EL PAíS
› ADOLFO PEREZ ESQUIVEL HABLA DE LA SITUACION EN HAITI
“Un país saqueado y sin Estado”
La semana pasada viajó a la conflictiva isla en una delegación de organismos de veinte países. Volvió con un gran pesimismo sobre la supuesta salida democrática. “Son los condenados de la tierra –dijo– y cualquier gobierno que asuma estará sometido a las condiciones de EE.UU.”
“Cualquier gobierno que asuma en Haití va a quedar sometido a las condiciones que imponga Estados Unidos”, reflexiona el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. El argentino viajó la semana pasada a esa isla caribeña como parte de una comisión integrada por 20 representantes de organismos de derechos humanos de diversos países, seleccionados para evaluar la situación social y política en el conflictivo país. La imagen con la que se encontró fue desoladora: una tierra a la que una vez más los ojos del globo parecen darle la espalda, y donde los derechos humanos deben luchar diariamente contra la miseria y la violencia. En estas condiciones, Pérez Esquivel considera casi utópico pensar que las elecciones convocadas para noviembre, que definirán al primer presidente electo tras la caída de Jean Bertrand Aristide, signifiquen “una reconstrucción institucional”. El presidente del Servicio de Paz y Justicia es terminante: “Haití no sólo es un país ocupado militarmente. Es un país saqueado, sin capacidad política y prácticamente sin Estado. ¿Cómo lograr transparencia institucional en este contexto?”
–¿Qué pasos deberían entonces darse primero para garantizar una relegitimación de las instituciones?
–El actual comandante en jefe de la fuerza enviado por las Naciones Unidas, el brasileño Heleno Pereyra, nos dijo: “La recuperación se centra en la posibilidad de que el país genere recursos para mantener cierta infraestructura”. En eso coincido con él. Es necesario un orden institucional y político. Pero, ¿cómo puede lograrse con un Estado que casi no existe?
–¿Cuál es la función que debe cumplir el contingente de Cascos Azules en este proceso?
–Actualmente colaboran de distintas formas. Los usan para limpiar las calles, cortarles el pelo a los chicos, brindar atención sanitaria. Pero también cumplen funciones policiales. En junio, el Consejo de Seguridad de la ONU tiene que decidir si las tropas continuarán en Haití. Todo indica que seguirán. Hasta el momento Haití no recibió ningún otro tipo de ayuda. Pero, ¿hasta cuándo permanecerán? ¿Cómo no perjudicar en ese caso el derecho a la soberanía? Es muy fuerte la imagen en medio de la miseria de la Embajada de Estados Unidos con más de mil empleados y cientos de marines que no se separan un segundo de las espaldas del presidente transitorio, Boniface Alexandre. ¿Podemos hablar de un país soberano?
–En este contexto, ¿puede reconocerse la legitimidad de las tropas?
–En teoría son fuerzas de paz, pero nunca los ejércitos van a sostener la paz. En la medida que hubo un gobierno (el de Bertrand Aristide) que fue derrocado por un golpe de Estado, en el que participaron Estados Unidos, Francia y Canadá, pasan a ser tropas de ocupación.
–¿Qué situación social pudieron ver en la isla?
–Los haitianos son los condenados de la tierra. Constantemente se violan los derechos humanos. Mientras Francia y Estados Unidos dicen que no hay presos políticos nosotros pudimos confirmar que hay alrededor de tres mil. El informe elaborado por las Naciones Unidas es dramático. Muchas mujeres, por ejemplo, han denunciado que fueron violadas por los mismos soldados. Y a pesar de tanta pobreza el pueblo mantiene su dignidad. No hay agua pero la gente tiene la ropa limpia. Es increíble el cuidado con que visten a los niños para ir a una escuela en donde ni siquiera tienen baños. Y encima hay mil millones de dólares de ayuda internacional que no los quieren entregar hasta que asuma el presidente electo. Eso es a mediados del año que viene. Mientras tanto hay niños que se mueren de hambre.
–¿La comisión que usted integró llegó a tener contacto con el contigente argentino?
–No pudimos llegar. Las tropas argentinas están en Gonaives, a donde no se puede ir si no se cuenta con un helicóptero. Igualmente recibimos varios informes. Están haciendo un buen trabajo. Pero, ¿hasta cuándo podrán quedarse en un país que se resiente cada vez más, y esto se escucha a cada momento, de que lo estén ocupando?
Reportaje: Carolina Keve.
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