“Hemos visto, después de mirar con mucha prudencia todo lo encontrado, una macrocefalia en la conducción.” El ministro del Interior, Aníbal Fernández, confirmó así el posible desplazamiento de varios de los funcionarios que integraban la cúpula de la ex Policía Aeronáutica Nacional (PAN), augurado días atrás luego de la conformación de la nueva fuerza de seguridad. Al mismo tiempo y en consonancia con las crecientes críticas por parte de la oposición, que busca responsabilizar al Gobierno por el escándalo de las narcovalijas, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, adelantó que en caso de que avance el pedido de interpelación se presentará en el Congreso.
“Es imperioso redimensionar este tema.” De esta forma, Aníbal Fernández anticipó los próximos pasos en la organización de la nueva Policía de Seguridad Aeronáutica (PSA), que quedó bajo la órbita del Ministerio del Interior. Según explicó el funcionario, el plan busca resolver los baches encontrados en la estructuración de la ex PAN, cuya dirección –aclaró– demandaba un número excesivo de personal. “Hemos visto una macrocefalia en la conducción: 84 oficiales, 391 suboficiales y también 150 agentes”, destacó tras deslizar la posibilidad de reducir “las 15 direcciones, que se pueden llevar a 5”. El propio titular de la flamante PSA, Marcelo Saín, ya había anticipado la medida a este diario la semana pasada.
Si bien evitó dar mayores precisiones acerca del proyecto que definirá las nuevas directrices en los mecanismos de seguridad aeroportuaria, Fernández ratificó la necesidad de aceitar la cooperación con otras instituciones, como por ejemplo Migraciones y Aduana, para que el control pase a ser una tarea unificada. “No va a haber un sólo metro del aeropuerto que no sea revisado y controlado por la policía de seguridad”, sentenció.
Por su parte, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, salió al cruce de las críticas realizadas por varios sectores de la oposición, que amenazan con cristalizarse en un pedido de interpelación. “No tengo problema en ir al Congreso, pero puedo contar lo que dicen los diarios de la causa, porque es el único vínculo que existe con ese hecho.” Una vez más el funcionario intentó desligar al oficialismo del escándalo: “El Gobierno de ningún modo favorecería un sistema de impunidad o de ocultamiento para favorecer que las pruebas desaparezcan o cosas que uno puede presumir que ocurrieron a partir del silencio que guardó la Fuerza Aérea”. Los golpes no fueron sólo para el ya desplazado titular de la fuerza, Carlos Rhode. Fernández también aprovechó para criticar las diversas denuncias que plantean una responsabilidad de la administración de Néstor Kirchner en el asunto. “Los argentinos debemos reflexionar cuál es la necesidad de la oposición de atribuirle este caso al Gobierno.”