Dom 20.03.2005

EL PAíS  › PRIMER ENCUENTRO CON EL NUEVO GOBIERNO DE BUSH

Té con Condi

El 31 el canciller Rafael Bielsa se encontrará con la nueva secretaria de Estado Condoleezza Rice, en Washington. Argentina pretende que siga el apoyo a su posición ante el G-7 y el FMI. La agenda. Haití, Bolivia, Venezuela y el ALCA.

› Por Sergio Moreno

El próximo 31 de marzo, Rafael Bielsa se encontrará con la flamante secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, llamada por sus pares de la Casa Blanca con el cariñoso apelativo de Condi. La dama es, quizá, la funcionaria de mayor confianza del presidente George W. Bush. El encuentro entre ella y Bielsa será el primer contacto entre ambos, y el primer encuentro del gobierno argentino con el “nuevo” gobierno republicano, tras la obtención de la reelección por parte de Bush. La administración de Néstor Kirchner aspira a, cuando menos, mantener el nivel de las relaciones tal como fue en estos dos años de gestión, que el apoyo norteamericano ante el G-7 y el Fondo Monetario Internacional continúe como hasta ahora, si no mejore, tras la salida argentina del default. Por cierto, éste no será el único tema que estará en la mesa del despacho de Rice, en Washington.
No por nueva la secretaria de Estado es una novata. Condoleezza Rice fue jefa del Consejo Nacional de Seguridad durante el primer gobierno de George W. Bush y, como tal, presidía su comité directivo integrado por los secretarios de Estado y de Defensa, el director de la CIA, el jefe del Estado Mayor de las FF.AA. norteamericanas y, en los últimos años, el vicepresidente.
Bush siempre privilegió su consejo, incluso allende las cuestiones de seguridad nacional. Muchas veces, Condi fue utilizada por W. como mediadora en la dura interna que mantuvieron en los cuatro años de la primera gestión los secretarios de Estado y de Defensa, el moderado Collin Powell y el “halcón” Donald Rumsfeld, respectivamente.
En esta nueva gestión, Condi reemplazó a Powell, lo que significa una homogeneización del pensamiento del texano en su gabinete.
Con esta dama se las verá Bielsa el último día de marzo. Alrededor del canciller piensan que será difícil reproducir con Rice la buena “química” que existía entre él y Powell, aunque no se arriesgan a más debido a que ninguno conoce al otro, aún.

Agenda

En el Palacio San Martín entienden que este encuentro servirá, entre otras cosas, para medir la temperatura política de la nueva administración Bush respecto de la Argentina y la región, sus intereses y sus expectativas.
Descuentan que la recepción será bastante buena. Según comentó una alta fuente diplomática a Página/12, “la relación bilateral está muy bien. Kirchner demostró en sus dos años de gestión que Argentina es un país predecible. Ellos lo saben”.
Es muy cierto que Kirchner cuidó con guante de seda la relación con Bush. El norteamericano, atento a las prioridades de su país y a la necesidad de mantener estabilidad en el hemisferio, fue recíproco con el patagónico. Incluso le solicitó alguna gestión ante el presidente venezolano, Hugo Chávez, que Kirchner cumplió con creces: influir en la realización del referéndum que, finalmente, fue limpio y democrático.
El objetivo del gobierno criollo es mantener esas cosas como están y, si se puede, rizar el rizo en el terreno económico. “Vamos por el apoyo a la política económica. Hay una Argentina pos-default y eso es algo que podemos poner arriba de la mesa. Tomamos el consejo de Bush en la primera reunión con Kirchner: ‘Peleamos hasta el último peso’, como le dijo Bush. Ahora, necesitamos renovar el apoyo político de EE.UU. en relación con el FMI y al G-7”, confió un negociador argentino a este diario.
Dicho apoyo político también será requerido para otro asunto de matriz económica: la situación en el Ciadi, el órgano para dirimir disputas económicas internacionales al cual han acudido varias empresas privatizadas extranjeras para denunciar a la Argentina por la salida de la convertibilidad. “Tenemos que enfrentar la nueva etapa pos-default con el tema de los acuerdos de protección a las inversiones extranjeras. Es un tema complicado porque no queremos denunciar los acuerdos, ya que incurriríamos en ‘default jurídico’, pero necesitamos una solución política para estos acuerdos ominosos de la era de Menem. ‘Es un tema muy serio y lo que haga Estados Unidos al respecto sentará precedente’”, especulaba una fuente diplomática.
Bielsa sabe que al tratar el tema de la protección de las inversiones (extranjeras) podría surgir como issue el boicot oficial a la empresa Shell, pero tiene previsto contraatacar con una extensa explicación de la amenaza inflacionaria y lo que el término (y su praxis) significa en el imaginario colectivo de los argentinos.

