EL PAíS
› LA SEGURIDAD EN LA CUMBRE DE LAS AMERICAS
Para EE.UU. está todo bien
Como muestra de distensión, el embajador de los Estados Unidos, Lino Gutiérrez, sostuvo ayer que su país confía en que el Gobierno “va a proporcionar la seguridad necesaria para que sea exitosa” la IV Cumbre de las Américas que se hará el 4 y 5 de noviembre en Mar del Plata y a la que asistirá el presidente norteamericano, George W. Bush, junto con otros 33 jefes de Estado. Por su parte, el canciller Rafael Bielsa dijo que “atizar el fuego de que (Bush) no va a venir por problemas de seguridad son tonterías” y consideró legítimas las protestas en contra de Bush.
En una reunión con el gobernador bonaerense, Felipe Solá, en la que también se habló de la interna peronista (ver aparte), Gutiérrez dijo que “no hay ninguna preocupación”. El embajador aseguró que Bush “siempre viaja con gente que se ocupa de su seguridad y sus comunicaciones”. Aunque todavía no fue confirmado oficialmente, se estima que el presidente norteamericano vendrá con una delegación de dos mil personas, que incluye custodios, mucamos, cocineros y personal de mantenimiento.
Luego de la cadena de atentados en Londres, el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, había dicho el martes que existía “gran preocupación” por el operativo de seguridad de la Cumbre. Solá explicó ayer que no está preocupado y puntualizó lo dicho por Arslanian: “Fue una palabra que usó el ministro, porque preocuparse es pre ocuparse, ocuparse antes de tiempo”. Solá también intentó distender, al igual que Gutiérrez, el panorama de la Cumbre: “Es una cumbre corta. Creo que se está agrandando demasiado el tema cuando sabemos que es seguro”, afirmó sobre el encuentro al que asistirán más de diez mil personas, entre periodistas y funcionarios, y cuyo tema central será la pobreza.
Bielsa fue cauto sobre el tema de la seguridad: “Nadie está exento, como lo acaban de demostrar los hechos de Londres”. Sobre las protestas contra el presidente norteamericano, en las que se prevé la presencia de mil militantes antiglobalización, reconoció que “la presencia de Bush provoca manifestaciones en contra en todo el mundo. Es absolutamente legítimo que los movimientos alternativos hagan una cumbre paralela y manifiesten su oposición”. Pero propuso “no sólo quemar cubiertas” y aseguró que “se puede protestar de manera imaginativa”.
A diferencia de los funcionarios, la diputada del Frente para el Cambio Alicia Castro pronosticó que “con la presencia de Bush nos convertimos en blancos móviles. La Argentina no está en condiciones de garantizar la seguridad de los ciudadanos”. Castro presentó un proyecto en Diputados para que la Cancillería retire la invitación al presidente norteamericano. De cara a noviembre, lo cierto es que los fieles a Mar del Plata se preguntarán si será el mejor lugar para veranear.
Informe: Werner Pertot.
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