La campaña poco a poco se acerca al teatro de revista. Entre candidatos que juegan al “salto al bache” o al ajedrez viviente, reparten té de tilo a los votantes o lanzan sus propuestas junto con un globo gigante, no resulta extraño que se presenten tres vedettes en las listas de los partidos porteños para este 23 de octubre. Moria Casán, Ethel Rojo y Zulma Faiad le ponen el cuerpo a la política desde tres partidos diferentes, pero con afinidad al menemismo. Las tres piensan que pueden llevar algo más que sus plumas a Diputados: “Soy una mina con sentimientos y con una cabeza: no tengo una pluma en el culo”, define Faiad.
Desde que decidió ponerle el pecho a la candidatura a diputada por el Movimiento Federal de Centro (cercano al menemismo y a Adolfo Rodríguez Saá), Casán ha intentado eludir el abrazo del oso que le dio el propio Carlos Menem cuando la apoyó públicamente. Rápida de reflejos, la conductora aseguró que no quería ningún padrinazgo. Y lo dijo al estilo Moria: “Se me quiere colgar de la urna”. También tuvo un papel de reparto en la interna bonaerense cuando se reunió con Chiche Duhalde. Hicieron buenas migas y, en una entrevista, Casán coincidió con la candidata del PJ en que “esa manía (del Presidente) de revisar el pasado no es para los políticos, sino para la historia. Kirchner es un cartonero que remueve ataúdes”.
En diálogo con Página/12, Casán consideró que traerá frescura al Congreso: “Los políticos están siempre pensando lo que está haciendo el otro. Hay un estancamiento, un relajo y yo les voy a llevar acción”, prometió la candidata, que no quiso opinar sobre sus dos adversarias: “Nada, nada. Si hablo de ellas, les hago prensa, que se la hagan solas”. En lugar de esto intentó mostrarse voluptuosa en propuestas: “Me interesa trabajar todo el tema de las mujeres, la violencia doméstica y las capacidades diferentes. Esto lo traté en mi programa. Además, fui una mujer golpeada que sobreviví a eso. Discursos no hago, yo actúo”, remató.
Por su parte, Zulma Faiad, con sus 60 años y un nieto de 6, encabeza la lista del Partido Esperanza Porteña, que armaron los legisladores ex macristas Jorge Mercado y Sandra Bergenfeld. “Estoy dispuesta a concretar las cosas con las que sueña mi corazón. Conozco las necesidades del pueblo, porque soy el pueblo. ¿Te acordás del ‘que se vayan todos’? Si se va alguien, quiero entrar yo”, aseguró a este diario. Además planteó que participa en las discusiones de ideas de su partido. “No me gusta ser como un adorno de torta”, sostuvo. Dejó atrás la época en la que hacía de “Lechuguita” en una propaganda de aceite La Malagueña y la que decía que Menem le parecía “simple y seductor”. Sobre el riojano, dijo: “Le deseo lo mejor, porque era amigo de mi tío. Pero te pongo la firma de que no es seductor. Y no quiero ser más explícita”.
Esta semana tuvo un cruce con Casán por radio, después de que le soltó: “Tus urnas son como dos grandes tetas”. Se enojó cuando Página/12 le preguntó por ella: “No me interesa lo que hace Moria, ni me interesan sus proyectos. Estoy harta de que me hagan esa pregunta”, vociferó. En cambio, todo fue amor y paz con Ethel Rojo que, a sus 68 años, va tercera en la lista de diputados del Peronismo Popular que armó Gacela Simán Menem, sobrina lejana del riojano. “A Ethel la conozco y tengo un gran respeto por ella: es una persona maravillosa”, dijo Faiad. Sobre su candidatura en el partido de Menem, dice que no opina “nada, si le gusta que haga lo que quiera”. Entre los zarpazos radiales de Faiad y Casán, Rojo sólo pudo meter un bocadillo: “Conocemos el gusto popular, conocemos cuáles son las necesidades del pueblo”, remarcó. Sobre los otros candidatos, Faiad confiesa que ninguno le atrae físicamente. “Ya que van a hacer las cosas mal, por lo menos que a partir de ahora sean buenos mozos”, propuso.

Informe: Werner Pertot.