EL PAíS
El Gobierno designó al nuevo jefe de Gendarmería
Es Héctor Schenone, hasta ahora número dos de la fuerza. Reemplazará a Pedro Pasteris, quien fue relevado luego de que se conociera que estaba involucrado en desapariciones de personas.
› Por V. G.
Héctor Schenone, hasta ahora número dos de Gendarmería, fue designado como nuevo director general de la fuerza. Reemplazará a Pedro Pasteris, quien fue relevado luego de que se conociera que estaba involucrado en violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar. El ex funcionario había sido jefe del puente internacional de Paso de los Libres, en Corrientes, entre 1980 y 1983, donde fueron secuestradas al menos nueve personas en los años del terrorismo de Estado.
Página/12 anticipó el lunes que Pasteris había sido destituido luego de que se denunciara que habría sido el encargado de supervisar a los gendarmes que detenían personas mientras intentaban salir o entrar al país durante la última etapa de la dictadura.
El Gobierno resolvió ayer que su lugar sea ocupado por quien era hasta la semana pasada subjefe de los gendarmes. “No vamos a hacer cambios improvisados”, dijo el ministro del Interior, Aníbal Fernández. El funcionario reiteró que en la Casa Rosada había conformidad con la actuación de Pasteris, pero que no podía dejar al mando de la Gendarmería a una persona imputada de delitos tan graves. Fernández agregó que no hay información que vincule a Schenone con violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura.
Schenone se desempeñaba como subjefe de los gendarmes desde noviembre del año pasado, cuando, luego de dos denuncias publicadas por este diario relacionadas con manejos irregulares de la ex cúpula de la fuerza, pasaron a retiro 12 de los 16 comandantes generales y Pasteris asumió la jefatura. Pero este último fue uno de los jefes de la sección puente del escuadrón siete de Paso de los Libres durante la dictadura y como tal no pudo desconocer lo que ocurría en el lugar. Y aunque él haya negado las imputaciones, el Gobierno decidió que no podía mantenerlo a cargo de una de las fuerzas de Seguridad.
Pasteris estaría involucrado en, al menos, nueve casos de desaparecidos que fueron secuestrados en el paso fronterizo y luego entregados al Ejército.
Actualmente hay dos investigaciones judiciales relacionadas con crímenes cometidos durante la última dictadura en Paso de los Libres: una está relacionada con la desaparición de los militantes montoneros que regresaron al país en el marco de la llamada contraofensiva. Lorenzo Viñas y el cura Jorge Adur son dos de las víctimas que fueron secuestrados en 1980 cerca de Paso de Libres como consecuencia de lo que se conoció como el “Operativo Murciélago”, destinado a capturar a los militantes que entraban o salían del país.
El otro expediente se relaciona con el funcionamiento del centro clandestino de detención “La Polaca”. Esta causa se reactivó recientemente luego de que la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida permitiera confirmar lo que era un secreto a voces en la ciudad: que en la estancia conocida como “La Polaca” de la localidad fronteriza de Paso de los Libres fueron torturadas y luego desaparecieron cientos de personas durante la última dictadura.
La existencia de La Polaca fue ratificada por Carlos Waern, un ex integrante del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE). En un programa de televisión libreño explicó que en 1978 el SIE dispuso un fuerte operativo en los pasos fronterizos y uno de los puntos trazados dentro del área del segundo cuerpo de Ejército fue Paso de los Libres. Allí fue enviado –explicó Waern ratificando denuncias de sobrevivientes– el represor Julio Simón, conocido como El Turco Julián, quien desde una oficina montada en la cabecera del Puente Internacional coordinaba el “sistema de marcadores”, es decir, de detenidos que eran obligados a identificar bajo amenaza a los militantes que trataban de ingresar al país. Waern indicó que ese operativo se puso en marcha a través de un “convenio” entre el Ejército y Gendarmería Nacional.