Fideos, harinas, arroz, galletitas, dulces, legumbres, aceites, leche, yogur, queso, pollo y carnes formarán parte de la Canasta Social Alimentaria que el Gobierno lanzará en los próximos días. Los productos serán vendidos a precios preferenciales en supermercados, almacenes y carnicerías, que los consumidores podrán identificar por una oblea que pegarán en el frente de sus locales con el logo de la campaña. La Subsecretaría de Defensa del Consumidor está en plena tarea de incorporación de los comercios, en negociaciones con sus distintas cámaras. El objetivo es que adhiera prácticamente el ciento por ciento de los negocios. La iniciativa se sumará a las medidas fiscales y monetarias, de corte más ortodoxo, impulsadas por Economía en las últimas semanas. La Casa Rosada concibe la nueva canasta como una jugada de alto impacto, que produciría efectos concretos en el combate a la inflación.
El Gobierno decidió apurar el lanzamiento de la canasta social luego de comprobar que los acuerdos sectoriales firmados hasta el momento no dieron los resultados previstos. Néstor Kirchner lo discutió esta semana con Alberto Fernández y Roberto Lavagna, quienes estuvieron de acuerdo en avanzar con la iniciativa. Patricia Vaca Narvaja, subsecretaria de Defensa del Consumidor, quedó al frente de las negociaciones con los empresarios. Su misión es lograr que participen todos los integrantes de las cadenas de los distintos bienes involucrados, tanto en la fase de producción como de comercialización. Cada uno de ellos debería resignar una porción de sus ganancias para que el precio final al consumidor refleje una baja significativa. No habrá ninguna clase de subsidio estatal para compensarlos por el “esfuerzo”.
Los funcionarios consideran que un acuerdo global, presentado como una suerte de concertación nacional en contra de la inflación, ayudará a que los empresarios cumplan lo pactado. Además, el control social será más sencillo, gracias a la masividad de la campaña. La prioridad es abaratar los productos de la canasta alimentaria para no seguir ensanchando la franja de indigentes. Esa canasta subió de 327,6 pesos en marzo de 2004 a 354,4 el mes pasado. La mayor parte del salto se dio desde diciembre último, cuando estaba en 334,8 para una familia tipo.
Las negociaciones que encaró Vaca Narvaja con los empresarios son para conformar dos canastas: una de segundas marcas y otra de primeras. Es decir que los productos alimenticios esenciales se podrán conseguir a mejor precio que en la actualidad, en ambos casos. Los porcentajes de disminución todavía no están establecidos, aunque el Gobierno toma como referencia los casos de Tucumán y de Santa Rosa. La intendencia de la capital pampeana tiene todo listo para presentar su propia canasta social. En sus gestiones logró que productores y comerciantes cedieran hasta un 50 por ciento de sus ganancias en los bienes seleccionados (ver aparte).
La canasta del gobierno nacional estará conformada por los productos no perecederos de la Canasta Básica de Alimentos que elabora el Indec para establecer la línea de indigencia. A ellos sumará lácteos, cinco cortes de carne populares y pollos, que teóricamente deberían haber bajado de precio por los acuerdos ya suscriptos. El secretario de Agricultura, Miguel Campos, recibió la instrucción de Kirchner de que logre efectivizar los descuentos, que en algunos casos no se dieron. Fue anteayer, e inmediatamente el funcionario convocó a frigoríficos y carniceros para retransmitirles la presión del Presidente. La posibilidad de subir las retenciones a las exportaciones de carne también formó parte de las advertencias.
La canasta social no incluirá frutas, hortalizas, ni huevos. Esos rubros tuvieron un comportamiento dispar en sus precios en el primer trimestre del año. Las frutas cayeron 4,5 por ciento, mientras que las verduras treparon 11,3 y los huevos, 14,6.
La gobernación de Tucumán presentó su canasta social hace dos semanas. Incluye 30 productos y se ofrece por un valor total de 33 pesos. No hay obligación de comprarlos todos juntos, como ocurrió en una experiencia anterior en la provincia, sino que los consumidores pueden elegir de acuerdo con sus necesidades. Los bienes están identificados con una oblea y cada comercio exhibe un afiche con la nómina de productos rebajados. La lista incluye pescados enlatados, jabón de tocador y en polvo, shampoo, papel higiénico, cacao, lavandina y detergente. A nivel nacional, en cambio, la canasta será sólo alimentaria porque el Gobierno considera que el control será más sencillo si se maneja con pocos productos, y el intento para bajar la inflación resultará más efectivo.