EL PAíS
› REDRADO PROMUEVE EL ASCENSO DE ULTRALIBERALES EN LA DIRECCION DEL CENTRAL
Donde hubo CEMA, ortodoxos quedan
Los lavagnistas y kirchneristas del directorio del Banco Central ya dieron la voz de alarma. Redrado intenta colocar en los puestos clave de la institución a economistas de la ultraortodoxa CEMA, la escuela de pensamiento que controló al BC en los ’90 a través de Pedro Pou.
› Por Claudio Zlotnik
Martín Redrado postuló para ocupar un cargo estratégico en el Banco Central a un economista de la ultraortodoxa CEMA. Y tiene ganas de promover a otro profesional de esa escuela de pensamiento económico. Esa política del titular de la autoridad monetaria generó un fuerte cortocircuito en el directorio de la entidad, tanto con los directores que responden a Roberto Lavagna como con los que tienen línea directa con el kirchnerismo. Esta crisis, en realidad, forma parte de una subterránea puja por la orientación de la política monetaria y cambiaria. En otras palabras, sobre el nivel del dólar, la estrategia de acumulación de reservas y el nivel de la tasa de interés. Un capítulo de esa tensión fue revelado por Página/12 el miércoles pasado, cuando informó que el presidente Néstor Kir-chner ordenó a Redrado dejar su posición pasiva en el mercado cambiario, para comenzar a comprar dólares en cantidad.
Los cambios en el Central dieron lugar a “un estado deliberativo” en el directorio, tal cual lo definió uno de sus miembros a este diario. Es una historia con final abierto, en la que los conflictos también envuelven a lavagnistas y kirchneristas.
Durante la década pasada, los principales referentes del CEMA, Roque Fernández, Pedro Pou y Carlos Rodríguez, condujeron el modelo económico desde el Palacio de Hacienda y el BCRA. A su paso designaron como funcionarios a egresados del CEMA, especialmente en el Central, algunos de los cuales permanecieron a pesar de la retirada de sus jefes. Uno de ellos, Claudio Irigoyen, fue el elegido por Redrado para el principal cargo en el área económica de la autoridad monetaria. Esa nominación despertó resistencia en el directorio del Banco Central. También generó inquietud en la Casa Rosada. Algunos interpretan que la designación de un hombre identificado con la ortodoxia económica va en contra de la estrategia del Gobierno, justo cuando existen presiones para dejar caer el dólar y se quiere mantener la cotización.
Irigoyen empezó a tener protagonismo en el Central cuando, en el año 2003, otro CEMA, Alejandro Henke, renunció como economista jefe de la entidad. Y ahora es Redrado quien lo promueve como subgerente general de Economía y Finanzas. Desde ese puesto sólo deberá reportar al gerente general, Carlos Pérez, ex director ejecutivo de la Fundación Capital, el think tank de Redrado.
La Resolución 54 del BCRA, designando a Irigoyen, dejó al funcionario “a cargo” del puesto mencionado. Pero esa medida debe ser refrendada por el directorio del Central. Eso ocurrirá recién dentro de tres meses. Exactamente el próximo 10 de agosto. Ese será el día de la batalla final, si antes desde la Casa Rosada no le bajan el pulgar al candidato de Redrado.
La promoción de Irigoyen está incluida en una movida más grande, en la cual hubo una reestructuración de la línea gerencial del BC. La posibilidad de que otro CEMA boy, José Rutman, de la estratégica área de “Normas”, pueda ser recategorizado en su puesto también encontró una fuerte resistencia en el directorio.
La inquietud –compartida entre directores de la autoridad monetaria, funcionarios de la Casa Rosada y del Ministerio de Economía– radica en que la estrategia económica tiene diferencias insalvables con los férreos postulados de la ortodoxia. Esas discrepancias no se limitan a los libros de texto especializados, a la teoría económica. Ya hubo choques por temas concretos. El más importante tuvo que ver con la cotización del dólar.
Frente a la importante liquidación de divisas de los exportadores, en medio de la cosecha gruesa, y la fuerte retracción de la demanda, la línea técnica del Central, encabezada por Irigoyen, planteó la conveniencia de dejar caer la cotización del billete a 2,80 pesos y defender la paridad en ese escalón, diez centavos por debajo de la actual cotización. La propuesta fue rechazada. Si los operadores percibían que la proclamada obsesión por mantener la cotización lo más cerca posible de tres pesos no era tal, podían presionar por una baja adicional. Kirchner fue inflexible. Le ordenó a Redrado sostener la paridad cambiaria a toda costa.
En lo que va del mes, entre el Central y el Banco Nación llevan embolsados 1089 millones de dólares. Están a un paso de quebrar el record de compras de 1400 millones de diciembre pasado. Como contrapartida, la autoridad monetaria está esterilizando los pesos que emite para comprar dólares, a través de las licitaciones semanales de Letras (Lebac). Esta presión por absorber pesos redundó en un proceso alcista de la tasa de interés. La idea de Redrado es que esta tendencia sea constante.
Más allá de los deseos del banquero central, esta estrategia causó revuelo en el BCRA. Advertidos de la promoción de Redrado del economista del CEMA, algunos directores están reclamando acciones concretas. Pidieron que se refuerce la normativa para orientar el crédito bancario al sector productivo. En ese sentido, en Reconquista 266 se escuchan críticas a Redrado. Dicen que se preocupa por enviar señales de corte ortodoxo al mercado financiero, como la suba de las tasas, pero no se notan los estímulos a favor de la producción.
Parte de esos cargos recaen sobre un sector de la línea técnica proveniente del CEMA. Algunos directores lavagnistas y kirchneristas responsabilizan a esos funcionarios de carrera de poner trabas a los proyectos que no tienen corte ortodoxo.
En diálogo con Página/12, dos directores de distintos signo político coincidieron en una observación: la opinión de los técnicos del CEMA tiene cada vez más peso en las decisiones porque la cúpula del Central se respalda en ellos. Al respecto, en el directorio circulan dos hipótesis que podrían ser complementarias entre sí:
- La dupla Martín Redrado-Carlos Pérez no domina los temas financieros como los profesionales de la línea;
- Redrado toma recaudos ante un posible rebrote inflacionario y para que, eventualmente, no lo responsabilicen se resguarda tomando medidas ortodoxas alentadas por la línea. Por ejemplo, la suba de las tasas.
Las actuales presiones sobre el tipo de cambio no hicieron más que dejar expuesta una situación que, en verdad, no es novedosa. El Banco Central aparece como una caja de resonancia de los conflictos porque allí quedan vestigios de otra época. La entidad monetaria es clave para el éxito del actual modelo económico.