EL PAíS
“Sería un honor ir a la Corte”
Si lo quieren postular para ocupar un lugar en la Corte Suprema, para él, bienvenido sea. Lo dijo el propio León Arslanian ante los rumores que lo proponen para la toga. Sería “un gran honor y un gran halago”, aseguró el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Hombre solicitado, si los hay, su nombre también forma parte de las especulaciones oficiales en busca de nuevo ministro de Justicia, en reemplazo de Horacio Rosatti, para después de las elecciones.
Arslanian, aseguran en su entorno, tiene decidido que no se quedará en la provincia hasta terminar los dos años de mandato que le quedan al gobernador Felipe Solá. Las vacantes venideras en la Corte formaron parte de una conversación cara a cara que hace dos semanas mantuvo con Néstor Kirchner, según reconoció el funcionario bonaerense sin ofrecer más detalles. También hablaron de la posibilidad de que acompañara a Cristina como candidato a senador bonaerense, que quedó descartada por una formalidad: Arslanian tiene domicilio en Capital.
“Integrar una Corte Suprema de Justicia es un gran honor y un gran halago para cualquier abogado y jurista”, dijo ayer Arslanian después de encabezar una quema de más de mil kilos de droga en la Dirección de Investigaciones de Drogas Ilícitas en La Plata. “No puedo decir más de esto porque en realidad sólo estamos hablando de hipótesis”, se atajó el ex camarista federal.
El Gobierno tendrá que presentar por lo menos dos candidatos a integrar el máximo tribunal para reemplazar a Augusto Belluscio, quien renunció y se va en septiembre, y también a Antonio Boggiano, que sería destituido antes de los comicios de octubre. Tal como publicó ayer Página/12, en la Casa Rosada reina cierta inquietud por lo que llaman “falta de oído” (o de diálogo) en la Corte. En ese sentido, en Arslanian vislumbran una presencia tranquilizadora. En la danza de nombres, y por la misma razón, incluyen a otro ex camarista federal, el radical Ricardo Gil Lavedra. Varios de los actuales ministros de la Corte ven con simpatía esta posible designación. “Sería bueno que se le conceda un lugar al radicalismo”, dijo un supremo.
Una vez que queden formalizadas las vacantes en el tribunal, el Gobierno tendrá treinta días para proponer a los nuevos supremos y que pasen por el sistema de examen público a través del cual la sociedad puede manifestar sus opiniones a favor o en contra. Pero en el plano judicial también tendrá que encargarse del futuro del Ministerio de Justicia.
La renuncia de Rosatti a su candidatura fue recibida por el Presidente como un gesto desleal y su salida de la cartera judicial es casi un hecho. Arslanian también forma parte en este caso de los “ministeriables”, pero no es el único. El senador Miguel Angel Pichetto comenzó a figurar entre últimas y más sorprendentes conjeturas. En círculos oficiales dicen que es más bien una “autopostulación”. Desde el año pasado se escuchan otros “elegibles”, como el penalista Joaquín da Rocha (representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura), el titular de la Oficina Anticorrupción, Abel Fleitas Ortiz de Rozas, y el secretario de seguridad Alberto Iribarne.
Subnotas