EL PAíS
› LA CAMARA CONFIRMO EL PROCESAMIENTO DE RODOLFO DAER POR DEFRAUDACION
Todo por un vuelto de tres palos verdes
El ex jefe de la CGT quedó a un paso del juicio oral en una causa en la que se investiga la venta de un terreno que pertenecía a su sindicato. La operación se hizo en 5 millones de dólares, pero sólo ingresó un millón y medio.
› Por Raúl Kollmann
La Sala VII de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal confirmó el procesamiento del ex titular de la CGT Rodolfo Daer, por una increíble maniobra en la que se vendió un terreno de su sindicato en 5 millones de dólares, pero a las arcas del gremio sólo entró un millón y medio. A Daer, además, le embargaron 10 millones de pesos y va camino a un juicio oral por administración fraudulenta, un delito que prevé hasta seis años de cárcel.
El 29 de junio de 1998 se firmó ante el escribano Gustavo Pinasco la escritura por la cual el Sindicato de la Alimentación, cuyo secretario general y voz cantante es Rodolfo Daer, vendió a una empresa llamada Artigas Revestimientos cuatro lotes ubicados en Parque Leloir por un valor de 5 millones de dólares. El terreno es de tales dimensiones que la propiedad de los obreros de la alimentación iba a ser destinado a la construcción de un exclusivo barrio privado.
La insólita escritura señala que esa montaña de dinero fue pagada a Daer y su segundo, José Luis Fernández, y los compradores incluso afirmaron que llevaron semejante cantidad de billetes en bolsas de supermercado. De la transacción dio fe el escribano Pinasco y lo curioso es que, por ejemplo, a la contadora del sindicato no le permitieron la entrada al box del banco donde se concretó la operación.
Como es obvio, a cambio de los 5 millones de dólares, el sindicato, con la firma de Daer, entregó el predio de Parque Leloir. En el mismo acto, los compradores, Artigas Revestimientos, de la familia Bianchi, hipotecaron el terreno y la Banca Nazionale del Lavoro les dio 4 millones y medio de dólares para construir el barrio privado.
Sin embargo, menos de cuatro meses más tarde, también ante un escribano público, el 22 de septiembre, se hizo otra escritura afirmando que en verdad el dinero no se recibió en efectivo sino que los Bianchi sólo entregaron 500 mil dólares aquel día, mediante una transferencia bancaria se pagó otro millón y medio de dólares y por el resto del dinero, 3 millones de dólares, se entregaron dos cheques por un millón y medio de dólares cada uno.
Más allá de las dudas que despierta esta nueva escritura, la propia contadora del sindicato, Alicia Mazzieri, afirma que ella se opuso a recibir dos cheques por semejante cantidad de dinero sin garantía alguna. La profesional recomendó que si se le iba a dar crédito a Artigas Revestimientos debía hacerse a través de una hipoteca del terreno, lo que garantizaba que si los Bianchi no pagaban, el predio volvería a manos de los obreros de la alimentación. En ese momento, Daer desoyó la opinión de la contadora y, según afirma la jueza, María Cristina Bértora, el segundo del jefe del sindicato, Fernández, prácticamente la amenazó.
La secuencia siguió de forma no tan asombrosa. Artigas Revestimientos afirmó que no podía pagar los dos cheques de un millón y medio de dólares cada uno y por lo tanto, en una nueva escritura, se le refinanciaron los 3 millones de dólares a través de 20 cheques mensuales de 150 mil dólares cada uno. No es difícil imaginar cómo terminaron las cosas: de las dos primeras cuotas, los compradores sólo pagaron 20 mil pesos, pidieron después el concurso de acreedores y posteriormente se declaró la quiebra de la empresa. En el fallo se establece que la pérdida para el sindicato fue, como mínimo, de 2.700.000 dólares.
La jueza María Cristina Bértora procesó a todos los protagonistas por administración fraudulenta, que es un delito que castiga a quien estando encargado de la administración de los bienes de otros –en este caso de los obreros de la alimentación– procura un lucro indebido para sí o para otras personas.
También fueron procesados como partícipes necesarios de la maniobra los integrantes de la familia Bianchi, y habrá que ver cómo quedan las cosascon el escribano que firmó la primera escritura, ya que a todos se los procesó también por falsedad ideológica. La Cámara de Apelaciones, integrada por los doctores Ciciaro, Bonorino Peró y Piombo, confirmó lo decidido por la jueza y les dio la razón a los denunciantes, un grupo de trabajadores de la alimentación patrocinados por el abogado Matías Beigier.
En su fallo, la magistrada sostiene que “la ingenua posición en la que pretende colocarse Daer resulta increíble. No puede alegar sorpresa, apuro o que delegó la responsabilidad, ya que sólo él firmó el documento de una importantísima transacción y se ha constatado que durante alrededor de un año tuvo a su cargo y participó personalmente en las tratativas de la operación, participó de las reuniones y recibió dos cheques posdatados sin garantía alguna, nada más y nada menos que por 3 millones de dólares, así como firmó la escritura en la que afirma haber recibido el dinero en efectivo”.
En verdad queda la duda de qué pasó aquel día de la escritura. Una hipótesis indica que Daer recibió efectivamente los 5 millones de dólares y después se hicieron los dos cheques para ocultar la desaparición de gran parte de ese dinero. Sin embargo, la jueza no da por probada semejante hipótesis: dice que Daer simplemente administró de forma fraudulenta los bienes del sindicato y le hizo perder casi 3 millones de dólares.
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