EL PAíS
Alberto Fernández espera el domingo para festejar con bombos
El jefe de Gabinete no tiene dudas de su consagración como presidente del PJ porteño porque no tendrá oposición. La disputa se dará en las circunscripciones frente a algunos macristas y menemistas.
› Por Diego Schurman
Alberto Fernández quedará consagrado este domingo como titular del PJ porteño. Sin oposición a nivel distrital, el jefe de Gabinete tomará el control del peronismo de la ciudad, expectante de una competencia que se planteará únicamente a nivel circunscripcional. Allí la lista K buscará derrotar a figuras vinculadas con el menemismo y el macrismo.
Fernández desembarcará en Capital con un mix de caras nuevas y conocidas, pertenecientes a distintas extracciones del abanico peronista. Lo secundará el secretario de Seguridad, el duhaldista Alberto Iribarne; el ministro de Educación, Daniel Filmus; la subsecretaria de Defensa del Consumidor, Patricia Vaca Narvaja, y el sindicalista de los encargados de edificios, Víctor Santa María.
En la flamante conducción habrá otros nombres del gabinete nacional. Entre ellos el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, que liderará el sector de profesionales. También incursionará un representante de los albertistas jóvenes K, como Sebastián Pilati, y dirigentes ligados al vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli.
Fernández y Cía. asumirán sin contratiempos. La Justicia ya desestimó denuncias por irregularidades presentadas por sectores que quedaron fuera de la llamada “lista de unidad”. Y no se habilitó ninguna otra candidatura, a pesar de que Luis Durán amagó con competir con su Peronismo Unido.
Otros que no fueron integrados a la nueva conducción son Cristian Ritondo y Diego Santilli, quienes en las últimas elecciones locales jugaron con el macrismo, y el vicejefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, quien buscó sin éxito quedarse con la vicepresidencia del PJ.
De esta manera, a Fernández le quedó allanado el camino para ir avanzando con el armado de la lista de candidatos a legisladores nacionales. Para consolidar la idea de que en los comicios de octubre se plebiscitará la gestión de Néstor Kirchner, la cabeza de lista seguramente quedará para un hombre de su gabinete: el canciller Rafael Bielsa.
La nómina de diputados se completará con Vaca Narvaja y la titular del Banco Nación, Felisa Miceli. También habría lugar para extrapartidarios, como el ex interventor de Santiago del Estero Pablo Lanusse; el titular del Instituto del Cine, Jorge Coscia, y el ex árbitro y funcionario del Ministerio del Interior, Javier Castrilli.
Más allá de que en muchos casos no se trate de nuevas figuras, la “renovación kirchnerista” se presenta como tal por su prédica a favor de una “revalorización del partido y de éste como instrumento de cambio”. Dicho en otras palabras: pone en duda que la atomización que hoy presenta la Legislatura, en donde hay unos 20 bloques para apenas 60 bancas, sea necesariamente sinónimo de mayor y mejor democracia.
En el PJ pesa además el viejo fantasma de aquella elección del 2000, cuando una lista encabezada por el ex ministro menemista Raúl Granillo Ocampo sacó el magro 1,68 por ciento de los votos, un fracaso sin antecedentes. No por nada, el kirchnerismo muestra en contraste a aquella flaca performance un presente con 38 mil nuevos afiliados en tiempo record.
Luego de un año de intervención, la nueva conducción se presentará en sociedad en un acto masivo en el Luna Park que cerrará Kirchner o su mujer Cristina. Originalmente se pensó para el miércoles 27 pero en esa fecha hará una presentación Julio Bocca.
Por esos días se sabrá el resultado final en las elecciones que se disputarán en 16 de las 28 circunscripciones electorales. En algunas de ellas, como en la 2ª, de Parque Patricios, la Lista K competirá contra Inés Pérez Suárez, quien recientemente anunció su integración al bloque macrista. Y en la 16ª, de Belgrano, habrá un clásico ya que Iribarne, a través de Susana Vega, medirá fuerza con un histórico de la ciudad, Raúl Padró. De todos modos, la mayor preocupación del kirchnerismo pasa por hacer un armado lo suficientemente fuerte como para que Bielsa se quede con el premio mayor en octubre. Una tarea nada sencilla teniendo en cuenta que enfrente estarán Elisa Carrió y, eventualmente, Mauricio Macri.