What’s next?

Para Bush, la Argentina está jugando un papel estabilizador en la región. La preocupación central de los norteamericanos en el Cono Sur no deja de ser Colombia; sin embargo, ese país está irrigado por las fuerzas especiales norteamericanas, humectado por millones de dólares que aporta Washington para la defensa y la lucha contra las FARC y los narcos y EE.UU mantiene una alianza blindada con el presidente Alvaro Uribe.
Sin dejar de preocuparle, el ojo del huracán que imaginan los observadores de la Casa Blanca y el Departamento de Estado se posa en dos países: Venezuela y Bolivia. De la primera ya se ha hablado en esta nota y si bien la exageración americana sobre la caracterización del proceso venezolano (que lo llevó a cometer errores grosísimos como apoyar un golpe de Estado por suerte fallido) no cesa, la virulencia de sus embates se ha morigerado.
No ocurre lo mismo con Bolivia, eje de la preocupación central norteamericana para con el Cono Sur. Los halcones del norte creen que desde el altiplano se prepara un levantamiento indigenista neo-marxista, cuya misión es extender un proceso de rebeliones a lo largo de la cordillera de los Andes, hacia el norte, todo financiado con dinero del petróleo venezolano y apoyado políticamente por Fidel Castro. Si bien no todos los funcionarios en Washington son halcones, los halcones no son tratados como loquitos por los moderados.
Argentina tiene un papel para jugar en el proceso boliviano y, seguramente, Estados Unidos considerará las apreciaciones que Bielsa tenga para hacer al respecto.
Otros asuntos que se conversarán en el encuentro Rice-Bielsa son:

- Haití: la Argentina forma parte de la fuerza de pacificación en la isla, juntamente con Brasil y Chile. EE.UU. quiere que en octubre haya elecciones. El jefe de la misión continental en Haití, el chileno Juan Gabriel Valdez, considera que ese plazo es imposible de cumplir si la misión pretende estabilizar el convulsionado país.

- Triple Frontera: los diplomáticos argentinos sostienen que la cooperación en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico y la vigilancia de la zona por las fuerzas conjuntas –que cuentan con intercambio de información con las agencias de seguridad norteamericanas– marchan eficazmente.

- ALCA: está parado. “Si los norteamericanos no proponen algo atractivo (dejar de subsidiar las exportaciones y la agricultura), ¿cómo vamos a avanzar? Ademas, el ALCA es impopular en todo América y la experiencia de México en el Nafta no es la mejor. No nos desmarcaremos de Brasil y seguiremos negociando dentro del Mercosur”, aseguró al respecto una alta fuente diplomática a este diario.

- Cuba: “No está en la agenda. Si preguntan por el voto en el comité de Derechos Humanos de la ONU, les diremos que estamos trabajando en la fundamentación para hacerle una recomendación al Presidente. Nada más”, categorizó la fuente.
El miércoles entrante, el Congreso argentino trataría las leyes antiterrorista y antinarcótico por las que los norteamericanos vienen pidiendo. Rumsfeld llegará al país ese día. Quizá Bielsa pueda llevarse la aprobación de dichas normas a su visita a Washington.

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