El titular de la UCR, Angel Rozas, afirmó ayer que ese partido “va a mostrar a todos los argentinos una amplia y franca recuperación” el próximo 23 de octubre y explicó que se “preparara para suceder” al presidente Néstor Kirchner, porque será “alternativa de poder en el 2007”. El chaqueño hizo gala de su optimismo en el acto de presentación de todos los candidatos a senadores y diputados nacionales del radicalismo, quienes se proponen llegar al Congreso con un programa de acción legislativa que pone énfasis en la necesidad de realizar “grandes obras de infraestructura pendientes, estimular las exportaciones y llevar adelante una reforma tributaria competitiva”. En medio de críticas al Gobierno, Rozas se comprometió a no “poner palos en la rueda”, aunque aseguró que los radicales no harán “concesiones al oficialismo”.
La presentación de los candidatos del radicalismo fue en verdad el lanzamiento formal de la campaña proselitista de ese partido. Los radicales no hicieron una gran puesta en escena, sino que se ciñeron a su centenaria tradición y se congregaron en el Comité Nacional. El escenario de la cita fue el salón de actos de la sede de Alsina al 1700.
Además de Rozas, quien buscará una banca en la Cámara baja, los protagonistas centrales fueron el primer candidato a diputado en la Capital Federal, Facundo Suárez Lastra, y el postulante a senador en Buenos Aires, Luis Brandoni. Entre otros, estuvieron también en el escenario el chubutense Carlos Maestro, el cordobés Oscar Aguad, el jujeño Gerardo Morales, el gobernador correntino Ricardo Colombi y el presidente de la Convención Nacional, Adolfo Stubrin.
El arranque de la campaña radical combinó condimentos de la liturgia de siempre de ese partido con críticas al Gobierno y trazos de la estrategia que plantea para los próximos dos años la actual conducción de la UCR, que en diciembre termina su mandato. El primer anotado en la nómina de postulantes a suceder a Rozas es Raúl Alfonsín, quien no comparte la línea del chaqueño y se promociona como garantía de “renovación”.
Rozas le reclamó a Kirchner que “no utilice como método permanente y diario la confrontación con todos los que no lo acompañan” y que adopte “sensatez y madurez” para convertirse en “un estadista que fije políticas de mediano y largo plazo”. También le exigió que “deje de jugar con el hambre y la miseria” distribuyendo planes sociales para lograr “mayor rédito electoral” y que deje de actuar “como un Papá Noel” que en su reparto “se saltea” a los distritos gobernados por la oposición. En el mismo tono, le reprochó que prefiera “tener a la gente arrodillada a dar la dignidad que deben tener todos los argentinos”.
“La Argentina necesita un mejor gobierno y por ende una mejor oposición”, sostuvo Rozas, y sobre el papel que le augura al radicalismo precisó que buscará “garantizar una democracia sin hegemonía”. Aclaró que “no le vamos a poner palos en la rueda” a la administración nacional, pero se posicionará como “un partido sin concesiones al oficialismo”. Del Programa de Acción Legislativa 2005-2007 que constituye la plataforma con que los candidatos del radicalismo se presentarán a los próximos comicios contó que hace eje en la necesidad de realizar “grandes obras de infraestructura pendientes, estimular las exportaciones y llevar adelante una reforma tributaria competitiva”.
Quienes le siguieron en el uso de la palabra reafirmaron el discurso opositor. El porteño Suárez Lastra exhortó a Kirchner a que “se abuene con el pueblo” y a la oposición a que “no le haga el juego”, mientras que Brandoni dio por terminado “el luto de los radicales porque la sociedad ya nos sancionó y ahora debemos dedicarnos a la campaña electoral”. El jujeño Morales opinó que “al Gobierno no le hace falta más poder, sino más control” y el cordobés Aguad, en tanto, instó a “levantar un modelo alternativo al del asistencialismo”. Debajo del escenario los escucharon el capocómico Nito Artaza, quien perdió la interna en la Capital Federal, y Margarita Stolbizer, quien desistió de pelear por la candidatura a senadora bonaerense después de una dura pelea con el alfonsinismo.