EL PAíS
El Presidente se metió de lleno en la pelea porteña
Kirchner participó anoche del acto de Rafael Bielsa en Ferro. Fue la primera vez que habló en un encuentro con candidatos. Defendió su gestión y respaldó el trabajo del canciller.
› Por Martín Piqué
La decisión de involucrar personalmente al Presidente en la campaña porteña, donde el oficialismo enfrenta una pelea complicada, fue más explícita que nunca. El propio Néstor Kirchner acompañó ayer al canciller Rafael Bielsa en el escenario y cerró el acto con un discurso dirigido al “pueblo de Capital Federal”. A diferencia de los discursos de campaña de la Primera Dama (léase Teatro Argentino de La Plata o el estadio cubierto de Newell’s), en los que Kirchner siempre se mantiene en un segundo plano, esta vez puso su figura al servicio de su candidato. Para hacerlo, Kirchner convirtió el acto en una defensa de su gestión. Cuando habló, Bielsa privilegió las mismas cuestiones. “Tenemos gestión, tenemos ideas de sobra”, subrayó el Presidente.
El gimnasio de Ferro estaba lleno. La audiencia, heterogénea, parecía sintetizar el proclamado objetivo de Kirchner de convertir el justicialismo en una fuerza más abierta. Había jóvenes de organizaciones sociales como el MTD Evita y el MP 20, junto con militantes del PJ porteño de los barrios del sur y afiliados de sindicatos con peso en la ciudad: el Suterh, que agrupa a los porteros, y la UEJN, de los judiciales.
Como en otros actos del Frente para la Victoria, los organizadores se preocuparon por presentar a los candidatos. A medida que el locutor los presentaba, su imagen era reproducida en dos pantallas gigantes. Por allí pasaron Elvio Vitali –el primer orador–, Jorge Coscia y Mercedes Marcó del Pont, entre otros. El desfile de caras fue una forma de respaldarlos. A la lista de legisladores, por ejemplo, se le criticó su abundancia de dirigentes del PJ porteño, una fuerza que en las últimas elecciones no sacó demasiados votos. “Son todos mostrables, sin prontuarios, con aciertos y errores pero gente de bien”, los elogió Kirchner.
Además de defender la gestión nacional con números, Bielsa se ocupó de sus adversarios. A Mauricio Macri lo llamó “neoempresario” y recordó que hace poco el ex presidente De la Rúa recibió una citación por un pago millonario al Correo, entonces en poder del Grupo Macri. “Salta baches como una bailarina y quiere meter presos a todos los dirigentes”, lo acusó. A Elisa Carrió la llamó “nuestra contrincante femenina” y la trató con menos dureza, pero la acusó de egoísmo por no reivindicar la renovación de la Corte o el apoyo a las pymes.
Kirchner elogió la actuación del canciller. “Bielsa me viene acompañando desde el primer momento. Tuvo que ir a cambiar posturas históricas con el mundo y con Estados Unidos en particular. Le dijo no a Irak, fue a ayudar al pueblo de Haití, fue a mediar en la crisis de Bolivia, se reunió con otros para construir en América latina el sueño de San Martín y Bolívar. Ante el propio Estados Unidos, era la voz que representaba a Argentina”, dijo el Presidente, que generó un eufórico Patria sí/ Colonia no.
El Presidente se preocupó por mostrarse amplio. Después de que se cantara la marcha peronista, Kirchner habló de un “justicialismo con visión progresista, abierto a otras fuerzas populares”. También contestó a las críticas por la ola de cortes de ruta y protestas que –según las encuestas– tanto irritan al votante porteño. “Nosotros no venimos a cambiar de opinión según los humores de la sociedad. Sí, hay protestas, pero eso significa vida, nosotros no queremos la paz de los cementerios”, dijo.
En las tribunas había muchas banderas argentinas. Entre el celeste y blanco, habían jóvenes con pinta de universitarios y viejos militantes rondando los 50 que se emocionaron con las canciones de Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale. Los músicos tocaron en el escenario por pedido del canciller. De hecho, Baglietto le dedicó “El témpano”, aunque en ese momento el candidato todavía no estaba en el gimnasio.