EL PAíS
› FERNANDO VACA NARVAJA, CANDIDATO A LEGISLADOR PORTEÑO
“No somos alcahuetes ni opositores”
El ex dirigente montonero se presentará por el Partido Auténtico Federal (PAF), que no llevará candidatos a diputados nacionales. Las diferencias con el PJ. La idea de armar un frente.
› Por Miguel Jorquera
“Es un reagrupamiento de ex cuadros montoneros.” Así definió el ex dirigente guerrillero Fernando Vaca Narvaja a su flamante Partido Auténtico Federal (PAF), del que encabezará la boleta como candidato a legislador porteño. Mientras trabaja en el desarrollo partidario en varias provincias, hará su debut electoral en la ciudad de Buenos Aires aunque –asegura– “la pelea de fondo será por las comunas, para reagrupar a la gente y delinear un proyecto de liberación nacional que abarque desde la izquierda hasta Carrió y al peronismo, pero no al PJ”. Vaca Narvaja afirma que comparte “algunas cosas” con Kirchner, pero advierte que “no somos alcahuetes ni tampoco opositores extremos”.
Entusiasmado con su nuevo proyecto político, Vaca Narvaja relegó su trabajo como vendedor de cubiertas para camiones –“Tuve que dejar la gomería después que (el juez Claudio) Bonadío nos encarceló”– para dedicarse de lleno a la actividad proselitista en este último tramo de la campaña. “Nuestro lema es cortá y sumá”, dice a Página/12 para explicar que el PAF sólo llevará candidatos a legisladores porteños y el pedido de corte no lleva implícita la adhesión a ninguna lista de diputados nacionales. “Dejamos en libertad de acción a nuestros votantes”, agrega.
Sin embargo, a Vaca Narvaja no todos los candidatos le son indiferentes: “Compartimos algunas cuestiones con (Rafael) Bielsa, que nos ayudó cuando estuvimos presos (junto a Roberto Perdía), aunque no la lista de candidatos; pero también tenemos puntos en común con (Elisa) Carrió”. Tampoco duda a la hora de marcar a los adversarios: “Para nosotros (Mauricio) Macri es la expresión económica de la vieja política. La de la patria contratista, la de los autos truchos en Uruguay, la del Correo”.
El PAF, explica, gira alrededor de un núcleo de “ex cuadros montoneros pero también tiene un grupo de jóvenes que por cuestiones hasta generacionales no tienen nada que ver con nuestra historia”, afirma y explica que su apuesta no es “electoral” sino el armado de “un movimiento de liberación nacional que requiere de una construcción frentista”.
–¿Quiénes serían sus aliados?
–A la izquierda no tenemos enemigos, son todos amigos y compañeros; al peronismo, no al PJ; y hacia el centro hasta el ARI.
–¿No apoyan a Kirchner?
–No queremos que le vaya mal, pero creemos que no siempre hace lo que dice. Su gobierno es una expresión de la alianza política que lo llevó a la Casa Rosada. Después del 24 de octubre deberá enfrentar el desafío de las definiciones.
La experiencia internacional también marcó las influencias políticas de Vaca Narvaja. “Los Tupamaros nos enseñaron en los ‘60 que podía haber una guerrilla urbana, después apostaron a la construcción política frentista a largo plazo”, afirma.
El derrotero de los ex jefes montoneros llegó hasta el pronunciamiento en favor de Carlos Menem en el ‘89 y Vaca Narvaja ocupó un puesto en el gabinete de Luis Ortega (hermano del ex gobernador tucumano Ramón Ortega) en el ex municipio de General Sarmiento. Pero las posturas políticas de la ex cúpula guerrillera corren por caminos separados: “Perdía trabaja en su Organización Libre del Pueblo y (Mario) Firmenich escribió un libro interesante, pero está radicado en Barcelona”, describe. Aunque para Vaca Narvaja la pelea no pasa por el PJ: “No soy nadie, me afilié al justicialismo por primera vez en el ‘91, pero en Capital volvieron a repetir el viejo sistema de cooperativa política, que no representa a la gente y eso que ahí está mi hermana (Patricia Vaca Narvaja)”.
Vaca Narvaja no se rehúsa a hablar sobre los indultos que no sólo alcanzaron a militares sino también a las cabezas de las organizaciones armadas. “Quedamospegados mal con los indultos. Creo que la postura de (Graciela) Daleo de rechazarlo fue más clara. Cuando nosotros hablamos de reconciliación y pacificación nos referíamos al campo popular y no a las Juntas, para ellos exigimos condena, justicia y verdad. Si no, estaríamos aceptando la teoría de los dos demonios”, aclara.