EL PAíS
› AMENAZAN CON CESANTEAR A QUIENES SIGAN DE PARO
La escalada del Garrahan
› Por Laura Vales
El personal no médico del Hospital Garrahan comenzó un nuevo paro de 72 horas, en reclamo de un sueldo básico de 1800 pesos. En la cuarta semana de conflicto y sin avances en las negociaciones con el Gobierno, la principal novedad del día fue una reunión entre los delegados y la conducción del gremio al que pertenecen, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), en la que el sindicato pidió a la comisión interna que hiciera un impasse en la huelga. Tras rechazar la idea, los delegados ratificaron que el paro continuará hasta el jueves. Las autoridades del hospital intimaron al personal a que retome el servicio “en 24 horas”. En caso contrario, “serán cesanteados y no se pagarán los salarios de quienes estén presentes pero no cumplan los servicios”, advirtió el presidente del Consejo de Administración, Alberto Goldberg.
Las medidas de fuerza son sostenidas por uno de los cuatro sectores gremiales en que se divide el hospital, el que nuclea a enfermeros, técnicos de laboratorio y radiología, personal de esterilización y de mantenimiento afiliados a ATE. En cambio, los médicos, los afiliados a UPCN y Sutecba firmaron un convenio salarial la semana pasada, con una recomposición que fue rechazada por insuficiente por los enfermeros.
Aquel acuerdo con tres de los cuatro sectores no alcanzó para que las autoridades del Garrahan pudieran dar por superado el conflicto y garantizaran el funcionamiento normal del hospital, porque los enfermeros y los instrumentistas son claves para la prestación de los servicios.
Pero los trabajadores no están en una situación más fácil. En el ámbito gremial hay un debate abierto sobre el aislamiento del reclamo. Desde su inicio, prácticamente todos los medios mostraron el conflicto como un hecho que hace peligrar la salud de los chicos. La prolongación de las medidas de fuerza ha reforzado esa imagen, que separa a los huelguistas de la sociedad. Y el ofrecimiento del Ministerio de Salud quebró lealtades internas: la oferta implicó una masa salarial que hubiera alcanzado para que cada trabajador recibiera 550 pesos de aumento (el pedido para levantar el paro es de 600 pesos, es decir que se hubiera podido acordar), pero el problema fue que se distribuyó perjudicando a las categorías más bajas, que son las que hacen el paro. Al rechazar la oferta, el argumento de los enfermeros fue que un médico iba a cobrar tres mil pesos, mientras que ellos debían aceptar un aumento de 120. “Quedaron en un cerco”, definían delegaciones sindicales que llevaron su solidaridad al conflicto; “el problema es qué pueden hacer para saltarlo”.
El pedido de un impasse en el paro fue realizado por el titular de ATE, Pablo Michelli, en una reunión con los delegados Gustavo Lerer, Verónica Basso y Claudio Braga. “El Gobierno no va a negociar con un paro, esto es meternos en un callejón sin salida. Quieren un sueldo de 1800 pesos, que está bien, pero deberían pensar que ese sueldo no se consigue en dos días”, dijo Michelli en declaraciones radiales. Los delegados, por su parte, plantearon que ATE “debe ponerse al frente del reclamo de sus afiliados”. Horas más tarde, las autoridades del hospital anunciaban su intimación al personal. Las sanciones, dijo el director, comenzarán a enviarse hoy. Estarán apoyadas en el dictamen del Ministerio de Trabajo sobre el incumplimiento de las guardias mínimas.