Vie 09.09.2005

EL PAíS  › LOGRAN ABORTAR UN ATENTADO CONTRA LA RED ELECTRICA Y DETIENEN A LOS SABOTEADORES

La oscura historia del apagón que no fue

Dos dirigentes del Sindicato de Luz y Fuerza de Mercedes fueron atrapados por una patrulla rural de la Bonaerense cuando intentaban derribar una torre de alta tensión. De haber tenido éxito, hubiesen ocasionado un gran apagón en el interior de la provincia y la Capital. Las hipótesis del juez.

› Por Raúl Kollmann

Dos empleados de la Empresa Distribuidora de Energía del Norte (EDEN) fueron detenidos en la noche del miércoles, cerca de Bragado, cuando realizaban un acto de sabotaje que dejaría sin luz en forma instantánea a siete distritos del interior bonaerense y que podía haber ocasionado un gigantesco apagón en sectores de la Capital Federal y el conurbano. Los sujetos se movían en un auto Volkswagen Polo propiedad del Sindicato de Luz y Fuerza de Mercedes y fueron sorprendidos por una patrulla rural de la Policía Bonaerense: se les secuestraron elementos sofisticados y preparados para producir lo que técnicamente se conoce como un “cortocircuito franco”.
En fuentes judiciales de Mercedes no se descarta ninguna de las siguientes tres hipótesis: la primera es que los sindicalistas realizaban el sabotaje para perjudicar a la empresa Transba, que supuestamente se aprontaba a “realizar despidos y una adecuación salarial”; la segunda es que existe una guerra entre esos dirigentes sindicales y la conducción mayoritaria de Luz y Fuerza de Mercedes y, la tercera, que sería la más grave, es que esos dos dirigentes del sindicato responderían a una corriente duhaldista que intentaba embarrar la campaña electoral.
El acta de la patrulla rural de la Bonaerense señala que, siendo las 22 del miércoles, fueron sorprendidos in fraganti Julio César Costa y Marcelo Eduardo Recalt, ambos empleados de la empresa EDEN. Se los encontró a la vera de la ruta, en la localidad conocida como Comodoro Py, cerca de Bragado, en un Volkswagen Polo propiedad del Sindicato de Luz y Fuerza de Mercedes, que tenía atado a su espejo retrovisor una cuerda de nylon. En la punta se había ubicado una especie de plomada y, cuando los atraparon, Costa y Recalt ya habían pasado la cuerda por encima de los cables de alta tensión. En el piso se les encontró una cadena de once metros y el mecanismo que se disponían a utilizar consistía en subir la cadena por medio de la cuerda, unir mediante el metal los cables y provocar así un cortocircuito de grandes dimensiones. Por orden del juez federal de Mercedes, Rubén Echave, ambos empleados de EDEN fueron detenidos y trasladados al juzgado donde anoche prestaban declaración. El magistrado recién decidirá su situación en el día de hoy.
De acuerdo con el peritaje técnico realizado por el Ministerio de Infraestructura, el cortocircuito iba a afectar de inmediato con un corte de luz total a Carlos Casares, 9 de Julio, Bragado, 25 de Mayo, Chivilcoy, Lincoln y Saladillo, pero una oscilación tan fuerte de la tensión podía producir un impacto en una línea troncal que transporta energía a parte de la Capital Federal y el conurbano. No es seguro que se iba a producir un apagón en el área metropolitana, pero los técnicos evaluaron que había una fuerte posibilidad de que ello ocurriera.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, salió públicamente a denunciar el sabotaje y el propio presidente Néstor Kirchner hizo una breve referencia al tema: “Es lamentable esto que han hecho. Espero un informe detallado que explique lo que pasó”, señaló el primer mandatario.
El Sindicato de Luz y Fuerza de Mercedes es uno de los más poderosos del país, abarca varias provincias y tiene más afiliados que, por ejemplo, el de Capital Federal. Costa y Recalt son parte de la comisión directiva, aunque ahora se los califica de “loquitos” enfrentados a la conducción. Según explicaron hombres de la política mercedina, el sindicato ha hecho posicionamientos políticos muy nítidos y acompaña a nivel provincial al duhaldismo.
El terreno de las hipótesis es el más escabroso y habrá que ver por cuál termina inclinándose el juez Echave.

- Por de pronto, según denunció Aníbal Fernández, dirigentes del sindicato hicieron una rápida gestión para que los dos saboteadores quedaran en libertad. “Es algo muy extraño y por supuesto hemos hecho todo lo posible para que no se los deje libres”, dijo el ministro. El integrante del gabinete sugirió con esa afirmación que los dirigentes de la organización sindical estaban involucrados en la maniobra.

- Desde Luz y Fuerza salieron a explicar que los dos dirigentes son integrantes de la conducción, pero opositores a la mayoría, a la que consideran demasiado poco combativa. “Son unos loquitos esos que hicieron el sabotaje”, le dijo anoche a Página/12 un alto dirigente nacional de Luz y Fuerza. No faltan quienes creen que de esa forma los dirigentes tratan de tomar distancia de lo ocurrido, pero los gremialistas mayoritarios insisten en que Costa y Recalt intentaban mostrar combatividad, frente a la supuesta tibieza del resto de la conducción.

- La empresa Transba catalogó el hecho como “un atentado”, pero no admitió que el sabotaje pudiera tener relación con algún conflicto sindical entre la compañía y el sindicato. No obstante, en el juzgado esa hipótesis aparece como el posible móvil del sabotaje, que tendría como objetivo frenar despidos y un supuesto reordenamiento salarial, aunque fuentes consultadas por este diario negaron que existiera ese choque empresa-sindicato ni los planes de despido. El antecedente más inmediato de un hecho parecido ocurrió en La Pampa hace más de un mes, cuando fueron derribadas de forma intencional dos torres de alta tensión de la empresa Transener.

- En el juzgado de Mercedes tampoco descartan que la maniobra tuviera como objetivo embarrar la campaña electoral. “Evaluamos todas las pistas”, señalaron desde el entorno del juez. Según esa óptica, integrantes de esa conducción de Luz y Fuerza, que está alineada con el duhaldismo, se lanzaron a realizar una acción destinada a enturbiar la vida cotidiana y poner así en aprietos al gobierno bonaerense y al nacional, con el objetivo de perjudicar las candidaturas oficialistas. Anoche, un integrante del gabinete nacional desestimaba esta versión de los hechos, pero no ocurría lo mismo con los investigadores del caso. “No hay conflicto sindicato-empresa, no se entiende cómo un sabotaje puede volcar una interna gremial hacia un lugar u otro y el único conflicto que está en pie, visible, y es de todos los días, es el político-electoral”, razonaron.
En este marco de dudas e interrogantes, lo único que está claramente comprobado es que se estaba perpetrando un sabotaje de envergadura, con todos los materiales, herramientas y elementos necesarios y que los autores eran dos dirigentes gremiales que usaban un auto del sindicato.

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