La Justicia de Córdoba condenó a ocho años de cárcel –en estos casos lo habitual es prisión perpetua– a un joven que asesinó a su padre de 30 puñaladas. La Cámara Décima consideró que Esteban Ortiz Rojas actuó en estado de emoción violenta. El parricidio ocurrió en la madrugada del 19 de diciembre de 2003, cuando el joven asesinó a su padre Angel Ignacio Ortiz, militar retirado del Ejército, veterano de Malvinas, con antecedentes de golpeador. El crimen lo cometieron el joven y su hermano menor de edad, en momentos en que la víctima golpeaba a la madre de ambos.