EL PAíS
› LA CGT BUSCA NEGOCIAR CON
TRABAJO UN AUMENTO DEL SALARIO MINIMO
Por sueldos altos y precios bajos
Los sindicalistas quieren que el salario mínimo esté en concordancia con la canasta de alimentos básicos, de 760 pesos. Tomada propone elevar el piso de 450 a 510. La CGT lo aprueba como un primer paso y también quiere involucrarse en la discusión de precios.
› Por Diego Schurman
La CGT quiere discutir con el Gobierno un aumento del salario mínimo y también una política consensuada para frenar la escalada de precios. Por eso ayer pidió un encuentro con el presidente Néstor Kirchner, aunque fuentes oficiales aseguraron que será recibida en los próximos días por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y, eventualmente, por el de Economía, Roberto Lavagna.
Los sindicalistas quieren que el salario mínimo, vital y móvil esté en concordancia con la canasta de alimentos básicos. El último valor dado a conocer por el Indec es de 760,54 pesos. Se trata de una cifra distante del actual piso salarial de 450 pesos. La brecha será mayor si se consolida la tendencia inflacionaria de este año.
Tomada ya le llevó a Kirchner una propuesta para mejorar el salario mínimo, vital y móvil. Consiste en volver remunerativo el aumento fijo de 50 pesos otorgado por decreto en enero de 2004, y a esa cifra agregarle 10 pesos más. De esta manera, el piso salarial pasaría de los 450 a los 510 pesos.
La intención del Gobierno es que el Consejo del Salario, el Empleo y la Producción apruebe esa mejora. El órgano tripartito –integrado por sindicalistas, empresarios y miembros de la cartera laboral– probablemente sea convocado en abril.
Hugo Moyano, José Luis Lingeri y Susana Rueda, los tres cosecretarios de la CGT, aprueban la iniciativa de Tomada. Aunque lo consideran sólo como un primer paso hacia un piso salarial más cercano a la canasta básica de alimentos.
En ese sentido, no se privarán de reclamar una extensión de la eventual mejora hacia los básicos de convenio, lo que proyectaría todas las categorías salariales. El Gobierno no sólo no aprueba esta idea, sino que aclara, además, que el Consejo del Salario, el Empleo y la Producción no tiene facultades para plantear esta discusión.
La estrategia de la CGT fue discutida anteanoche en el gremio gastronómico, entre el dueño de casa, Luis Barrionuevo, y una ristra de dirigentes sindicales. Entre ellos, Moyano, Lingeri, Armando Cavalieri, Juan Manuel Palacios, Oscar Lescano, Gerardo Martínez, Carlos West Ocampo, Gerónimo Venegas, Omar Viviani y Vicente Matrocola.
Fuentes barrionuevistas indicaron que Moyano y Cavalieri habrían alcanzado un principio de acuerdo para canalizar por vía legal el diferendo planteado en las áreas de logística de los supermercados Carrefour y Coto. Pero la versión no fue confirmada (ver aparte).
Los sindicalistas también quieren involucrarse en la discusión de la política de precios. Y lo hará en distintos órdenes. Por un lado, con una campaña activa de pintadas en repudio a los aumentos, sobre todo de los productos de la canasta familiar. La CGT ya dio muestras de querer estar presente en la pelea con el duro comunicado contra el incremento de la nafta dispuesto por Shell. Fue a la vez un gesto de apoyo a Kirchner por haber puesto “límites a la voracidad del lucro”.
Los dirigentes gremiales también abrigan alguna esperanza de ser recibidos por Lavagna, a quien quieren aportar su parecer sobre el alza de precios. La movida sindical incluye la realización de un seminario con la presencia de la subsecretaria de Defensa del Consumidor, Patricia Vaca Narvaja. Se llevará a cabo mañana en la sede cegetista de Azopardo y contará con la plana mayor de la CGT.
Formalidades aparte, la cúpula sindical mantiene continuos contactos con el Gobierno. En el caso de Moyano con Tomada es prácticamente diario. El camionero, Lingeri y Rueda volvieron a verse la cara con el ministro de Trabajo ayer. Fue durante un acto celebrado en la cartera laboral en la que se puso en marcha la Comisión Tripartita de Igualdad de Trato y Oportunidades, para equiparar la relación de hombres y mujeres en el área laboral. La Unión Industrial Argentina (UIA) ha sido parte de una ronda de encuentros con la CGT. Juntos buscaron ponerse de acuerdo sobre la mejor manera de producir mejoras sin que ello se transforme en leña para el fuego inflacionario. Por ahora el resultado no fue promisorio y sindicalistas y empresarios aguardan que el Gobierno sea el que reactive las conversaciones.
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