Mié 05.01.2005

EL PAíS

En sesión especial, la Legislatura decidirá si interpela a Ibarra

Será el viernes. Ayer, varios bloques intentaron concretar la citación al jefe de Gobierno, pero nadie consiguió los votos necesarios. Macri busca conseguir el juicio político de Ibarra.

› Por Santiago Rodríguez

Hubo muchas reuniones, pero ninguna definitoria y hasta anoche sólo una cosa estaba resuelta en la Legislatura porteña: el próximo viernes a las once de la mañana se realizará una sesión especial para tratar el pedido de interpelación a Aníbal Ibarra que promueven diversas fuerzas de la oposición. Por el momento, nadie se atreve a aventurar si el jefe de Gobierno será finalmente sometido a ese trámite y todo dependerá de los votos que hasta entonces consigan juntar aquellos que se oponen a la convocatoria y quienes quieren interrogarlo por la tragedia de República Cromañón. La interpelación es un paso constitucionalmente imprescindible para solicitar después el juicio político del titular del Ejecutivo, una jugada que –según muchos denuncian y no sólo los ibarristas– trae entre manos Mauricio Macri.
La interpelación a Ibarra requiere de la aprobación de los dos tercios de los legisladores; es decir, el voto de 40 de los 60 miembros de la Legislatura. El número no es fácil de conseguir en un escenario de atomización política como el que presenta el Legislativo porteño y menos aún en un mes como enero, en el cual varios legisladores salieron de vacaciones. La mayoría calificada necesaria para convocar a Ibarra a dar explicaciones al recinto es la misma que hizo falta para aprobar el polémico Código de Convivencia, cuyo tratamiento llevó meses.
Paradojas de la política, en una primera instancia el pedido de interpelación a Ibarra encontró unidos a la izquierda y a la derecha. En la primera marcha de familiares y amigos de las víctimas del desastre de República Cromañón, el domingo pasado, participaron varios legisladores del Interbloque de Izquierda y allí no sólo plantearon su intención de citar al jefe de Gobierno a dar explicaciones, sino que incluso hablaron de la posibilidad de impulsar su separación del cargo.
Desde el macrismo fue Jorge Enríquez, nada afín a la izquierda en las votaciones en la Legislatura, el primero en anunciar también el último domingo que impulsaría la interpelación de Ibarra. La estrategia en las filas macristas se diseñó al día siguiente, cuando Mauricio Macri regresó de Punta del Este y definió con sus operadores políticos y sus legisladores los pasos a seguir. La orden del empresario fue mantener el perfil bajo y no hacer declaraciones altisonantes en los medios, pero sí jugar a fondo en la Legislatura para poner en marcha todos los mecanismos institucionales para determinar qué responsabilidad tuvo el Ejecutivo porteño en la tragedia.
Con el correr de los días el pedido de interpelación a Ibarra fue sumando otras adhesiones. En la reunión de presidentes de bloque de la Legislatura en la que se definió la realización de la sesión especial el próximo viernes también los tres legisladores que responden a Ricardo López Murphy adelantaron su voto favorable a la convocatoria a Ibarra. Lo mismo hizo el ex bullrichista Juan Manuel Velasco y el titular del ARI porteño, Fernando Melillo. “Dada la dimensión del tema y para fortalecer las instituciones, corresponde generar un mecanismo para que el jefe del Ejecutivo se reúna con la representación plural de la política porteña, que es la Legislatura”, aclaró Melillo para tomar distancia del macrismo y del Interbloque de Izquierda. Ariel Schifrin no participó de la reunión, pero también adelantó que acompañará la convocatoria a Ibarra. En el mismo tono de Melillo explicó que “fortalecerá su investidura y los ciudadanos conocerán la verdadera magnitud de sus responsabilidades políticas”.
A favor de interpelar a Ibarra se contabilizaba anoche a unos 35 legisladores y dentro del bloque kirchnerista no se habían definido, a pesar de que el jefe de Gabinete nacional, Alberto Fernández, impartió la orden de no respaldar la convocatoria. Los ibarristas confiaban en que la reunión que el propio jefe de Gobierno mantuvo a última hora con el titular de la bancada, Diego Kravetz, y con Miguel Talento terminara de inclinar la balanza a su favor. “Buscan posicionarse políticamente”, explicaron allegados a Ibarra sobre el propósito de Kravetz y Talento. El bloque kirchnerista tiene seis integrantes, con lo cual su decisión puede terminar por definir la situación para un lado u otro.
Los ibarristas reclaman a aquellos con los que sintonizan políticamente que “no le hagan el juego a Macri”. No sólo en el ibarrismo advierten que el empresario quiere “voltear” a Ibarra y que son los macristas del grupo Festilindo quienes llevan adelante su plan: lo mismo sostienen legisladores de otras fuerzas e, incluso, los macristas del grupo Nogaró, quienes votarán a favor de la interpelación, pero anticiparon que no irán más allá de ese punto. Según dicen, Macri quiere la interpelación de Ibarra porque la Constitución porteña establece que la convocatoria es un requisito indispensable para someterlo después a juicio político.

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