Por E. T.

Fue el primero en plantear públicamente que el duhaldista José María Díaz Bancalari debía renunciar a presidir el bloque del oficialismo. En esta entrevista, el hiperkirchnerista diputado de Río Negro, Osvaldo Nemirovsci, no oculta su molestia porque el titular del cuerpo, Eduardo Camaño, sea el vocero habitual de las críticas duhaldistas al presidente Néstor Kirchner. Flamante miembro de la colegiada dirección de la bancada, Nemirovsci admite que Camaño puede, con otros apoyos, candidatearse nuevamente para presidir la Cámara luego del 10 de diciembre. Sin embargo, aventura que tal vez rompa la tradición y no sea un bonaerense sino un hombre del interior quien presida la Cámara baja luego de la renovación parlamentaria.
–A diferencia del Senado, la Cámara de Diputados no sesiona. ¿Tendrá que resolverse la interna para retomar un ritmo normal?
–Esa es una parte. Pero es cierto que no estamos respondiendo a la demanda social sobre la celeridad que debe tener la Cámara.
–¿Cómo quedó el bloque después del desplazamiento de Díaz Bancalari?
–Hubo un gran aporte al sentido común de parte de los diputados de Buenos Aires, cuando entendieron que el bloque tenía que estar alineado con el presidente Kirchner. Al acuerdo se llegó luego de que logramos el respaldo de 70 diputados que se comprometieron con esta nueva y original forma de conducción colegiada.
–¿Cómo define la existencia de un sub-bloque duhaldista?
–Me parece bien que los espacios se expresen. En su propio perfilamiento siempre se juntan.
–El duhaldismo estuvo por acompañar el pedido de interpelación al jefe de Gabinete, Alberto Fernández. ¿Quiere decir que no habrá más sesiones hasta las elecciones?
–Las sesiones van a ser complejas, con o sin sub-bloque duhaldista. El miércoles lo demostraron. Desde la conducción del bloque daremos respuesta a la nueva complejidad.
–¿Cómo repercute en el kirchnerismo que sea el titular del cuerpo, Eduardo Camaño, quien se enfrente verbalmente con el Presidente?
–No cae bien. Que diga que es él quien más leyes votó de las pedidas por el Gobierno, suena extorsivo. Tiene derecho a presentar sus puntos de vista y por algo se encuadra en un sector de la provincia que quiere defender determinados valores. Hubiera preferido que tanto él, como muchos otros compañeros, tomaran el tren del futuro, tren que a veces pasa una sola vez en la vida. Por ahora se quedaron en la estación.
–¿Cuál es la diferencia de ideas del duhaldismo y del kirchnerismo?
–Nosotros, los que nos identificamos con el Presidente, creemos que la vigencia de los derechos humanos son una bandera irrenunciable. Otro sector considera que el tema es para los historiadores o para la Justicia. Nosotros creemos que es lógico que haya pugna y conflicto social, alrededor de la necesaria redistribución de la riqueza. Otros quieren directamente represión. Nosotros creemos que hay una posición autónoma sobre la negociación de la deuda externa y el desendeudamiento y otros tampoco comparten esto. Hay una fuerte modernidad en cómo Kirchner presenta la política. Cuando denuncia pactos no hace más que poner en público lo que mucha gente susurra y sospecha.
–Algunos dirigentes como los intendentes Othacehé o Descalzo no parecen muy cercanos a las ideas con las que usted identificó al kirchnerismo.
–Quien conduce establece las diferencias, la calidad de aliado y adversario. Establece los límites de un frente. Por ahora se trata de un acompañamiento electoral, creo interpretar que el Presidente tiene una mirada más allá de las elecciones. Si para esto sirven los apoyos de quienes antes estaban en otra historia, no será la primera vez que el Jordán se llena de gente.
–¿Cómo imagina a la Cámara luego de las elecciones?
–Me imagino mayores exigencias. El año que viene lo pienso como el de la lucha por la distribución de la renta nacional y la accesibilidad a la salud, a la educación, a la comunicación, al turismo, al deporte. La accesibilidad no puede ser patrimonio de un sector social.
–¿Se imagina al duhaldismo en la oposición cerrada?
–Dependerá del resultado electoral. No me imagino muy juntos pero tampoco tan enfrentados. Los hombres también tienen expresiones personales más allá de su encuadramiento en tal o cual sector. Me parece de difícil retorno pensar en un espacio común.
–Camaño no oculta que intentará retener la presidencia de la Cámara.
–Eduardo Camaño tiene derecho a querer ser el presidente de la Cámara luego del 10 de diciembre. Para ello tendrá que contar con apoyos y también tendrá que inclinarse ante las mayorías.
–¿Podría ser Alberto Balestrini?
–Podrá ser, y también por qué no, con la lógica presidencial por qué no pensar que puede ser alguien del interior del país. Me dirá que sería la primera vez, pero le respondo que con Kirchner muchas cosas se dan por primera vez.