EL PAíS
› EL DESEMPLEO SUBIO AL 13 POR CIENTO
EN EL PRIMER TRIMESTRE, INFORMO EL INDEC
El 13, en el desempleo es mala suerte
El índice resultó mayor a lo esperado. En fuentes oficiales se lo atribuyó al impacto estacional de las vacaciones, que el año pasado no se había sentido por la postergación de las paradas técnicas de plantas. Kirchner aseguró que en marzo ya se sintió una recuperación y “en abril se ubicó por debajo del 12”, pero con datos no oficiales.
› Por David Cufré
La desocupación en Argentina es un problema crónico. Como tal, su solución es compleja. Demanda mucho más que crecimiento económico para resolverlo. Los datos que difundió ayer el Indec así lo demuestran. Contra todo pronóstico, el desempleo trepó en el primer trimestre al 13 por ciento, a pesar, incluso, que durante ese período hubo menos gente en el mercado buscando trabajo. Los resultados muestran un deterioro en la situación laboral con respecto al último trimestre de 2004, aunque los especialistas remarcan que la comparación correcta es contra enero-marzo de ese año y, en ese caso, se aprecia una mejoría. Este último hecho no alcanzó para disimular una mueca de disgusto en el Gobierno, que esperaba poder anunciar una nueva caída en la tasa de desocupación.
El Indec informó que hay 1.369.000 personas sin trabajo, sobre un total urbano de 23.258.000. En comparación con el cuarto trimestre de 2004, la cantidad de desocupados aumentó en 81.000. En ese período, el desempleo había bajado a un piso tras la crisis de 12,1 por ciento. La subocupación, en tanto, fue el único dato positivo: cayó a 12,7 por ciento, contra 14,3 del trimestre anterior.
Néstor Kirchner se adelantó unas horas a la difusión de esos resultados para restarle dramatismo. Afirmó que “en marzo el desempleo estuvo en 12,3 por ciento y en abril se ubicó por debajo del 12, así que la desocupación tiene una tendencia a la baja”. El Presidente hizo referencia a datos extraoficiales, cuando la metodología que utiliza el Indec para medir el desempleo es una encuesta continua que promedia las cifras a lo largo de un trimestre.
El Ministerio de Trabajo atribuyó el incremento del desempleo a un problema estacional. Durante el verano, muchos trabajadores informales y contratados se habrían quedado temporariamente sin empleo, debido a una caída en sus actividades. “En algunos servicios, como educación, salud y sociales, a fin de año caducan contratos que dejan un gran número de trabajadores desempleados hasta el final del primer trimestre, cuando comienza nuevamente el período de mayor actividad en esos sectores”, sostiene un informe de la cartera laboral. “Esta reducción se vuelve significativa entre los trabajadores no registrados que tienen cero costo de finalización en la relación laboral”, agrega el documento. Solucionar el problema del empleo en negro, que representa el 48 por ciento de la población ocupada, es uno de los desafíos del Gobierno para resolver el drama de la desocupación.
Un elemento que parece contradecir la versión del ministerio de Carlos Tomada es que en el primer trimestre de 2004 el desempleo bajó una décima, cuando supuestamente debería haber aumentado por los factores estacionales. La respuesta de los especialistas de esa cartera es que en aquel momento el fuerte crecimiento del empleo formal alcanzó para tapar ese efecto. En el trimestre pasado, en cambio, los trabajos registrados “permanecieron constantes o con un crecimiento moderado”. Por último, el documento anticipa que la bonanza reaparecerá “en el segundo y tercer trimestre”, ya que durante esa etapa “se registran fuertes aceleraciones en la recuperación y generación de nuevos puestos de trabajo en la industria, comercio, educación, servicios personales y de salud”.
La desocupación también aumentó contra el cuarto trimestre si se consideran como desempleados a los beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar. En ese caso, llegó al 16,6 por ciento, contra 16,2 del trimestre anterior. Esto, a pesar de que hubo un descenso en la cantidad de personas que participaron del mercado laboral. Con una mayor demanda de empleos, el nivel de desocupación hubiera sido mayor. La tasa de actividad bajó a 45,2 por ciento entre enero y marzo, contra 45,9 de octubre a diciembre. Y la tasa de empleo descendió a 39,4 por ciento, contra 40,4, respectivamente.
Uno de los profesionales más respetados en el análisis del mercado laboral, Javier Lindenboim, director del Centro de Estudios de Empleo y Desarrollo de la UBA, advirtió que las comparaciones correctas son lasinteranuales, debido a que es la única forma de evitar las distorsiones estacionales. “Mi mirada sobre el funcionamiento de la política social y económica no es benévola, pero eso no me hace forzar los números para que digan lo que no dicen”, sentenció. Los resultados, en este caso, son mucho mejores. Entre enero y marzo de 2004 el desempleo se ubicó en 14,5 por ciento y, tomando como desocupados a los receptores del Plan Jefas y Jefes, en 19,5. Pero la tasa de actividad era entonces igualmente superior a la actual, con 45,4 por ciento.
“El crecimiento económico es condición necesaria pero no suficiente para que baje el desempleo”, indicó Lindenboim. “Tampoco alcanza con que se privilegie el desarrollo de los sectores productivos, que son mayores demandantes de mano de obra, aunque sin duda esto es una decisión correcta”, agregó. “La desocupación se resuelve con una estrategia global y consistente, que tenga en cuenta la distribución del ingreso. No hay magia, ni una medida puntual, sino que es preciso encarar en serio la resolución de los problemas que conspiran contra la creación de puestos de trabajo”, completó.
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