“El 2005 debe ser el año de la calidad educativa.” Con estas palabras el ministro de Educación, Daniel Filmus, inauguró el ciclo lectivo desde la formoseña ciudad de Clorinda. El funcionario confirmó también la iniciativa anunciada por Néstor Kirchner el martes pasado para garantizar un piso salarial inicial de 700 pesos para todos los docentes del país. Sin embargo, el comienzo de las clases, lejos de tan auspiciosos augurios, delineó un panorama fragmentado, con paros en varias provincias y la amenaza de que se extienda el conflicto con los docentes hacia otros distritos.
El clima agobiante, que llegó a rozar unos inhumanos 43 grados, no pareció atentar contra el entusiasmo que el ministro despliega desde hace una semana. “Ningún docente argentino a partir de marzo de 2005 va a ganar menos de 700 pesos”, aseguró acompañado por el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán. Si bien el presidente Kirchner iba a encabezar el acto, suspendió su viaje a último momento para seguir de cerca –así lo informaron fuentes oficiales– la crisis política desatada en Bolivia.
La nueva disposición a la que Filmus calificó como “piso de dignidad”, forma parte del nuevo plan de financiamiento, anunciado la semana pasada, que prevé garantizar que el 6 por ciento del PBI sea destinado a la educación, lo cual implicaría una inyección de 9000 millones de pesos en el sector durante los próximos cinco años. Promesa que está incluida desde 1993 en la Ley Federal de Educación. Según adelantaron fuentes del ministerio, el proyecto será presentado el mes que viene en el Congreso y con su aprobación se espera concretar varias de las asignaturas pendientes en materia educativa, como por ejemplo disminuir los niveles de analfabetismo y universalizar el acceso al preescolar.
Sin embargo, dichas proyecciones parecen distar bastante del escenario que acompañó ayer el inicio del ciclo lectivo. Mientras que las clases comenzaron sin inconvenientes en Chubut, San Juan, Buenos Aires y la ciudad de Buenos Aires, los gremios docentes convocaron a un paro en Mendoza, Río Negro y La Rioja, y en Catamarca organizaron con la presencia de los maestros en las escuelas una “huelga de brazos caídos”. En Santa Fe, la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé) rechazó un aumento de 100 pesos no remunerativos y convocó a un paro de 72 horas. El mismo clima de tensión se vivió en Entre Ríos donde AMET convocó a una nueva huelga para toda la semana. En Neuquén, si bien las clases comenzaron ayer normalmente, la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN) anunció un paro para hoy, en apoyo a la convocatoria realizada por la Multisectorial frente al secuestro que sufrió el jueves la esposa de un obrero de Zanon.
Por su parte, el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, decidió celebrar la inauguración del ciclo lectivo con la reedición del Plan Deserción Cero. Las consecuencias de la tragedia de Cromañón una vez más se hicieron presentes cuando se dio a conocer que siete escuelas no pudieron comenzar las clases por no estar habilitadas. “No tiene nada que ver con temas de seguridad. Son reparaciones que se realizan todos los años y algunas se retrasan un poco. Pero se trata de situaciones normales”, aclaró inmediatamente el funcionario.
A pesar de las amenazas, las clases también comenzaron en la provincia de Buenos Aires. “Espero tener un año en paz con los docentes, para ir acomodando las razones justas por las que reclaman”, declaró el gobernador Felipe Solá. El Frente Gremial Docente (FEB y Suteba) postergó, por lo menos por un mes, el paro de 24 horas anunciado. En ese lapso, el gobierno bonaerense se comprometió a hacer una nueva propuesta salarial que beneficie a los directivos.
Informe: Carolina Keve.