El Gobierno y las cámaras que reúnen a los frigoríficos acordaron anoche retrotraer los precios de los cortes de carne más económicos a los niveles de la última semana de enero y primera de febrero, que se traducirá en una disminución de los valores de hasta del 10 por ciento. El acuerdo, que comprende los cortes asado, bife ancho, carne picada, paleta y carnaza común, tendrá una duración de 90 días y será monitoreado por una comisión de seguimiento que corroborará que estas rebajas se trasladen a los precios minoristas.
“Hoy por hoy, no es un problema grave”, había señalado por la mañana el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, sobre el riesgo de un rebrote inflacionario. “Si nosotros hablamos tanto de una inflación que no existe, lo único que estamos haciendo es generar expectativas en aquellos que no debieran estar expectantes.” Desde Santiago de Chile, antes de emprender regreso a Buenos Aires, el jefe de los ministros expresó que “el Presidente (Néstor Kirchner) ha sido muy claro diciéndole a la gente dónde están los focos de aumento de precios y los riesgos que puede sufrir el consumidor y la economía en general; y me parece que los consumidores han entendido”.
Precisamente, uno de estos “focos de aumento” identificados era el de las carnes, al que le apuntó el Gobierno logrando un acuerdo con las cámaras empresarias para mantener atados los precios al menos por 90 días, con el objeto de frenar la suba estacional. Según los industriales que firmaron ayer el acuerdo en la Secretaría de Agricultura, los cortes involucrados representan el 35 por ciento del consumo de carnes. “No va a haber una rebaja instantánea, tiene que tener su evolución, recién a partir de los despachos de mañana (por hoy)”, advirtieron sin embargo los representantes de la industria de la carne. Según se dejó trascender en pasillos oficiales, el Gobierno espera llegar a un acuerdo similar con los productores avícolas para bajar el precio del pollo, así como con los supermercados para garantizar que estas rebajas lleguen a las góndolas.
Ayer, el empresario Alfredo Coto, titular de la cadena de hipermercados homónima, sostuvo que los reacomodamientos que registraron los precios en los primeros meses del año se debieron a una mejora de la economía, que impulsó un mayor nivel de la demanda. “Hay una reactivación económica y la demanda siempre hace que haya un poco de inflación; no hay que tenerle tanto miedo, siempre y cuando no haya un desborde”, expresó Coto.
El ex dueño de carnicerías en los ’70, que creció en base a la venta de productos baratos hasta colocarse en un plano de competencia con las cadenas internacionales, señaló que “hubo un problema con el precio de la carne y esta situación nos preocupa a todos”. Pero advirtió que “no hay que asombrarse, lo de la carne fue un aumento estacional”. De todos modos, sugirió tomar algunos recaudos para evitar que los precios se disparen y le apuntó directamente al ingreso de los trabajadores. “La presión de los salarios es justa, pero hay que ser cuidadoso porque puede generar inflación si hay una economía que no crece.”