EL PAíS
› BALESTRINI, PRESIDENTE DE LA CAMARA O DEL BLOQUE
Aún no ganó y ya lo premian
› Por Eduardo Tagliaferro
Los habitantes de la Casa Rosada no ocultan su preocupación por el futuro del bloque oficialista en la Cámara de Diputados. Esta inquietud estuvo detrás del reclamo kirchnerista para que el duhaldista José María Díaz Bancalari renuncie a su presidencia. Gracias al receso parlamentario y al virtual parate en el que caerá el cuerpo antes de las elecciones de octubre, el desenlance de la interna aparece como previsible. Con el resultado de los comicios sobre la mesa y con el aval de más de la mitad de los diputados justicialistas, los hombres del Presidente dan por descontado que “El Mono”, como lo llaman los suyos, terminará renunciando. Con el dibujo del futuro escenario, y si la conflictiviad interna continuara en los actuales niveles, en Gobierno evalúan el nombre del matancero Alberto Balestrini como próximo titular de la bancada.
Balestrini cumpliría con una de las tradiciones no escritas que generalmente les otorga a los bonaerenses la titularidad del bloque. La misma práctica suele sentar a los oriundos de Buenos Aires en la presidencia de la Cámara. Claro que en este caso también hay excepciones. La del radical porteño Rafael Pascual en tiempos de la Alianza es una de ellas. En caso de que la interna del peronismo legislativo tome caminos razonables, sólo en ese caso, es probable que Balestrini termine ocupando la banca en la que ahora está sentado el duhaldista Eduardo Camaño.
Entre el 23 de octubre, día de las elecciones legislativas, y el 10 de diciembre, fecha en la que asumen los nuevos parlamentarios, el bloque vivirá un interregno en el que no se descarta que haya una conducción colegiada. No ya con la presencia de Díaz Bancalari, pero tratando de balancear la cuota duhaldista y la kirchnerista. Por el momento, tanto unos como otros dicen que quieren evitar la fractura del bloque. Así lo reconoció ayer el kirchnerista Osvaldo Nemirovsci. “El objetivo es alcanzar una conducción consensuada para que no se rompa el bloque”, admitió ayer en declaraciones radiales.
Los duhaldistas también afirman que no quieren una fractura de la bancada. Por ahora niegan que Díaz Bancalari piense en entregar “un gesto conciliador”, como podría ser el de renunciar. El nicoleño quedó entre dos fuegos. Con las candidaturas lanzadas, aparece como un desplante muy fuerte para con Duhalde entregar la jefatura de la bancada así como así. El tiempo todo lo cura, es un lugar común que se utiliza cuando alguna encrucijada aparece difícil de resolver. Al tiempo también apuestan más de uno de los diputados encuadrados con Duhalde.
“Si no hay una cuota de racionalidad, esto puede terminar en la fractura”, dijo en diálogo con este diario el santafesino Julio Gutiérrez. En su cuadro de situación, el diputado que supo ser uno de los primeros kirchneristas en la Cámara, cuando irrumpió el ahora disuelto grupo Talcahuano, pone entre los condicionantes “a las próximas elecciones y a la fuerte embestida del Gobierno para cambiar la dirección del bloque”. También destaca que “el duhaldismo está a la defensiva”. Situación de poder que podría empeorar para los seguidores del caudillo de Lomas de Zamora. “Hace dos años atrás, en el bloque Azul y Blanco, el menemismo tenía cerca de 45 diputados. Hoy tan sólo tiene dos: Adrián Menem y Alejandra Oviedo”, comenta Gutiérrez para dejar en claro que no son buenos tiempos los que les esperan a los duhaldistas luego de octubre.