EL PAíS
› ACEPTARON EL ACUERDO Y SE LEVANTO EL PARO EN EL SUBTE
Ya se puede seguir viaje
Los trabajadores de subte aceptaron ayer el acuerdo que en la medianoche del miércoles había anunciado la UTA. Metrovías concedió un 19 por ciento más los 100 pesos que dio el Gobierno por decreto. Sumados los adicionales, para los delegados el aumento fue del 44 por ciento.
› Por Laura Vales
Los trabajadores del subte consiguieron un acuerdo salarial por el cual aseguran que cobrarán un 44 por ciento más que lo que ganaban en diciembre. Tras una semana de conflicto en la que los servicios de las cinco líneas y el Premetro llegaron a estar totalmente paralizados, ayer aceptaron el acuerdo entre Metrovías y la UTA que fijaba un aumento del 19 por ciento y levantaron las medidas de fuerza. Por el entendimiento, el sueldo de un boletero pasará a estar por encima de los 1200 pesos y el de un conductor superará los 2200.
“Al comenzar el reclamo, dijimos que queríamos colocar un piso a las futuras discusiones salariales. Entendemos que lo que estuvo en debate fue si los trabajadores teníamos derecho a cobrar salarios dignos, que nos permitieran el acceso a la educación y a la cultura”, dijeron los delegados Carlos Pérez y Roberto Pinalli al anunciar la finalización de la huelga. “Fue un conflicto difícil, porque la empresa nos acusó de estar ganando buenos sueldos. Creemos que lo empezamos a ganar porque pudimos explicarle a la opinión pública que no nos avergüenza tener salarios de más de mil pesos en un país donde hay personas que ganan 400. Lo que nos avergüenza es que existan salarios de 400 pesos, jubilaciones de 300 y gerentes que cobran 40 mil.”
La mejora suma dos grandes items: por un lado el aumento otorgado por Metrovías, que será del 19 por ciento. Por el otro, los 100 pesos que el Gobierno otorgó de manera general por decreto a todos los trabajadores en enero. Además, reconoce un plus del 1 por ciento en concepto de antigüedad, el pago de las horas nocturnas y el de los días caídos.
La suma de estos beneficios implicará para la empresa un incremento de más de 12 millones de pesos en la masa salarial (un 44 por ciento comparada con diciembre). Así, a partir de ahora la categoría más baja, que tenía un salario de 681 pesos, subirá a 910, mientras que la más alta irá de 1530 a 1921. Todas los empleados recibirán, además, 200 pesos de ticket canasta y 156 de viático. El plus de antigüedad se calculará en base al sueldo de un conductor para todos los casos, con lo cual así el empleado sea peón recibirá como mínimo 19,21 pesos por cada año trabajado.
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, detalló que “el acuerdo alcanzado consiste en un 19 por ciento que, traducido, son 250 pesos, lo que consideramos es un importante aumento para los trabajadores de Metrovías”. La aclaración está vinculada a que la magnitud de la mejora salarial va a influir sobre futuros reclamos.
El arreglo tiene, finalmente, dos puntos valorados en el ámbito gremial: no incluye cláusula alguna de paz social, ni menciona la idea de instalar más máquinas expendedoras de boletos.
Larga data
El conflicto entre Metrovías y los trabajadores se había iniciado en noviembre. La empresa es concesionaria del servicio: maneja el funcionamiento de los subtes, pero no tiene a su cargo las inversiones de capital, ya que a los trenes los compra el Estado nacional y el gobierno porteño paga las obras de extensión de las vías. La compañía recibe subsidios al transporte (el año pasado fueron 65 millones), pese a lo cual al inicio del reclamo sostuvo que no podía otorgar aumentos de sueldo porque sus balances dan pérdida.
El plan de lucha fue de paros progresivos. En esta última semana, los servicios estuvieron interrumpidos tres horas por día, luego 4, 5 y finalmente 24 horas. Pero la tensión no estuvo puesta sólo en esa pulseada entre Metrovías y los trabajadores (que para frenar la salida de los trenes se tiraron a las vías en nueve oportunidades), sino en la disputa paralela que los delegados mantuvieron con la conducción de su sindicato, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) que dirige Juan Manuel Palacios.
El cuerpo de delegados es una combinación de independientes de izquierda, peronistas, militantes del MST y del PO. Palacios es la mano derecha deltitular de la CGT, Hugo Moyano. Los delegados, que impulsaron el conflicto, tienen legitimidad entre los trabajadores, pero es la UTA, en su calidad de sindicato, la única autorizada legalmente a firmar acuerdos. Esta situación es motivo de roces y episodios de visos disparatados. El último ocurrió en la medianoche del miércoles. Al término de un día en que todas las negociaciones habían fracasado y se había anunciado un nuevo paro por 48 horas, Palacios llamó a una conferencia de prensa y anunció de manera sorpresiva que había llegado a un arreglo con el sector empresario. Por lo tanto, dijo, terminaba el conflicto.
El dirigente estaba rodeado por sus pares de la UTA. “¿Por qué los delegados no están?”, le preguntó un periodista. “No vino ninguno”, dijo Palacios. “Pero, ¿están al tanto del acuerdo?”. “Ya se lo vamos a informar”, contestó Palacios. Había llegado a un entendimiento en una audiencia a solas con Metrovías y el Ministerio de Trabajo. Desde un punto de vista estrictamente legal, no había nada objetable.
De urgencia
El cuerpo de delegados se enteró de la nueva propuesta de Metrovías mirando la conferencia de prensa por televisión y ratificó el paro. En los subtes nadie conocía qué se había firmado y hubo asambleas de urgencia en las cinco cabeceras, con la gente que se acercó al enterarse de la novedad.
A la una de la mañana la UTA envió a las cinco líneas de subte una copia de la propuesta empresaria. A la estación Virreyes llegó un grupo integrado por ocho enviados del sindicato. Los delegados no los dejaron bajar, aunque aceptaron subir para recibir el papel. “Son las bases y no la UTA quien decide si se acepta el acuerdo”, señaló el delegado Néstor Segovia. Una serie de asambleas posteriores consideró que la oferta era favorable. El paro se levantó dieciocho horas después, a las siete y media de la tarde, luego de que todos los turnos y sectores respaldaran el entendimiento.
Pero al acta la firmó Palacios en una nueva audiencia con Metrovías y el Ministerio de Trabajo. Y hubo lugar para un nuevo paso de comedia, porque enterados de la reunión, los delegados se trasladaron a una de las sedes del ministerio para sumarse a la audiencia. Seguidos por los canales de televisión y las radios, fueron al edificio de Callao al 100 donde se habían realizado las últimas negociaciones y no encontraron a nadie. El acuerdo se estaba firmando en la sede de Trabajo, en Leandro N. Alem.
Durante la semana que duró el conflicto, la empresa intentó poner en funcionamiento servicios de emergencia conducidos por personal jerárquico, pero la salida de los trenes fue impedida por trabajadores que se tiraron a las vías. Por ese motivo Metrovías presentó nueve denuncias a la Justicia que ahora seguirán su curso, ya que el convenio firmado no prevé el retiro de las demandas.
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