A su manera, Ricardo López Murphy ingresó a la Casa Rosada. La publicidad del “quilombo” hizo tanto ruido en los despachos oficiales que motivó más de una conversación entre los ministros de Néstor Kirchner. Lo curioso es que en el Gobierno festejaron el spot tanto o más que en el equipo de campaña del Bulldog, ya que dan por hecho que un eventual posicionamiento del dirigente opositor le sacaría votos a Chiche Duhalde.
El análisis que primaba en el kirchnerismo era el siguiente: si López Murphy levanta cabeza lo hará captando los votos de derecha y centroderecha que hoy están asentados en la candidata del PJ, sobre todo después de la alianza de Chiche con Luis Patti.
Si bien en el spot hay una claro intento de igualar al duhaldismo con el kirchnerismo, poniéndolos como parte de un todo que se llama justicialismo –con sus mañas y sus luchas intestinas–, en la Casa Rosada están convencidos que el candidato de Pro nunca podrá absorber los votos de Cristina Kirchner y en cambio sí los de Chiche, quien se ha posicionado deliberadamente con su impronta tradicionalista y conservadora, además de su prédica antipiquetera.
“López Murphy estaba fuera de la agenda mediática. Pero en estas últimas 24 horas no dejó de recorrer los canales de televisión para dar entrevistas, en las que se presenta como la verdadera oposición, disputándole claramente ese rol a Chiche Duhalde. Eso sí, hay que ver cómo sostiene lo que por ahora es solamente un golpe de efecto”, sostuvo a Página/12 un estratega electoral del Gobierno.
Las cuentas sobre el costo político que sufriría el Bulldog por haber incursionado por un lenguaje al que es poco afecto, al menos en público, también fue materia de conversaciones entre los operadores K. En ese sentido, la gran mayoría estima lo mismo que los semiólogos de López Murphy: “No creemos que pierda demasiados votos por las groserías”. Pero agregan, irónicos: “Eso sí, que de ahora en más no se queje cuando Aníbal Fernández hable como habla”, señalaron sobre el vocabulario canyengue al que suele apelar el ministro del Interior.
Para los que no tuvieron la oportunidad de ver el spot, en él López Murphy dice, cómplice, la siguiente frase: “Duhalde lo puso a Kirchner. Kirchner puso a su mujer. Y de esta manera se la puso a Duhalde. Duhalde entonces le puso la suya. El 23 de octubre ponga mi boleta en la urna para recuperar el trabajo, la seguridad y la educación de los bonaerenses, y de una vez por todas terminar con este quilombo”.
Las especulaciones sobre el impacto real del aviso seguirán a lo largo de la campaña. En lo que ya no hay discusión es sobre el cumplimiento de uno de los objetivos del spot: que todos hablen de López Murphy, incluso en el Gobierno.