EL PAíS
› LA IZQUIERDA BUSCA UN FRENTE PARA LAS LEGISLATIVAS
El problema es la unidad
Está claro que un frente es deseable, pero no cómo lograrlo. En el PO quieren interna abierta, en Izquierda Unida son más cautos por cuestiones programáticas.
La izquierda argentina tiene en claro que la mejor forma de avanzar hacia las legislativas de octubre es con unidad. De ahí en adelante, pocas cosas aparecen tan nítidas. Mientras que en el Partido Obrero aseguran que todas las fuerzas de ese arco opositor conformarán un frente común que definirá sus candidatos en una megainterna abierta, desde Izquierda Unida (que nuclea al Movimiento de los Trabajadores Socialistas y al Partido Comunista) prefieren ser más cautos. Puertas adentro de la IU, en el MST aseguran que las conversaciones con el PO para unirse en una alternativa existen, pero que pasan por cuestiones programáticas y no por cómo o con qué nombres podrían llenarse eventualmente las listas. Mientras, en el PC se muestran menos entusiasmados con una movida de este tipo y prefieren hablar de acercamientos con el Encuentro por la Soberanía Popular nacido en Rosario o con espacios como Confluencia Popular, que reúne a dirigentes como los diputados Alicia Castro y Mario Cafiero.
La idea de conformar un frente político unificado para pelear en las elecciones legislativas comenzó a cobrar fuerza hace algunas semanas. Uno de los primeros en hablar del tema fue el líder del Polo Obrero (brazo piquetero del PO), Néstor Pitrola. El dirigente, quien busca llegar a la Cámara de Diputados por la provincia de Buenos Aires, deslizó la posibilidad de que la izquierda –“no el centroizquierda”– realice una megainterna para definir candidaturas.
Con sus declaraciones, Pitrola generó un doble efecto: por un lado logró que varios medios se dedicaran al tema, pero por el otro transmitió una idea de avance en las discusiones, no tan cercana a la realidad. Ya que si bien dirigentes del PO –entre ellos su titular Jorge Altamira–mantuvieron reuniones con representantes de IU para dar forma al denominado “Frente de la Izquierda y los Luchadores”, el momento de discutir cómo se definirán las listas está lejos.
“Nosotros no estamos tan preocupados por el tema de las candidaturas, sino en ponernos de acuerdo en los puntos básicos del programa que vamos a adoptar como oposición al PJ y a los viejos partidos”, explicó la dirigente del MST, Vilma Ripoll. La ex legisladora porteña –quien en diciembre pasado entregó su banca al diputado comunista Marcos Wolman, a partir de un acuerdo electoral previo– se mostró optimista sobre la posibilidad de conformar un frente unitario, aunque expresó al mismo tiempo su escepticismo ante la posibilidad de ir a una interna abierta. “Eso lleva a guerra de aparatos y quita cualquier posibilidad de participación a dirigentes de organizaciones sindicales, sociales o estudiantiles en las que la izquierda tiene un peso muy fuerte. Todavía es tiempo de debatir ideas”, dejó en claro.
De todos modos, la decisión de que Ripoll encabece la lista de candidatos a diputados por Buenos Aires para la IU está tomada desde antes de que comiencen estas conversaciones. Lo mismo sucede con Patricia Walsh, quien buscará renovar su banca en la Cámara baja por la Capital Federal.
Desde el PC relativizaron todavía más la idea del frente unificado en los términos en los que fue lanzado por el Partido Obrero. “Nosotros tenemos diferencias con el PO sobre la amplitud de un posible frente, ya que no excluimos a nadie, sino que vamos detrás de un programa”, aseguró a Página/12 el secretario de Propaganda comunista, Jorge Kreyness. El dirigente recordó en ese sentido la participación del partido en el Encuentro por la Soberanía Popular (ESP) que se gestó en Rosario, o las conversaciones con Coincidencia Popular. Según explicó días atrás el secretario general del comunismo, Patricio Echegaray, se busca “potenciar una política de alianzas más allá de la IU”.
De todos modos, en el PC no desconocen que su acercamiento a las fuerzas variadas que conforman el encuentro rosarino –como los socialistas bonaerenses como Oscar González, Jorge Rivas y Ariel Basteiro– no termina de simpatizar a su aliado, el MST, y que directamente a los ojos del PO ése sería casi un impedimento para tejer eventuales alianzas, ya que consideran que ese espacio es “una nueva encarnación del Frepaso”. Kreyness destacó de todos modos que el ESP no se traducirá en una salida electoral de cara a octubre.
A partir de todas estas diferencias, en el MST hablan de la necesidad de definir un “acuerdo objetivo sobre diez o quince puntos, y de ahí en más ver qué agrupaciones quieren sumarse a un proyecto por el estilo”. En esa línea, no descartan que “si cobra impulso este frente de unidad” puedan sumarse fuerzas como el zamorismo –“que hoy rechaza sistemáticamente cualquier planteo de este tipo”, dijo Ripoll–, o el Partido Comunista Revolucionario y la Corriente Clasista y Combativa, que se han manifestado por el voto en blanco.
En medio del debate que se generó entre los partidos y los movimientos de izquierda, todos coinciden en que Mayo será un mes de definiciones. Mientras tanto, la próxima expresión de unidad será un acto en Plaza de Mayo para celebrar el Día del Trabajador.
Informe: Alfredo Ves Losada.