Como ocurre cada tanto en la política bonaerense, Eduardo Duhalde salió a disciplinar a sus muchachos para aplacar los cuestionamientos a Felipe Solá. “Es honesto, trabajador, decidido y tiene nuestro apoyo”, elogió al gobernador. La frase buscaba descomprimir la tensión que causó en el duhaldismo la preferencia del gobernador por la candidatura de Cristina Fernández. “Tiene todo el derecho de opinar”, dijo ayer Duhalde sobre las declaraciones de Solá de una semana atrás. Hace siete días, el mandatario bonaerense había comparado a Cristina Fernández con Chiche Duhalde. A la esposa de Duhalde la había vinculado con “una concepción más antigua de la militancia política”. Eso generó una masiva reacción del duhaldismo, que contestó con dureza lo que tomó como un desafío. Duhalde minimizó la cuestión y, de paso, volvió a elogiar a Néstor Kirchner.
Duhalde quiso restarle importancia al incidente entre Solá y Chiche. Dijo que el gobernador “no dijo” que su esposa encarnara la vieja política sino que tenía “un modo de militar” antiguo. La aclaración de Duhalde se produjo una semana después de que Solá hiciera su propia explicación. En un programa de TV, diferenció a Duhalde del duhaldismo tomando como ejemplo a “Sarmiento y los sarmientinos”. Esa distinción cayó bien en el cuartel que tiene en Montevideo el secretario general del Mercosur. El mismo argumento, que separa a Duhalde de los duhaldistas –entre los que se suele incluir a Chiche–, es repetido hasta el hartazgo por los funcionarios del Gobierno interesados en la provincia.
En su aparición mediática, Duhalde no descuidó su relación con Kirchner. Así, volvió a proponer la reelección del santacruceño en 2007. “Es una costumbre dentro del justicialismo que cuando un intendente, gobernador o presidente anda bien, no se lo discute, no hay oposición. En el caso de que Kirchner haga una buena gestión, ¿por qué no hacer la reelección?”, se planteó. La idea de que Kirchner sea reelecto si le va bien parece tener sintonía dentro del peronismo. Ayer, el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, dijo que el patagónico tendría que gobernar otros cuatro años si su gestión tiene resultado. Pero los elogios del justicialismo conllevan otro pedido como contraparte: los gobernadores buscan que Kirchner acepte encabezar la presidencia del PJ. Hasta ahora el Presidente no muestra mucho entusiasmo en el tema.
Volviendo a la provincia, Duhalde aprovechó la ocasión para lanzar señales políticas de importancia para el distrito. Consultado por la sucesión de Solá en 2007, respondió con un llamativo elogio al ministro del Interior, Aníbal Fernández. “Es uno de los jóvenes, de una generación más abajo que la nuestra, que está en la política y que está trabajando mucho. Empezó siendo intendente, fue ministro de la provincia, ahora trabaja muy bien a nivel nacional. Es uno de los hombres que hay que mirar porque ha hecho una buena carrera política”, ensalzó Duhalde. También alabó al jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, a los intendentes de Rosario, Miguel Lifschitz, y Morón, Martín Sabbatella, y al fundador de Compromiso para el Cambio y titular de Boca Juniors, Mauricio Macri.
La relación de Duhalde con Macri, se sabe, es de bastante cercanía. Algunos presagian futuras coincidencias. Quienes gustan de las suspicacias comentaron la participación de Chiche en el Foro de Compromiso Social. Fue ayer en la Legislatura porteña. Rodeada por dos macristas, Chiche aseguró que “no se siente marginada” por la candidatura de Cristina y anunció que “no tomará ninguna decisión hasta mayo del año próximo”.