Mié 10.11.2004

EL PAíS  › RECOMIENDAN QUE ARGENTINA SIGA
PAGANDO SIN ATARSE A LA RECETA DEL FONDO

“Los del FMI han sido poco confiables”

El economista “estrella” de EE.UU., Paul Krugman, aconsejó no sacar los pies del plato del Fondo, o sea, seguir pagando, pero desestimar sus recetas. Aseguró que el costo del default no será, finalmente, tan elevado. Y que lo importante es el crecimiento.

La recuperación de la economía argentina no sólo es “impresionante y puede ser más sólida que en cualquier otro momento de la historia reciente”, sino que para continuar este proceso no resulta indispensable un acuerdo con el FMI. Las recomendaciones del organismo suelen ser erradas y pueden desecharse. Los inversores del exterior ya no requieren el visto bueno del Fondo y, en todo caso, el ingreso de capitales tampoco es precondición para el crecimiento. Lo dijo el más famoso de los teóricos neokeynesianos, el economista estadounidense Paul Krugman, quien no dejó de criticar el “neoliberalismo extremo” y las “políticas dogmáticas de moneda dura” de la década pasada.
En una videoconferencia en el marco de la Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción, Krugman sostuvo que “el resultado de la economía post crisis es mejor que lo que habrían esperado los más optimistas”. “Lo peor ya ha pasado y Argentina muestra un nivel de recuperación impresionante, una situación que hace que las perspectivas de crecimiento sean mejores que en otros años”, aseguró.
Contra la generalizada opinión del establishment local de economistas profesionales, Krugman sostuvo que un acuerdo con el FMI dista de ser indispensable. Entre otras razones, por la cuestionable capacidad técnica del organismo financiero. A su juicio, los técnicos del FMI “hasta ahora han sido poco confiables en términos de aconsejar determinadas políticas económicas y por lo tanto se debería reducir la intensidad de todo ese debate”.
En la misma línea, rechazó el axioma que sostiene que para crecer una economía requiere del indispensable ingreso de capitales del exterior. “Si el FMI asesora mal, tal como ha sucedido en muchas oportunidades, Argentina podría desestimar sus recomendaciones, porque la opinión del organismo de crédito hoy no es necesaria para el ingreso de capitales”, explicó. Resulta claro que “el crecimiento dependerá de la economía de mercado y no hay nada que indique que la intervención del Estado y las inversiones de capital extranjero sean imprescindibles para acelerar este proceso”, describió. Por eso, “el impacto del cese de pagos será menor del que la gente imagina”.
No obstante, el académico estadounidense recomendó no sacar los pies del plato del sistema financiero internacional. Para el desarrollo futuro “hay que seguir pagando y tener buenas relaciones” con el Fondo. Sin embargo, dejó claro que el atractivo para los inversores no es el meneado certificado de calidad que supuestamente otorga la firma de un acuerdo con el FMI, sino el nivel de crecimiento de la economía. “Los que prestan dinero van a volver a Argentina. Las inversiones directas de capitales y tecnología deberían tener pocas restricciones porque la economía está creciendo”, argumentó. Por eso, “la inversión directa va a llegar bastante pronto”, aunque el país “no necesita tanta entrada de capital extranjero para financiarse, porque además de la recuperación del PIB también hubo una recuperación del sistema bancario”.
Al momento de explicar las razones que sostienen el crecimiento actual, Krugman destacó que “el peso está en un nivel realista y no sobrevaluado como en la década del ’90”. La afirmación sirvió para abrir la crítica contra las políticas neoliberales de ese período, cuyo crecimiento fue “sobrevalorado”, disparó. Argentina entró en la peor crisis de su historia porque “falló un neoliberalismo extremo combinado con una política dogmática de moneda dura”, opinó. Contra la tradicional muletilla de los economistas de la city, que continúan afirmando que todo se debió a un exceso de gasto público, Krugman sostuvo que “algunos dicen que hubo cierta irresponsabilidad fiscal, pero el problema principal fue que la Convertibilidad fue una mala idea”.
Para el analista, el crecimiento de la economía está dado por “las políticas actuales y el superávit en cuenta corriente”, al que juzgó como “sorprendente” y destacó que “se percibe un resultado mejor de lo que esperaban los más optimistas”.
El economista señaló también un malestar entre la multitud de analistas neoliberales que fracasaron en sus pronósticos. “Leí muchos de los artículos de la prensa financiera internacional sobre la falta de inversión (en el país), pero estos artículos incluso tienen que ver con cierta molestia por la rápida recuperación de la Argentina”, consideró.
En la coyuntura actual, la pregunta por la evolución futura de la economía china no podía estar ausente. Para Krugman, la potencia asiática también “es un caso sorprendente y a tener en cuenta, porque si logra ser un quinto de lo productivo que hoy es Estados Unidos va a pasar a ser la economía más grande del mundo”. Pero ello no es inminente. “Esto se va a dar en el largo plazo si China sigue manejando bien sus parámetros de inversión, sobre todo en lo que haga a su estrategia interna”, describió. Además, deberá tenerse en cuenta la “competencia con Estados Unidos en los próximos 15 años debido a la oferta limitada que se dará con el petróleo”, concluyó.

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