Hoy van a marchar juntos a la Plaza de Mayo, por un salario mínimo de 1800 pesos y la universalización de los subsidios de desempleo. Pero el giro del Gobierno, que volvió a sacar todas las fuerzas de seguridad a las calles para impedir que los piqueteros hicieran cortes, agudizó las diferencias entre las organizaciones de desocupados sobre cuál debe ser la forma de manifestar. Ayer, el MTD Aníbal Verón llamó a una conferencia de prensa en el Puente Pueyrredón donde anunció que abandona los cortes sorpresivos. “Los piqueteros y el Gobierno estamos jugando una guerra para ver quién es más duro. Queremos mostrar que buscamos otra cosa, que esperamos un diálogo para resolver el problema”, dijo Juan Cruz Daffunccio, de ese MTD. Las agrupaciones más fuertes reiteraron su postura de impulsar acciones “masivas y multisectoriales”. Empujados por la publicidad del debate, los grupos que el miércoles rodearon las boleterías de los trenes decidieron también difundir su postura. “El problema del movimiento de desocupados en relación a tener el apoyo de los trabajadores o de la clase media no tiene que ver con ser más o menos masivo, sino con por qué peleamos. Estamos peleando por bolsos y planes de empleo. Creemos que eso tiene que cambiar para pelear por trabajo”, declaró Ernesto Aldana, del Frente de Trabajadores Combativos.
El aumento de la tensión entre el Gobierno y los piqueteros dio lugar a una escena insólita. La Gendarmería se desplegó sobre el puente que une a la Capital con Avellaneda y desvió el tránsito en la estación de trenes para impedir que allí se instalara un piquete. Pero los desocupados del MTD que conduce Daffunccio no iban a cortar la calle, sino que sólo habían llamado a una rueda de prensa para hacer un anuncio. Así, un pequeño grupo de referentes habló para los medios rodeado de todo un operativo policial. Y resultó que finalmente habían ido allí a dar una noticia favorable al Gobierno.
Daffunccio informó que su MTD ya no hará acciones sorpresivas e incluso se mostró dispuesto a revisar las protestas en el puente, que a esta altura es el símbolo más importante de la protesta piquetera. “Si el problema es el corte sistemático del Pueyrredón, estamos dispuestos a discutir para terminar con esta metodología, aunque no es una decisión que yo pueda tomar en forma unilateral sino que hay que discutirla internamente con todos mis compañeros”, sostuvo. El titular del MTD condicionó el cese de las protestas a que la Casa Rosada inicie una negociación para dar una respuesta a la indigencia.
Daffunccio planteó que el Estado necesitaría invertir “17 mil millones de pesos para terminar con la indigencia, creando un subsidio universal de 350 pesos. Al mismo tiempo, el 10 por ciento más rico de la población tiene 360 mil millones de pesos fuera del país. Si el Gobierno le cobrase impuestos a las ganancias a ese sector de la población, podríamos terminar con la indigencia”.
Mientras ocurría la conferencia de prensa, había presencia policial en otros accesos a la Capital y en los habituales puntos de protesta, como la Plaza de Mayo. En el sur, acompañando al Presidente en un acto de campaña, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, volvía a criticar a los dirigentes piqueteros. “No los vamos a recibir porque extorsionan a la sociedad”, dijo en la ciudad de General Roca. El funcionario se refirió a las protestas equiparándolas al delito: “La Plaza de Mayo no es un camping. Aquel que se exceda en el ejercicio de sus derechos será denunciado a la Justicia”, dijo. Está por verse si hoy el lugar volverá a ser vallado para impedir el ingreso de los manifestantes. Los voceros de su cartera no anticiparon las características del operativo dispuesto para la movilización.
Las organizaciones de desocupados no ocultan las divergencias que están teniendo ante este panorama. En la última semana, el Polo Obrero defendió las iniciativas “masivas y multisectoriales”. Ernesto Aldana, del FTC, que ayer impulsó acciones sorpresivas, planteó la necesidad de replantear elreclamo. “Deberíamos ir al ministerio, devolver los planes y exigir que nos den trabajo real. Hay cómo hacerlo: en el astillero Río Santiago van a tomar 2000 personas. Tendríamos que reclamar puestos de trabajo, no planes.” Para Aldana, “todo se reordenaría a partir de eso: nuestra relación con los otros trabajadores va a ser distinta, las acciones cambiarían”. Para el dirigente, “ese es el debate, lo que nos ha llevado en los últimos tiempos a tener matices”.
Roberto Martino, del Movimiento Teresa Rodríguez, dio otro enfoque al problema: “Lo deseable sería que el conjunto de la sociedad acompañara los reclamos y que el Gobierno los aplaudiera, porque son demandas por una redistribución del ingreso. Pero no podemos desconocer que algunas capas sociales importantes ven al pedido de salario de 1800 pesos o la universalización de los planes como si se estuviera reclamando un privilegio. Nos pasa por errores propios, pero fundamentalmente por una campaña no sólo del Gobierno sino de toda la maquinaria propagandística de los sectores más conservadores. Creo que frente a esto no se trata de repensar si seguir con la protesta o no, sino de cómo logramos coordinar los reclamos. El Gobierno tiene la estrategia de dividir, y los piqueteros somos los más expuestos a partirnos. La marcha de hoy busca contrarrestarlo” .
La movilización saldrá a las 14 desde el Hospital Garrahan y el Congreso. Participan de la convocatoria los docentes universitarios, la FUBA, comisiones gremiales y partidos de izquierda.