Basteiro, Jorge Rivas, Héctor Polino, Eduardo García y María Elena Barbagelata. Por el ARI se presentaron Eduardo Macaluse, Marta Maffei, Alberto Piccininni, Fabiana Ríos, Adrián Pérez, Fabian Di Nucci y María América González. Por el bloque Convergencia estuvieron Francisco “Barba” Gutiérrez, José Rosselli y Araceli Méndez de Ferreira. También se hicieron presentes Luis Zamora y Daniel Tinnirello, de Autodeterminación y Libertad. Por el Frepaso participó Alejandro Filomeno, por el PI Lucrecia Monteagudo y también el diputado de la CTA, Claudio Lozano.
Luego de que la chicharra sonara durante un plazo prudencial y cuando quedaba claro que el quórum reglamentario de 129 presentes no sería alcanzado, el bonaerense Eduardo Camaño, titular del cuerpo, les anunció a los diputados que escucharía expresiones en minoría, como suele denominarse a los discursos que se formulan en esas sesiones. Decir esto fue suficiente para que la cámara de televisión que transmite la sesión por circuito cerrado se apagara. Durante el debate, Camaño nunca perdió la compostura. Apareció concentrado primero en revolver su taza de café y luego con la mirada perdida.
Monteagudo criticó al PJ porque “convierte a las víctimas en victimarios”. Pérez Suárez habló reivindicando su condición de peronista, claro que no integra el bloque mayoritario. “Conflicto no es igual a caos, ni represión es igual a orden. Desde luego que casos como el corte de ruta implican el cruzamiento de situaciones complejas: se enfrentan el derecho a peticionar, el derecho a trabajar y el derecho a transitar libremente”, subrayó Pérez Suárez.
Camaño se había guardado la última palabra. “Yo escuché a todos y les di la palabra a todos. Usted me prometió que habría 40 diputados y hubo 25”, dijo chicaneando a Basteiro. Cuando se retiró, las luces ya habían empezado a apagarse.