El represor Miguel Etchecolatz cumple desde ayer arresto domiciliario en su casa de Mar del Plata. El beneficio de lo concedió la Sala III de la Cámara Federal de La Plata y así dejó sin efecto una resolución del juez federal Arnaldo Corazza, quien había dispuesto que se lo mantuviera detenido en el pabellón de ancianos de la Cárcel de Devoto, en cumplimiento de la sentencia a 23 años de prisión que le fue impuesta en el marco de la Causa Camps.
Etchecolatz, quien durante la última dictadura fue director de Investigaciones de Policía Bonaerense, cumplía además en prisión una condena por la causa Sanz, referida a la apropiación y supresión de identidad de la hija de un matrimonio de desaparecidos. La Justicia le otorgó el beneficio de cumplir arresto domiciliario en su casa del marplatense Bosque Peralta Ramos en virtud de que tiene 76 años. La resolución judicial firmada por los camaristas Antonio Pacilio, Carlos Nogueira y Carlos Vallefín cita un informe médico del condenado y se remite a la 24.660, que dice que se beneficia con arresto domiciliario “al que tenga 70 años o una enfermedad terminal”. La decisión fue rechazada por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Plata, que sostuvo que “los genocidas tienen que cumplir cárcel efectiva”. “En el caso particular de Etchecolatz podemos decir sin temor a equivocarnos que es responsable por la suerte corrida por miles de víctimas, cuya desaparición, tormentos y el sufrimiento de sus familiares exige justicia concreta y tangible”, sostuvo la APDH platense. También en desacuerdo con la decisión, los fiscales y los querellantes en la causa analizan recurrir a la Cámara Nacional de Casación Penal.