EL PAíS
La Cámara ordenó a Liporace que avanzara en la investigación de SW
Según pudo saber Página/12, el tribunal ya devolvió el expediente al juez con una señal para que active medidas pendientes.
Por Adriana Meyer y Alejandra Dandan
El guiño de la Cámara que esperaba el juez Carlos Liporace ya llegó. Página/12 pudo saber que el tribunal le exigió al juez Carlos Liporace que “avance con la investigación”. Este impulso tiene que ver con activar las medidas pendientes, que incluyen las indagatorias ya requeridas por la fiscalía para el presidente y vice de Southern Winds y para Christian y Patricio Maggio, además de una serie de allanamientos a la empresa, ignorados hasta el momento por el juzgado. Para los investigadores, el hijo del comodoro Alberto Beltrame fue contratado por SW porque con sus vínculos “agilizaba las cosas”. En la despedida se lo agradecieron. Según pudo saber este diario, el prófugo Beltrame no se fue con una mano atrás y otra adelante. A pesar de haberlo denunciado, la empresa le pagó una indemnización antes de despedirlo. Otro dato llamativo para quienes siguen la pesquisa.
Este diario en su edición de ayer informó que Liporace esperaba un guiño de la Cámara para avanzar con las medidas procesales. La fiscalía de María Gabriela Ruiz Morales le pidió en octubre, noviembre y diciembre allanamientos en las oficinas de la empresa e indagatorias para Juan Maggio, presidente de SW, y de Enrique Montero, vicepresidente de la compañía, este último con pedido de prisión. Durante ese período, el juez no autorizó los allanamientos ni las indagatorias, a la espera de un pronunciamiento de la sala B de la Cámara en lo Penal Económico. Pero esa señal llegó a su escritorio el martes por la mañana, cuando le devolvieron las casi 1000 fojas del expediente.
La Cámara había recibido la causa la semana pasada, fotocopió los cinco cuerpos los reenvió al juzgado para que siguiera adelante la pesquisa. Y le agregó un oficio en el que autorizaba a Liporace para que volviera a recibir en su despacho al ex gerente comercial de SW, Fernando Arriete, quien ampliaría su declaración indagatoria en los próximos días “por pedido propio”. El ejecutivo está procesado con prisión preventiva, acusado de presunto “contrabando agravado de cocaína”.
El juez deberá avanzar con otro pedido de la defensa, en este caso presentado por los abogados de Claudio Baudino, supervisor de Ezeiza y supuestamente responsable del embarco “sin pasajero” de las cuatro maletas que el 17 de septiembre pasado se descubrieron en el aeropuerto madrileño de Barajas. En su defensa, Baudino aseguró que “los envíos sin pasajero” eran “habituales” en SW. Para demostrarlo, ofreció el testimonio de diez testigos. A los investigadores les llama la atención que “ninguno haya sido citado en calidad de testigo, que declaran en forma obligatoria y bajo juramento de decir la verdad”. Liporace interrogó como imputados sólo a dos, y al resto no les hizo preguntas.
Los narco-envíos y su frecuencia serán materia de investigación. De momento, del expediente se desprende que SW no tenía autorización para trasladar carga sin pasajero desde Ezeiza, sí en cambio desde el Aeroparque Jorge Newbery. Aun así, la empresa reconoció que “los envíos se hacían igual”. Por un acuerdo comercial con American Airlines, por ejemplo, trasladaban su carga cuando los estadounidenses no tenían capacidad suficiente en las naves.
Hasta ahora, los nombres más comprometidos en la investigación son dos ejecutivos de SW y el empleado Walter Beltrame, el hijo del comodoro ex responsable de la Policía Aeronáutica (PAN) de Ezeiza. Fuentes judiciales le revelaron ayer a este diario el dato de la “indemnización” mencionado en el expediente. Aunque para un sector de los investigadores el asunto parece “al menos” llamativo, no fue tenido en cuenta por el juzgado. “Cuando ocurre el hecho, a Beltrame hijo lo despiden y le pagan indemnización”, relataron las fuentes. Aunque existirían razones legales para un “despido con causa”, dado que la empresa promovió una investigación y luego lo denunció, el pago no resulta sospechoso para el juzgado: “Eso se debe a la relación contractual que Beltrame mantenía con la empresa”, explicó el juez.Otro punto en análisis es el papel de Beltrame hijo y padre y su relación con SW. “Aunque el comodoro Beltrame no está mencionado en el expediente –indicó la fuente consultada–, su hijo habría sido contratado porque agilizaba las cosas gracias a los contactos con su padre.”
El hijo del padre está prófugo desde diciembre. “Acuérdense de las valijas”, le habría dicho al supervisor de Ezeiza desde España, aquel 16 de septiembre cuando se embarcaban las hasta ahora cuatro valijas cargadas de cocaína. Una nueva hipótesis en danza indica que supuestamente “el mismo Beltrame iba a llevarse las valijas desde la pista”. Es decir, antes de que salieran a las cintas de equipajes donde quedaron circulando a la deriva. “Algo falló”, consideró una fuente en sintonía a la posición del juzgado.
La falla de la “conexión ibérica” también está en la mira de Liporace. Pidió el procesamiento y la detención del jefe de SW del aeropuerto de Barajas. Para la empresa, Claudio Tamburrini sería “la conexión local” de la droga. En la cadena incluyeron a la pareja española detenida el 17 de diciembre en la ciudad de Cádiz con 16 kilos de cocaína: los supuestos “inversores” con los que Beltrame debía reunirse. A pesar de que ya nadie los menciona como “inversores” sino parte de una banda, los investigadores retuvieron en agenda el dato de las inversiones: “Los ejecutivos de SW –aseguraron– estaban desesperados por la falta de dinero”.
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